REINO UNIDO, (Sputnik), 28 de noviembre de 2020 .- Los tiburones más grandes del océano estacionaban a sus crías en criaderos de aguas calientes y poco profundas con mucha comida y escasos depredadores, así lograron asumir su título de reyes del mar. Pero su dependencia de estos criaderos posiblemente contribuyó al final de su reinado de 20 millones de años, afirman los científicos británicos.
Y es que a medida que el nivel del mar descendía, el megadepredador, Otodus megalodons, posiblemente encontraba cada vez menos zonas costeras de refugio confiable donde sus crías podrían llegar a la edad adulta de manera segura, informan los investigadores de la Universidad Británica de Bristol.
Otodus megalodón, a veces clasificado como Carcharocles megalodon, tardaba 25 años para convertirse en un adulto, lo que los científicos califican de “una madurez sexual extremadamente retrasada”. Pero una vez que crecía completamente, el tiburón podría alcanzar hasta 18 metros de largo, tres veces el tamaño del gran tiburón blanco más grande, hecho famoso gracias a la exitosa película de 1975, llamada Jaws.
Los viveros, situados en las plataformas continentales poco profundas con un gran número de peces más pequeños para alimentarse y pocos depredadores competidores, les proporcionaron a los megalodones un espacio ideal para alcanzar su increíble tamaño, afirman los autores en su artículo de investigación, publicado en la revista The Royal Society Journal Biology Letters.
“Nuestros resultados revelan, por primera vez, que las áreas de vivero eran comúnmente utilizadas por O. megalodon en grandes escalas temporales y espaciales”, comentaron los autores.
El equipo de investigación descubrió una zona de criaderos frente a la costa este de España en la provincia de Tarragona después de visitar un museo y observar una colección de dientes de megalodones.
El vivero español podría describirse como “un lugar perfecto para crecer”, afirman los autores. Habría sido una “zona de bahía poco profunda de aguas cálidas, conectada al mar y con extensos arrecifes de coral y muchos invertebrados, especies de peces, mamíferos marinos y otros tiburones y rayas”.
A juzgar por el tamaño de los dientes, el grupo científico supuso que el área había sido el hogar de jóvenes megalodones. “Muchos de ellos eran bastante pequeños para un animal tan grande”, explicaron los investigadores británicos, Carlos Martínez-Pérez y Humberto Ferrón.
Los tiburones mudan continuamente sus dientes a lo largo de su vida, y los criaderos son zonas con una gran abundancia de estos animales marinos.
“Como consecuencia, se pueden desprender grandes cantidades de dientes, lo que aumenta las posibilidades de posteriores descubrimientos de fósiles”, dijeron los autores.
Los megalodones disfrutaron de las aguas cálidas y templadas del período Mioceno que se extendió desde hace unos cinco millones a 23 millones de años. Pero el período más frío del Plioceno les convenía mucho menos.
A medida que su presa se adaptaba y se dirigía hacia aguas más frías, el megalodón se quedó en las zonas donde los océanos permanecían cálidos. La comida restante también fue favorecida por los grandes tiburones blancos, aumentando la competencia con el depredador más pequeño, pero al mismo tiempo más ágil.
El megalodón fue un tiburón que vivió hace 19,8 y 2,6 millones de años casi en todo el mundo en regiones tropicales templadas. Tenía dientes gigantescos: de hasta 20 centímetros de longitud, por eso se pensaba que era un animal exorbitantemente grande, pero hasta hace poco los científicos no habían podido determinar exactamente su tamaño. Las teorías científicas decían que medía entre 25 y 30 metros de longitud. Pero otro grupo de investigadores estableció que el megalodón medía hasta 15 metros de longitud.
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