Voces del Periodista Diario

Una mirada sobre la “Herencia Ancestral Alemana”

Mitos y Mitotes

Por Héctor Chavarría

A los integrantes de ©.El Círculo, vivos y muertos.

 En la parafernalia nazi destaca la no siempre discreta actividad del Deutsches Ahnenerbe “la herencia ancestral alemana” quien llevó sus locos estudios por todo el mundo y, las sugerentes culturas antiguas de México, pero en especial de Yucatán, no fueron excepción… Stultorum infinito est numero.

Existen demasiadas similitudes entre los maya, y otras culturas antiguas, para que puedan ser llamadas meras coincidencias. Y, aunque no sean de momento probables, indudablemente son muy sugestivas.

La realidad es que los maya tienen tantas cosas en común con otros pueblos antiguos a lo largo y ancho del mundo —por lo menos en apariencia—, por lo cual no es de extrañar el que muchos antropólogos y arqueólogos, en diversas épocas, hayan tenido la tentación de relacionarlos… Si tenían o no razón, eso es otro cantar.

         En ese sentido, los de la Deutsches Ahnenerbe fueron, si no los primeros, si algunos de los que más hincapié hicieron en tales posibles relaciones, en especial aquellos que insistían en hallar los rastros de las míticas Atlántida y Mu en cualquier lugar del mundo, y no hay que olvidar a la no menos mítica Hiperborea; para ellos, todos estos sitios eran posibles cunas de “los arios”, de los cuales los nazis se sentían “herederos” legítimos.

         De esta manera, el Deutsches Ahnenerbe, envió expediciones por todo el mundo —o buscaron unirse a ellas—, en pos de las evidencias físicas que avalaran las ideas de Alfred Rosenberg sobre las migraciones de “la raza aria” y su concepción del mundo.

         Las expediciones más conocidas fueron las efectuadas antes de la guerra en Nepal, la India y las altas montañas de los Himalayas; pero sus especialistas también realizaron exploraciones en Mesoamérica, especialmente en el área maya en Yucatán y C.A., en el altiplano mexicano y en las zonas desérticas del país.

Independientemente se realizaron expediciones a la Antártida, el Amazonas y la zona andina, incluido el lago navegable más alto del mundo, el Titicaca.

         En Europa hubo visitas de estudio al Langedoc, del mediodía francés, al país vasco —en España y Francia— y, también a la mítica Transilvania del príncipe Vlad Tepes. En el terreno del montañismo en la propia Europa, varias “expediciones deportivas” fueron enviadas a montañas como el Elbruz, “la cumbre de Lucifer”, con resultados diversos.

También el Monte Ararat fue visitado, se dice que en busca del Arca de Noé y que al igual que el Elbruz, con fines de “pacto” con “seres superiores”.

         Evidentemente China y Japón fueron lugares muy frecuentados por los arqueólogos y antropólogos del Deutsches Ahnenerbe. Jamás se supo la naturaleza de los “estudios raciales” realizados por médicos y “especialistas raciales” sobre civiles “asegurados” en sitios ocupados por las tropas japonesas en China, durante la invasión nipona a ese país, pero sin duda no debieron ser obras de caridad.

Igualmente hay un velo de misterio bastante comprensible, sobre las actividades llevadas a cabo en Manchuria o Manchukuo —con la anuencia y participación de especialistas nipones—, durante el reinado ahí del patético Henry Pu Yi, el “último emperador manchú”, pelele de los japoneses.

         En todos esos sitios se hicieron trabajos sobre las teorías raciales del “darwinismo social nazi”…, y paradójicamente, algunos de los resultados fueron interesantes pues los especímenes humanos no necesariamente coincidían con las descripciones “maravillosas” del ideario nazi; no fueron personas altas, rubias y de ojos azules, sino vulgares campesinos vascos o, pastores nepaleses y tibetanos los que mejor dieron la talla y los mayores indicios de ser “arios” con todas las de la ley.         

