Voces del Periodista Diario

V Centenario y los derechos de la Naturaleza y a la vida

Sinfonía Telúrica

Por Abraham García Ibarra

El coronavirus y sus impactos en la humanidad y la economía de los mexicanos, apenas nos está mostrando el iceberg de nuestro México profundo/ una civilización negada (obra del patriota Guillermo Bonfil Batalla).

Este mes, se están cumpliendo 499 años de la Conquista de México y la sangrienta caída de La Gran Tenochtitlan. Estamos en suspenso sobre los enfoques que se le dará en 2021 al V Centenario de ese desgarrador acontecimiento.

En la perspectiva, nos encontramos una iniciativa social de 2017 sobre Los Derechos de la Naturaleza, en cuyo centro está la de una Nueva Ley Minera que, tres años después, no ha tenido eco en el Congreso de la Unión.

112 millones de hectáreas de territorio bajo dominio extranjero

Territorio nacional enajenado: Para 2017, el Estado mexicano había otorgado casi 26 mil concesiones para la exploración, explotación y usufructo de la minería, en cuyos títulos se cede a privados el dominio de más de 112 millones de hectáreas (54 por ciento del territorio nacional). Se subraya el dato, porque el grueso de aquellas concesiones tan controvertidas tiene como titulares a corporativos extranjeros; señores de horca y cuerno de chivo.

No como mera alegoría editorial, sino en texto periodísticamente documentado, al arrancar el anterior sexenio tipificamos la minería en México y en el mundo como industria de la muerte.

Sólo la Suprema Corte de Justicia ha dicho esta boca es mía

De 2013 para acá, plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han sentenciado positivamente litigios iniciados por comunidades indígenas, cuya constante en las Litis ha sido la denuncia de aquellos núcleos comunales por la negación de consulta previa a la disposición de sus territorios, violentando mandatos de la Constitución General.

Si bien esos expedientes tienen variados sujetos obligados de orden federal por obras de infraestructura, no son pocos los recursos de amparo interpuestos contra las empresas mineras concesionadas.

Expulsiones y migración indígenas como Destino Manifiesto

Colocada la mojonera, vamos al punto de esta entrega: Registros históricos hasta el último cuarto del siglo XX, nos hablan de migración interna. Se nombran mayormente a zapotecos, mixtecos, mazatecos, kajonobales, chinantecos, otomíes, nahuas, purépechas, choles y mayas de los litorales mexicanos y del altiplano, que tuvieron como destinos originales la Ciudad de México y las áreas metropolitanas de Guadalajara y Monterrey. Más tarde, Sinaloa, Sonora y Baja California como escala a los Estados Unidos.

La dolorosa causa de esa movilidad compulsiva fue, principalmente, la marginación socioeconómica. Para la segunda mitad de la década de los ochenta, se ubicó a Oaxaca como primer estado en expulsión anual de sus indígenas.

Estudios auspiciados y publicados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) nos dan algunas señales sobre una lacerante realidad: Pobreza, desigualdad y exclusión social o Desarrollo, marginalidad y migración. Con eso está dicho todo.

Sólo se agradece a nuestros transterrados sus remesas en dólares

Con datos de 2018, se reporta a casi 12 millones de mexicanos en el exterior; 97 por ciento en los Estados Unidos, un alto porcentaje de indígenas. De acuerdo con su estatuto migratorio, de las primeras generaciones de migrantes no pocos han logrado la calidad de naturalizados; otros, de residentes permanentes. En condición de indocumentados la cifra fluctúa, según la estacionalidad laboral, entre 4 y 6 millones de compatriotas.

En 1521, los conquistadores españoles encontraron nuestros territorios una población de más de cinco millones de habitantes originarios: 130 años después, el censo hablaba de un millón 200 mil; una merma de más de cuatro millones.

Si bien los censos procesados desde 2010 y anualmente actualizados con base en tendencias, en México se identifica como indígenas a cerca de 16 millones de individuos. Sin embargo, con datos de 2020, se reconoce que 25 millones de mexicanos hablan alguna variedad de las lenguas prehispánicas.

Los aciagos censos nacionales de Población y Vivienda 2020, fueron interrumpidos en marzo por la emergencia sanitaria. Sus resultados finales nos esclarecerán seguramente la densidad demográfica de los pueblos nativos y sus expulsiones-migraciones internas y hacia el exterior. El Consejo Nacional de Población tiene por su parte reveladoras estadísticas.

Rescatamos un dato: Entre los trabajadores emigrantes a los Estados Unidos hay un alto porcentaje de indígenas. El conjunto de transterrados aporta a la economía nacional -para 2019- más de 36 mil millones de dólares al año. Más que petróleo y turismo juntos, sólo superados por los tráficos de drogas, armas y personas.

T-MEC, la defensa de trabajadores emigrantes, en punto ciego

Como lo hicieron los negociadores salinistas del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) entre 1992 y 1994, los negociadores del nuevo acuerdo comercial –T-MEC– dejaron en punto ciego el capítulo correspondiente, que implica la protección y defensa de aquellos mexicanos.

Estamos a escasos cinco meses del V Centenario del tremendo 1521. No sabemos si la agenda del año próximo año trate, como en 1992, del Encuentro de dos mundos. Lo que permanece entre corchetes, es la iniciativa social para legislar Los derechos de la Naturaleza, que para otros mexicanos es el Derecho a la vida. Es cuanto.

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