Voces del Periodista Diario

Todas las horas hieren; la última es la que mata

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

En la crisis sicológica de los líderes europeos de la primera mitad del siglo XX, la monstruosa oración se expectoró de la siguiente manera: Si la realidad no responde a mis caprichos… peor para la realidad.

Es la patología que se diagnostica a algunos políticos que, al treparse al ladrido, son víctimas del vértigo. En el llano se la describe como el síndrome de la bicicleta: “Voy derecho y no me quito”.

Si mal no consultamos, en el siglo XVII el filósofo inglés John Locke puso en prensas su estudio Ensayo sobre el entendimiento humano. En traducción al español se encuentra la frase: “Si la realidad no coincide con mis palabras, peor para la realidad”.

Es posible ahora mismo, que algún sicoanalista tenga en la puerta de entrada a su consultorio dicha expresión y explique a sus pacientes que el exabrupto identifica al individuo que concentra tanto poder, que se siente facultado a someter a su antojo las voluntades de sus gobernados… y de los que no lo son.

De Hitler a Trump, pasando por el Salón Oval de la Casa Blanca

Si hablamos del siglo XX, la representación más acabada de esa conducta extraviada es Adolfo Hitler.

En el siglo XXI, las instituciones siquiátricas de los Estados Unidos tienen en observación a Donald Trump. Con menos ciencia, pero con más agudeza, algunos analistas políticos encuentran en el inquilino de la Casa Blanca la rencarnación del führer. El Jefe inatacable.

Según seguimiento de aquellas instituciones siquiátricas estadunidenses, los Presidentes de ese país han padecido variadas formas de trastornos mentales durante el ejercicio de su encargo: Desde depresión, ansiedad social y hasta paranoia.

Desde el santuario de Florida, cuartel del fraude de 2000

De acuerdo con el Censo de Población de los Estados Unidos de 2013, Florida es la cuarta entidad con más hispanos. Predominan los cubanos, en suma mayor a los dos millones.

Son abuelos, padres e hijos a los que el Departamento de Migración les favoreció con visas preferenciales y expeditos papeles de naturalización, por considerarlos víctimas del régimen revolucionario de la Isla.

En Miami, esos cubanos, sonsacados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), operan como combatientes por la libertad y feroces agentes de provocación contra regímenes latinoamericanos que no son del agrado de Washington. Sobran expedientes que documentan tales tareas.

En 2000, gobernado el estado por el republicano Jeb Bush, Florida fue el escenario electoral por el que fraudulentamente llegó a la Casa Blanca George W. Bush, anulando el voto popular que obtuvo el demócrata Al Gore.

Hagamos más grande a América otra vez

Hace unas horas, en Orlando, Florida, reanudó Trump su campaña para hacerse con un segundo mandato que, de confirmarlo los resultados de la votación del primer martes de noviembre de 2020, le permitirá ocupar el Salón Oval hasta 2025.

Enfermizamente eufórico, el Calígula del Potomac se autodenominó Presidente insurgente, bajo el lema Hagamos grande a América otra vez. (América es la apropiación patrimonialista de nuestro continente).

Implacable, incluso con sus aliados internos y externos, el nervioso candidato presidencial puso en cartelera la exacerbación del conflicto en Medio Oriente, la continuación de las guerras comerciales, etcétera.

Para aquellos despropósitos, Trump tiene enfrente contrapartes dispuestas a actuar bajo su lógica: No le estás pegando a un manco.

Extranjeros que amenazan a nuestros niños en las escuelas

Ahí verá el candidato republicano la horma de su zapato. Pero el caballito de batalla electoral montado por el magnate -que carga con diversas causas latentes en El Capitolio e instancias de Justicia- siguen siendo los inmigrantes, con las mismas amenazas de 2016 y cumplidas en lo que va de su primer periodo.

Manga de criminales extranjeros, traficantes de drogas que amenazan a nuestros niños en las escuelas y significan una carga fiscal para el Tesoro estadunidense. Tener presente el libreto.

Por supuesto, el primer chivo expiatorio de la estrategia electorera de Trump, sigue siendo México: Estamos construyendo cientos de kilómetros del muro.  

El Senado mexicano le obsequia su voto-ofrenda

En el segundo día de su campaña, Trump mandó un mensaje de felicitación al Presidente de la Cuarta Transformación.

Es que el Senado mexicano le adelantó al republicano su voto-ofrenda al avalar en sus términos el nuevo tratado comercial, ya bautizado como T-MEC, instrumento que todavía no aprueban los órganos legislativos de El Capitolio y Canadá.

El reloj institucional marca el plazo fatal: Ya sólo quedan 35 días para que México cumpla como tercer país seguro con su muro a lo largo del Suchiate.

Pero el Rolex del inquilino de la Casa Blanca marca su propio tiempo y, como cierta carátula europea advierte: Todas las horas duelen; la última es la que mata.

¿Decirle un no al alienado anaranjado? Ni pensarlo: Si la realidad no responde a mis caprichos… peor para la realidad. Es cuanto.

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