Voces del Periodista Diario

Vicente Fox y Hillary Clinton, almas gemelas

VOCES OPINIÓN Por: Mouris Salloum George

Cuando, después de presentarse el 1 de diciembre de 2000 en el Auditorio Nacional crucifijo  en diestra, para su “segunda protesta” en el mismo día como presidente de la República, algunos intelectuales festinaron que Vicente Fox, con su “estilo arrebatado”, desolemnizaría la investidura presidencial.

Durante el sexenio 2000-2006, el guanajuatense les dio la razón a sus publicistas. ¡Qué pachanga sexenal!

Hace unos meses Fox, que sigue siendo botana en algunos medios electrónicos metropolitanos, abordó el tema de La noche de Iguala. Con su “estilo arrebatado” se dirigió a los padres de Los 43 de Ayotzinapa, con esta expectoración: ¡Ya supérenlo!

Lo que Vicente Fox parece no haber superado desde que a media noche del  30 de noviembre de 2006 le entregó la banda presidencial a Felipe Calderón, es su nostalgia de Los Pinos y sus acogedoras cabañas.

En las primeras semanas, después del término de su sexenio, en las que se le veía como un guanajuatense más, Fox reclamaba que se le siguiera dando trato, no de ex, sino de Presidente; “al estilo de los Estados Unidos”.

“Facilitador” electoral de doña Hillary

Hay otra cosa que no supera el ex presidente panista. En el marco de las elecciones presidenciales rumbo a la Casa Blanca, se alineó oficiosamente a la candidatura demócrata de Hillary Clinton.

Fox se convirtió desde aquí en detractor sistemático del republicano Donald Trump, en cuyos incesantes mensajes twittea y tutea.

Llegó la primera semana de noviembre de 2016 y el 21 de enero de 2017 y Fox, hasta la fecha, no llega a superar el resultado y las inevitables consecuencias de esas dos fechas: El magnate republicano despacha, con su “estilo arrebatado”, en el Salón Oval de la Casa Blanca.

Es asunto de la siquiatría diagnosticar si Fox ha olvidado o no, los aviesos métodos por los que, en 2005-2006, se entrometió en su sucesión conforme los registros periodísticos y el expediente correspondiente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

La política en los Estados Unidos es un asco

Pero esa es otra historia. La historia de esta semana, es que la frustrada candidata de Fox, Hillary Clinton, da indicios de que no ha asimilado ni superado su derrota electoral.

La mujer de Bill Clinton, auxiliada dicho sea de paso por la ex pareja presidencial, los Obama, sigue respirando por la herida.

El martes pasado, doña Hillary volvió a los medios estadunidenses: Culpó de su derrota presidencial a “la conspiración” de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a Rusia y a Wikilieaks.

Recuérdese que el quid de ese tópico fue la filtración y divulgación de mensajes que, como jefa del Departamento de Estado, transmitió la señora desde un sitio privado de la Internet.

A decir de Clinton, esa fue la causal y la causa de su debacle electoral en noviembre pasado.

En el caso de FBI, lo que ocurrió fue que, antes del martes negro de Clinton, la oficina anunció que se había reabierto una investigación sobre el emocionante tema de los mensajes del Departamento de Estado usando una red domiciliaria.

Al día siguiente de las declaraciones de Clinton, en comparecencia ante el Comité Judicial del Senado, el titular de la FBI, James Comey (implicado en “la conspiración”) se concretó a decir: Me provoca náuseas pensar que pudimos haber tenido un impacto en la elección, pero honestamente eso no cambia la decisión.

¿Qué se deduce de ese testimonio? Que la política y el sistema electoral  en los Estados Unidos son un asco. Pero la candidata demócrata, Hillary Clinton, conocía esas “reglas” desde que su marido, Bill Clinton llegó por el mismo sistema a la Casa Blanca.

La señora Clinton no logra superar su drama personal. Aquí tampoco Vicente Fox Quesada, que sigue vociferando contra Trump, un día sí, y otro también. Así es también la política “a la mexicana”.  

Articulos relacionados

La cuestión es, ¿quién se quedó con el botín?

Redacción Voces del Periodista

Al final de la jornada, “todo es vanidad”

EU: ¿Estamos ante un crimen de lesa infancia?