A FUEGO 
LENTO
Por Enrique Pastor Cruz Carranza
Siempre he dicho y sostengo, la política es la manifestación suprema de la inteligencia humana y aplicada en ese terreno, constituye la posibilidad de poder transitar en orden, civilidad, acuerdos y tolerancia en todas direcciones.
Cada proceso político electoral es la gran oportunidad de calificar a nuestras autoridades en su función, dándoles un nuevo voto de confianza o buscar nuevas alternativas donde hacer factible un proyecto incluyente integral para todos.
Existen – principalmente- en varios Estados profundos intereses creados y consolidados en caciques quienes fortalecieron sus huestes posteriormente al asesinato de Luis Donaldo Colosio quien, traía en manos el proyecto para terminar con una nomenclatura asfixiante desde el Estado de México comandada por el mítico Profesor Carlos Hank González una versión cuarta de un “Vito Corleone” México- Alemán.
Ernesto Zedillo dejaría libre las manos a esos gobernadores quienes construyen cotos de poder al estilo de Gonzalo N. Santos y a partir de ahí, toda una simulación de pluralidad espejo de carnaval, donde el “gatopardismo” fue un alarde de cinismo… ¡para más de lo mismo!
Nadie de esos nuevos “Señores Feudales” apostaba un ápice a la posibilidad de alternancia, no de siglas vacías de lealtad, sino de nuevos actores de un cambio de forma y fondo real.
En el 2000 se sublima el engaño para salvar esa nomenclatura depredadora y prevalecer en las calificaciones trucadas e hipócritas del neoliberalismo colonialista global, para seguir atracando los recursos naturales renovables y no de los países en eternas vías de desarrollo.
En 2006 el fraude sin pudor para instalar en la Presidencia a un disfuncional sin escrúpulos para tratar de sepultar la fuerza ciudadana en total ebullición.
Ahora vemos en México un nuevo escenario de confrontación, después del triunfo de Andrés Manuel López Obrador y los efectos de una – todavía insuficiente y débil – combate a la corrupción e impunidad.
La oportunidad real de darle “Un Golpe de Timón”
a la vida institucional es indiscutible, pero se requiere una sociedad, no solamente participativa, sino capaz de distinguir las fronteras del fanatismo, revanchismo o venganzas pueriles y la necesidad de concretar un proyecto diferente, con un Estado de Derecho sin recovecos.
Nuestra “Clase Política” parece no estar a la altura y apuesta al espectáculo rijoso, folclórico y vulgar para ganar adeptos y en esa nueva mascarada de militancia transmutada y oportunista, muchos aspirantes infiltrados en MORENA, fueron ayer feroces críticos del “Mesías Tropical” y ahora resultan más pejistas que los pantanos y aguadas de Tabasco.
Da pena ver el nivel del debate- completamente de drenaje de aguas negras – y como certificado de mezquindad, escuchar al ícono de la moralidad post fraude del 88, Diego Fernández de Cevallos excretar insultos al Ejecutivo Federal, demostrando un grado de desesperación y angustia de un potencial “Ladrillo” con Tango incluido.
Créame esperaba otro escenario para esta nueva confrontación “civilizada” en busca del voto a base de convencimiento, reflexión, proyecto de Nación y en cada Entidad.
Es evidente los caciques están frenéticos por mantener intocable sus votos de poder y lo mismo muerden la mano que, les dio poder heredados y simulan lealtad ladina a la “4T”, mientras ya juegan la sucesión, vendiendo un control mesiánico tan falso como su moral y tan mercenaria como todo lo factible de comercializar.
Lo realmente insultante es el grado putrefacto de los debates que, son un retrato de quienes lo realizan y un agravio a nuestra inteligencia ciudadana.
El próximo proceso no será una elección más.
Estará de por medio un examen de conciencia, ética, historia, dignidad y educación para todos los mexicanos.