Voces del Periodista Diario

Y a las calificadoras, ¿quién las califica?

La Piedra en el Zapato

Por Abraham García Ibarra

Si nos ponemos serios, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México, apenas alcanza el grado de duda. Si nos ponemos serios, puede ser que la autoridad reguladora de los Estados Unidos ya le haya puesto el cascabel al gato desde 2008.

En el mundo existen unas 130 agencias calificadoras. En la zona euro se sospecha de las tres dominantes, por el solo hecho de ser anglosajonas. No es poco motivo de escepticismo.

El supuesto, es que esas empresas tendrían como función prevenir a los inversores sobre riesgos, con dos alertas: 1) Lavado de dinero, y 2) Eficacia en el cumplimiento de las facultades los órganos reguladores.

El coco para los tecnócratas mexicanos, como para financistas de otros países del Primer Mundo o con economías emergentes, son Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch Rating.

Hace meses, Rusia y Brasil decidieron poner distancia a esas calificadoras, a las que se acusa en Europa de evaluar con sesgo eminentemente político.

Se favorece, pues, a Estados o empresas que se someten a cierto modelo económico, sustanciado en un proyecto político-ideológico trasnacional, del que son tributarios; y se descalifica a aquellos que optan por líneas diferentes.

Desde esa óptica, esas agencias privilegian a gobiernos o empresas financieras con calificaciones máximas, a sabiendas que en sus panzas anidan activos tóxicos.

El que a la iglesia sirve, de la iglesia vive

Ello es así, porque, de esas calificaciones, las calificadoras obtienen hasta 75 por ciento de sus ingresos por concepto de comisiones a las emisoras de papeles de deuda, tabuladas según el grado de calificación que se les otorgue.

Hablamos de 2008:  Los investigadores y analistas más autorizados de los Estados Unidos imputaron la denominada crisis suprime, que provocó una debacle en los principales mercados del mundo, a las calificadoras.

La autoridad reguladora de la Unión Americanas, como consecuencia de dicha debacle, penalizó con multas multimillonaria en dólares a los bancos implicados, y puso en remojo a las tres calificadoras nombradas, que siguen en la mira.

Los calificadores en México salieron súbitamente de su legarto

Los calificadores de esas calificadoras, súbitamente salieron de su letargo y, amodorrados, vieron que en México ocurren cosas que no habían ocurrido hasta antes de diciembre de 2018.

Adormilados, esos calificadores no aciertan a percibir que, antes de 2018, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, por ejemplo, reportaba ingresos a México por más de 60 mil millones de dólares al año, evidentemente destinados a las lavanderías domésticas.

Uno de los factores de calificación, como se señaló en párrafos anteriores, es la prevención de riesgos por blanqueo de dinero.

El Banco de México, primer “esterilizador” de divisas

En nuestro país, el Banco de México, responsable de la gestión de divisas extranjeras, es el encargado de la esterilización de esas divisas, para incorporarla a las cuentas nacionales.

Los dólares estadunidenses no provienen sólo de las remesas de nuestros compatriotas transterrados en los Estados Unidos, ni del turismo; menos, de los ya magros ingresos por petróleo, sino, como se dice en el llano, de algo más.

En última lectura, la nueva administración federal no está en aptitud, por ahora, de sustraer a México del Derecho Corporativo Global o, según se conoce ahora, del Nuevo Orden Feudal Mundial. Es cuanto.

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Redacción Voces del Periodista

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