         Obvio, esto jamás fue publicado en Alemania…, las SS archivaron el enojoso (y bochornoso) asunto y, sólo muchos años después, buscando en los viejos archivos nazis guardados por la Stasi de la finada DDR, se encontraron indicios de esos curiosos estudios realizados por el Prof. Antropólogo, Alfred Abergläubisch, entre los años 1934 y 1939. 

         Y al mencionar al Herr Profesor Abergläubisch, es necesario advertir que fue una coincidencia entre sus estudios del vino “ario” y la cultura maya lo que atrajo la atención de sus colegas sobre esa área mesoamericana.

Los relacionados con el hidromiel nórdico.

         Los nórdicos elaboraban sus bebidas alcohólicas con base en la miel, los maya también. El balché, la bebida ritual en las ceremonias maya, es una fermentación de la miel, a la que se agrega la corteza macerada del árbol que le da su nombre. El resultado (en especial cuando con fines rituales se le agrega Xtabentún) es la elaboración de una bebida muy potente y más que ligeramente alucinógena, por su parentesco con el ácido licérgico u LSD natural.  

         Bebidas aparte —nadie se negaría un buen schnaps—, sólo hacía falta un paso para que los imaginativos de la Deutsches Ahnenerbe empezaran a encontrar otras similitudes entre los “arios”, hiperbóreos, atlantes, lemúridos y, claro los maya, ahí van algunas, según ellos:

         La Swastika, usada por los maya de forma doble: Como un par de serpientes entrelazadas y “retorcidas”.

Ellos creyeron ver aquí un signo “atlante” y así lo consignaron, para que seguidores como Otto H. Muck continuaran con la inútil creencia en libros como: El Mundo Antes del Diluvio… ignorando la naturaleza de lo que en realidad veían y que ahora llamaríamos directo: Una suerte de doble Banda de Moebius, que en su grafía maya no es otra cosa que El Sello de Yyig, La Poderosa, la doble sabiduría enlazada; la ecuación de la creación del mundo.

Nada que ver con el mito de Atlantis.

En particular esta Swastika “maya” de serpientes, fue hallada en una cámara clausurada hasta hoy en la “pirámide” principal de Uxmal, la hermosa ciudad maya de la leyenda del enano, por el arqueólogo yucateco Manuel Cirerol Sansores; a simple vista y tomando sus medidas, es un signo geométrico perfecto.

Esta es la versión actual, usada por un muy exclusivo grupo de montañistas y expertos en supervivencia quienes han rescatado su significado ancestral.

         En el sentido astronómico la Swastika es el símbolo maya del sol, pero también y principalmente, del giro aparente de la Osa Mayor alrededor de la Estrella Polar; y sus cuatro “cuarteles” —el cuatro (can ek, cuatro estrellas), es un número mágico en la cruz gamada—, tienen los colores de las cuatro direcciones o dimensiones: Rojo, Negro, Azul y Blanco; más el arriba y abajo también como puntos cardinales, simbolizados por su centro en blanco.

Todo lo cual da la suma de seis o del cinco Yyig: Contando del cero —tomado como valor—, al cinco…, número que representa a los T’uulakalob contabilizados hasta hoy.

         Maya, en la mitología de la India y escrito en sánscrito, significa; “ilusión”, referido a la no realidad absoluta del universo tal y como lo contemplamos.

         Maya, en la mitología griega es el nombre de la madre de Hermes o Mercurio, el civilizador de Egipto y mensajero de los dioses.

         Maya, en la mística creencia mexicatl es maya-oel; la inventora del pulque, el vino regenerador del maguey que la diosa daba a sus adeptos. Otra vez una bebida embriagante, los antiguos no tenían por qué ser abstemios en algo, ahí no había doble A, alcohólicos anónimos; solo alcohólicos alegres.

