Voces del Periodista Diario

Gurría Treviño: masajes al ego

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

 

Por supuesto, cuando las agencias multinacionales en las que está inscrito México bajan y bajan las expectativas de crecimiento de la economía nacional en 2016 y 2017 y las calificadoras neoyorquinas ponen en negativo las perspectivas de la deuda pública mexicana, a los responsables de las finanzas gubernamentales les es útil cualquier dosis de oxigeno que les levante su nervioso estado de animo.

Habla seis idiomas, tiene títulos de licenciatura por la Escuela Nacional de Economía (UNAM), de maestría por la University of Leeds, del Reino Unido, diplomado por la Harvard University y maestría por la University of Southern California (USA).

Actualmente, es secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Sus biógrafos pueden decir que es un buen aval, pues a aquellos atributos se suman su experiencia en la Administración Pública.

En el sector público transitó por la subdirección de Deuda Pública, la dirección de Financiamiento Externo, la dirección general de Crédito Público y la  subsecretaría de Asuntos Financieros Internacionales, todas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la que fue finalmente titular con Ernesto Zedillo Ponce de León después de haber fungido como secretario de Relaciones Exteriores.

Se trata del tamaulipeco José Ángel Gurría Treviño. Ayer se retrató con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreñas ante quien expresó que, aún en un ambiente de alta volatilidad e incertidumbre global, México continúa creciendo por arriba del promedio de los países de la OCDE. Obvio, saludó con beneplácito el paquete económico para 2017.

Será por eso que el doctor Meade apareció en las imágenes con una sonrisa de oreja a oreja.

Si alguna acotación merece la autoridad de ese fiador, es que estuvo en el alegre coro que, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, anunció larga vida  al salinato: Al menos 25 años. Estarían por cumplirse en 2019.

Uno de los cargos de Gurría Treviño antes citado, el de subsecretario de Asuntos Financieros Internacionales de la SHCP, lo ejerció en el sexenio salinista. Como tal, fue exégeta libresco de la negociación de la deuda externa que Salinas dio como problema resuelto. Al son del Himno Nacional, el entonces Presidente declaró que de ese grillete quedarían  liberados nuestros hijos.

Después de más de dos décadas, la deuda pública mexicana, que tanto preocupa a los analistas y calificadores extranjeros, monta la pavorosa suma de ocho billones de pesos.

La tentación de seguir en la red del FMI

No es por hacerla de cuentachiles, pero en la hoja de vida profesional del tamaulipeco se pregona que, al terminar el sexenio 1994-2000, dejó una economía en crecimiento al ritmo de 6.7 por ciento.

Lo cierto es que, según gráficas de la SHCP, del Banco de México y del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) el crecimiento promedio del PIB en el sexenio de Zedillo fue de 3.39 por ciento. Incluso, el producto per cápita bajó de 12.42 por ciento de Salinas a 11.18 por ciento de Zedillo.

De todas maneras, se valen los masajes al ego, a condición de que el doctor Meade Kuribreñas modere su entusiasmo y no haga efectiva su intención de usar el “crédito flexible” que el Fondo Monetario Internacional (FMI)  le tiene autorizado a México por 80 mil millones de dólares.

Moderación, es una de las prescripciones que los médicos recomienda a los adictos al alcohol. Vale lo mismo para los adictos a la deuda.

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