Voces del Periodista Diario

TLC: Palabras, palabras, palabras…

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Para despejar el paisaje semántico, diremos que en materia de Política Exterior, tenemos un listado que va desde las convenciones a los protocolos, hasta sumar 25. Desde el punto de vista jurídico, ¿dominan su conocimiento los economistas?

Por ese listado pasan los tratados. Por lo que sabemos aquí, el Senado de los Estados Unidos no le da todavía ese rango al trilateral de Libre Comercio de América del Norte, que data de 1993.

La segunda acotación la formulamos en unas cuantas palabras en cuanto corresponde a la economía mexicana: Exportamos lo que importamos, según característica de un país maquilador.

A la Balanza de Pagos le faltan 12,645 millones de dólares

Situados en el primer semestre de 2018, con balances del Banco de México un primer escenario tiene el rótulo de Balanza de Pagos. En este rubro, se reconoce para el periodo un déficit de 12 mil 645 millones de dólares.

Alimenta ese déficit el que se origina básicamente en la balanza comercial, que en el mismo semestre es de 4 mil 627 millones de dólares. Esto es, se importa más de lo que se exporta.

Puesto ese piso, la primera confusión que se percibe, es la codificación de eso que “arreglaron” recientemente los negociadores de Enrique Peña Nieto con sus pares de Donald Trump.

La retórica sigue girando, aun con la exclusión de Canadá, en la denominación de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Si es necesario recordarlo, hay un tipo de arreglos verbales cuya validez no es sancionada por la Convención Internacional de Roma de 1969.

Si sobre dicho “arreglo” hay versión escrita, ésta no ha llegado al Senado mexicano, que precisamente ha citado a comparecencia al canciller Luis Videgaray y al secretario de Economía, Edilberto Guajardo, que ya son emplazados a informar con la verdad sobre las negociaciones.

Casualmente, una condición de esos procedimientos legislativos establece que los comparecientes deben “producirse con verdad, y sólo la verdad”.

Nadie sabe nadie supo que dice la famosa “carta”

La semana pasada, The Economist abrió un foro en el que participó Edilberto Guajardo. Orondo, el funcionario declaró a la rosa de los vientos: Los sectores industriales de México están protegidos contra medidas proteccionistas e imposiciones arancelarias por parte de los Estados Unidos, gracias a los acuerdos alcanzados en el TLCAN.

El resultado más valioso de los acuerdos, abundó, es el restablecimiento de la certidumbre respecto del comercio bilateral.

Lo que perturba la tranquilidad (aun la de los empresarios cuyas representaciones han estado en el cuarto de junto), es que a lo largo de su exposición habla en cada párrafo de la carta.

¿Qué es y qué dice la “carta”? Parece que permanece lacrada. Avezados analistas de las secciones de Economía y Finanzas de los medios mexicanos emplean un recurso más pomposo: memorándum de entendimiento. Tampoco dan a conocer los contenidos de ese “entendimiento”.

Una voz que desentona en el coro

En mismo el foro de The Economist se escuchó otra voz, identificada como la de la directora de Análisis de Banco Base, Gabriela Siller.

Esa voz pone en perspectiva los impactos en las expectativas económicas del inicio de la nueva administración federal, los Criterios de Política Económica para 2019 y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al que eventualmente podría sumarse Canadá.

El planteamiento de esos tres factores no es ocioso, ni barato: Ajustadas las previsiones de crecimiento de la economía mexicana, éste se vería reducido a 1.8 por ciento para 2018 y 1.9 para 2019: 1.7 y fracción para el periodo bianual.

En un retorno circular a la entrada de este tema, nos encontramos con una gráfica sobre la balanza comercial, que nos ofrece el dato de 364 mil 445 millones dólares por concepto de exportaciones; no se da el monto de las importaciones. Como sea, 89 por ciento de las exportaciones corresponden al sector manufacturero (“exportamos lo que importamos”).

Vale la contrapartida: Las exportaciones petroleras y agropecuarias apenas suman entre ambas 9.7 por ciento del total.

Entran y entran remesas: la Reserva, “anclada”

Un último ingrediente de la numeralia: De agosto de 2017 al mismo mes de 2018, la reserva de divisas extranjeras se encuentra anclada en 173 mil millones de dólares.

No deja de llamar la atención ese dato: Se publicitó a principios de año que en 2017 la llegada de remesas de los trabajadores emigrantes alcanzó un nuevo “máximo histórico” para colocarse en más 26 mil millones de dólares. Los analistas calculan que en 2018 podrían superar los 30 mil millones de dólares. Y el ingreso por narco, ¿en qué columna se asienta?

Tenemos un déficit de casi 13 mil millones de dólares, sólo en el primer semestre del año. ¿Se resolverá ese déficit con “la carta” de la que nos habla Ildefonso Guajardo? Ni expertos en Derecho Internacional ni economistas, mejor la dejamos de ese tamaño. Es cuanto.

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