Lo similar de las bebidas alcohólicas de las que ya hemos hablado; hidromiel y balché el cual es más que ligeramente alucinógeno…

         Zamná, el sumo sacerdote, convertido en dios, de la mitología maya, anterior a Kukukán, era llamado también Wotan… Y Votan en su pronunciación alemana u Odin en la acepción latinizada; era el máximo dios de los pueblos nórdicos antiguos.

         Yyig, es el nombre que se dá en los Eddas al pueblo de Wotan / Odin…

         Testas, de acuerdo a las ideas de Rosenberg los arios tenían grandes cabezas y los hombres maya daban medidas más que correctas de ancho, volumen, etc., según algunas entusiastas, en ambos sentidos.

La similitud en los nombres y cabezas era demasiado sugerente para dejarla pasar por alto, a pesar de la negación de muchos SS.

         Cuenta la mitología que cuando alguien preguntaba a Zamná (Wotan) su origen, este le respondía en maya antiguo (Mäayig): Yitzen caan. Yitzen muyal: “Soy sustancia del cielo, soy rocío de las nubes”.

         Esta sintética frase está en lo que los tradicionalistas llaman Proto-Maya; la lengua madre, atribuyendo acertadamente a los maya un enorme número de siglos como cultura.

Pero ellos en realidad se están refiriendo sin saberlo, a la lengua MayaYyig…, mucho más antigua de lo que podrían siquiera imaginar.

Claro que en el entusiasmo etílico de los schnaps, los nazis consideraron que los maya eran los descendientes directos de los atlantes, lemúridos e hiperbóreos…, por consiguiente su lengua debía, tenía que ser, la lengua madre de todas las lenguas y siguiendo con esa idea que parecían avalar los estudios del Dr. Auguste Le-Plongeon —descubridor de la estatua del “chacmol” en Chichén Itzá—, y explorador de muchos otros sitios de la península yucateca y el área maya en general (ilustrados maravillosamente con fotos en 3D ¡en esa época!), determinaron que los personajes más importantes de la humanidad…, hablaban maya.

         Y, ya encarrerados en esto, los místicos seudo científicos de la Deutsches Ahnenerbe, desde su sede de Berlín-Dahlem en Pücklerstrasse 16, crearon una imagen relacionada con los maya en verdad extraña y en muchos aspectos (o prácticamente en todos) ridícula:

La del “Cristo Nacionalsocialista”.

El supuesto profeta ario que según el nuevo credo gestado en la Prinz Albrechstrasse No. 8 (sede de las SS),  fuera traicionado y asesinado por los “pérfidos” judíos.

         El asunto completo parece haber sido sacado de una borrachera y su consiguiente cruda, pero más seguramente de un apócrifo del siglo XIII o XIV llamado Carta de Léntulo, el cual atribuye a Poncio Pilatos una descripción del Mesías, que encuadraría a la perfección con un bonito cartel de propaganda de las SS:

         Mide quince palmos y medio de alto, tiene el pelo color de una avellana aún no madura, una cabellera lacia que le cae casi hasta las orejas, pero de las orejas para abajo, todos son rizos, como tirabuzones, de un tono ligeramente más oscuro, más brillante y ondulado a partir de los hombros. Lo lleva partido al medio, a la manera de los nazarenos, y tiene una abundante pero joven barba también partida al medio. Su semblante es sencillo y maduro, y sus ojos azules cambian de color y de brillo.”

         A los de la Deutsches Ahnenerbe no les importó en lo más mínimo que Poncio Pilatos pareciera aquí, más que un severo procurador romano, un atildado y afeminado estilista; enamorado a primera vista de Jesús y su cabello al igual que de sus encantadores ojos azules… ¿de judío?

Porque, aunque así pareciera, la descripción de marras les llegó como anillo al dedo a todos los que buscaban demostrar a los creyentes alemanes; católicos romanos y cristianos protestantes evidentemente; que los “sucios judíos” eran culpables de todo…

Hasta de matar al hijo ario de zarcos ojos de “dios”.

         Era obvio entonces que todo lo contado en el Nuevo Testamento estaba amañado y no era más que otra parte de la muy antigua conspiración judía, tendiente a engañar a los creyentes para dominarlos mejor.

