Voces del Periodista Diario

El gobierno que quiere Manlio Fabio Beltrones

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Antes y después de ser gobernador de Sonora y antes también de hacerse cargo de la dirigencia nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera llegó tres veces a la Cámara de Diputados federal y dos veces al Senado. En una legisladora y otra, tuvo oportunidad de ser el titiritero de comisiones de dictamen y del pleno.

En al menos en una de esas ocasiones, el Congreso de la Unión acometió un proyecto de Reforma del Estado; vista a la luz actual, huera.

Beltrones Rivera, sin embargo, nunca concibió la idea de una Reforma del Gobierno, asunto sobre el que abundan investigaciones e iniciativas en institutos universitarios debidas a serios y prestigiados constitucionalistas.

Ahora que, después del desastre al que llevó al PRI en los procesos electorales de junio de 2016, Beltrones Rivera debiera resignarse a ver los toros desde la barrera; no, no se resigna al retiro. Se alquila con quien primero le llega al ego para girarla de dómine de la democracia.

Su bandera en estos días, es la del Gobierno de Coalición, habida cuenta que en elecciones competidas ni candidatos ni partidos pueden aspirar a más que surgir como una primera minoría. De ello sigue que en el gobierno en condominio cabría hasta la última minoría y todos contentos. La gobernabilidad democrática estaría más que garantizada.

Lamentablemente, de las apariciones y exposiciones del sonorense (uno de sus foros de la semana pasada fue montado por Los Galileos, un desprendimiento de otro desprendimiento en el interior del PRD), no se conoce el soporte teórico en que fundamenta su ponencia.

Sólo planteamos el requerimiento de basamentos teóricos en una iniciativa de esa naturaleza, porque de las convergencias ideológicas ni hablar, aquí donde la partidocracia sólo tiene como motor el pragmatismo.

¿Acabar con el régimen presidencialista?

Obviamente -de ahí el imperativo de tener al menos una noción teórica-, proyecto de tal envergadura requiere una radical reforma de la Constitución que consagra el régimen presidencialista.

Dice el artículo 80 de la Constitución vigente que el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo se deposita “en un solo individuo”. De ahí que una frase típica de nuestro modelo democrático, pronunciada desde lo alto, dicte que el poder no se comparte.

Beltrones quiere que sí. Y los políticos nacidos para perder también dicen que si, pues la coalición les aseguraría su parcelita en el paraíso burocrático. Habría lo que dice el clásico: “Circulación de las élites”.

Cómo distribuir las funciones y responsabilidades del Estado no queda clarificado en el proyecto de Beltrones Rivera. Pero los partidarios de su tesina tampoco parecen preocuparse por esa minucia.

De lo que se colige que la “novedad” de Beltrones consiste en la rogativa de aquel compadre del compadre que llegó al poder: No me des, compadre, nomás ponme dónde haya.

Y sólo para ilustrar esa “solución” hay que decir, por ejemplo, que para 2017 está propuesto más de un billón de pesos destinado al gasto corriente, de donde salen sueldos, salarios, dietas, honorarios, prestaciones, gastos de seguridad social, obligaciones laborales, etcétera para la burocracia.

En el gobierno panista de Fox, el dispensador de la nómina pública fue el priista Francisco Gil Díaz. En el sexenio también panista de Calderón, fue el doctor José Antonio Meade Kuribreñas. Ahora éste es el repartidor del gasto en el gobierno priista de Peña Nieto.

Así, sí funciona el “gobierno de coalición”. Pero si no hay reparto en la Tesorería de la Federación, así no baila m’ija con el señor y entonces el  gobierno termina siendo de  colisión. Mejor que Beltrones deje las cosas como están.

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