Sinfonía Telúrica
Por Abraham García Ibarra
Atado a las mismas fuentes de recaudación tributaria desde hace una década intocadas, era de esperarse que, en plena emergencia nacional, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, lejos de incrementarse, se reduzca en 0.3 por ciento para dejarlo en 6.3 billones de pesos.
El proyecto de PEF se puso ayer en la cancha del Congreso de la Unión. A reserva de analizar los desagregados y los eventuales ajustes que pueda haber en cada sector durante el proceso de revisión, quedan en al aire los regímenes especiales con los que se ha favorecido históricamente a los grandes contribuyentes que, no obstante, han reincidido en la evasión fiscal; asunto todavía de competencia administrativa.
La primera reacción crítica de los especialistas a los Criterios de Política Económica para el próximo ejercicio fiscal se enfoca al exorbitante aumento de recursos a la Secretaría de Turismo: 667 por ciento. El argumento de los detractores es que el grueso de ese presupuesto es para financiar obras en las que el inquilino de Palacio Nacional tiene comprometida su voluntad nacional, como el Tren Maya.
El campo sigue marginado en la asignación de recursos
En la contraparte de observa el presupuesto para el campo. A la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural sólo se le aumentan sus alcances en unos dos mil 700 millones de pesos para anclarlo de 49 mil 291 mil millones de pesos, todavía menor que en 2018. Obviamente, no es un presupuesto para crecer, a pesar de que, entre las preocupaciones subrayadas durante la crisis sanitaria, sobresale la necesidad de aplicar políticas públicas para que la población pueda disponer de alimentación sana.
El lado bueno en el proyecto del PEF, es que a las tres instituciones metropolitanas de enseñanza Media y Superior: La UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y la UAM, se les asigna un incremento promedio de 3.4 por ciento, al menos para mitigar la solicitud de matrícula.
Universidades Públicas de los estados, a expensas de criterios administrativos
Quedan a expensas de los criterios administrativos las universidades públicas de los estados. A la secretaría federal de Educación se le aumenta la partida en más de 12 mil millones de pesos para situarlo en 338 mil millones de pesos. Nos parece insuficiente el incremento para satisfacer los requerimientos financieros de esas instituciones, un buen número de ellas declaradas en quiebra.
A punto de entrar a debate las leyes de Ingreso y de Egresos en las comisiones de dictamen, los anteriores no son más que apuntes preliminares a vuelo de pájaro sobre un escenario de incertidumbre respecto de la evolución de la pandemia de Covid-19, a la que en unas semanas se agregarán las epidemias estacionales; principalmente, las de influenza.
La típica conminación desde que nos llegó el neoliberalismo, es apretarse el cinturón. Desde entonces, voceros del sector social respondieron: Pero ya ni para tener cinturón nos alcanza. Es cuanto.