Voces del Periodista Diario

No reducir la crisis magisterial al aplausómetro electoral

VOCES OPINIÓN Por: Lic. Mouris Salloum George.

Todo parece indicar que la Reforma Educativa -en su pretendida aplicación coactiva y en la consecuente resistencia- está marcando ya los tiempos de la agenda política nacional, incluso en su expresión electoral con miras a la sucesión presidencial de 2018.

Con poco qué decir sobre los contenidos reales de dicho proyecto -pues pocos han leído siquiera la exposición de motivos de la iniciativa de reforma constitucional y su correspondiente de la ley secundaria-, la mayoría de sedicentes analistas del actual conflicto lo mide por los puntos que se anotan o se descuentan a al menos dos presidenciables del PRI, según el suceso del hoy.

Para ese efecto, los secretarios colocados en el péndulo son el titular de Educación Pública, por razones más que obvias, Aurelio Nuño Mayer, y el de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Lo curioso de este enfoque es que los amarradores de navaja y lanzadores de esos dos protagonistas pretenden que sus gallos se pongan las pilas frente al supuesto adversario común, el líder de Morena Andrés Manuel López Obrador, contra quien disparan denuestos por sus vínculos con la CNTE, pero reconocen que las encuestas le están dando el mejor posicionamiento entre los aspirantes la presidencia.

Se observa la fútil reducción de la crisis Estado-magisterio al mero aplausómetro electoral, habida cuenta que no se quieren escuchar voces que han  irrumpido la escena, llamando a los beligerantes a la lucidez y a un esfuerzo de diálogo que tenga desenlaces resolutivos y no sólo de mera retórica de provocación, por un lado, y de actitudes intolerantes  por el otro, como en todo diálogo de sordos.

Los que abogan por los “de abajo”

En esa dirección han actuado importantes segmentos de la comunidad académica y representaciones de organizaciones de la sociedad civil, ofreciendo incluso su intermediación.

Haciendo a un lado prejuicios estériles, nos parece importante destacar al respecto la actitud misionera que han asumido, individualmente o en bloque, obispos de la Iglesia católica, particularmente aquellos que tienen su sede oficiante en las entidades donde más se ha exacerbado la situación.

Parecería que esos obispos (cuyas diócesis están arraigadas en territorios mayoritariamente indígenas), se han tomado en serio el exhorto que en su visita de principios de año a México hizo el papa Francisco, en el sentido de que es hora de bajarse de las carrozas de los nuevos faraones y llevar la pastoral adonde priva el sufrimiento humano.

Con independencia de los ingredientes técnicos y administrativos de la cuestión a debate, un documento suscrito por los tres obispos titulares de las diócesis chiapanecas pone el acento en un tema que pretende sacarse de cuadro: (la implementación de la reforma) debe tomar en cuenta que Chiapas, Oaxaca, Guerrero y partes de Michoacán sufren rezagos ancestrales”.

Dicho de otra manera, ahí está la raíz de todos los males, contra los cuales nada puede el voluntarismo intolerante.

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