Y la peor calumnia en todo esto, era afirmar que: ¡Cristo era judío!

         Así ellos —los nazis—, no sólo estarían salvando a la “preciosa sangre” de la raza aria y al darwinismo social, sino también a la religión.

Con seguridad el “buen” doctor Joseph Göbbels debió casi morirse de la risa, en el Ministerio de Propaganda, mientras examinaba los resultados de esa campaña.

En el Vaticano se quedaron más quietos y mudos que una pared… no en vano el Duce Mussolini había creado la autonomía de Estado para los papas.

         Esa imagen del “Cristo Ario” de claros ojos azul celeste —hay que decirlo—, aún aparece en la mayor parte de las “estampitas” donde lo representan más como un apuesto actor de Hollywood (sangrando artísticamente o con mirada muy LSD), que como el áspero judío de esa época que debió ser, en el incierto caso de haber existido.

         En cualquier ángulo, el “cristianismo nacionalsocialista” tenía previsto cambiar las cruces romanas de las iglesias por la más digna y antigua Swastika tan pronto como fuera posible…, nomás ganando la guerra.

Pero bueno, todos sabemos lo que ocurrió, así que las cruces romanas siguen ahí, lo cual tampoco es muy alentador y, menos con un colaboracionista polaco (de los nazis), un papanazi alemán, antes director del “santo oficio” y, más recientemente en el trono vaticano, un argentino jesuita, cómplice de milicos, en la guerra sucia —ver la cinta Los dos papas.

         De cualquier manera y regresando al mundo maya, especialistas como Le-Plongeon y  J. Churchward, afirmaron y demostraron a su manera —sin conocimiento del Maya-Yyig, Mäayig—, que las últimas palabras de Cristo eran en lengua maya quiché…, lo cual le daba a todo el asunto este, un cariz abismal, una propuesta interesante; un escenario donde todo era posible…

Heli, Heli, Lamma Sabacthaní”.

Frase misteriosa que ha sido imprecisamente traducida desde el nuevo testamento como; “todo está consumado” o “la ceremonia ha terminado”, pero que, poniendo estas palabras en el sintético Maya-Yyig —tomando en cuenta lo impreciso de la grafía al paso de los años—, tendrían un significado mucho más profundo:

“Ahora parto para la casa de mi padre”.

Y, no hay que olvidar que; hay Puertas

            Los nazis trataron chapuceramente de emparentar el “heli” con sus heil los cuales no son otra cosa que la traducción al alemán e inglés del Ave romano o Salve latino; salud o viva. Usado para saludar a los emperadores, cargo que significa; triunfadores, pero no cabe duda de que, existieron y existen ingenuos que se lo creyeron; stultorum infinito est numero

         A pesar de todas estas similitudes, no ha sido posible demostrar que los maya tuvieran alguna relación con la Atlántida, Hiperborea o Lemuria, sitios cuya existencia es además, altamente dudosa; mismos que han sido hipotéticamente situados desde el Ártico al Caribe, llegando luego casi a la Antártida y en sitios que van del Egeo a África, pasando por Asia, la India, Tibet y Nepal e incluyendo en la lista al inocente río Amazonas.

         La conclusión obvia es que cada sitio ignoto del mundo, ha sido elegido por turno para albergar a las civilizaciones míticas, siendo trasladadas éstas, sin el menor empacho, al siguiente sitio inexplorado cuando el anterior ya es conocido y, no se halló en él, un solo vestigio de la pretendida civilización desaparecida.

Y, en esto, no cabe la menor duda, los del Deutsches Ahnenerbe eran especialistas…

Original en alemán:

Eine Blick, über der Deutsches Ahnenerbe

Durch meine Brille…*

El©.

(Atlantis, Mu, Hyperborea und es Maya)

Zu des Mitglied von ©. Der Kries, Leben und Toten. **

(Traducción de  ©. Héctor Chavarría)

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