El comercio de monedas nacionales protege a los países contra las “influencias externas” y ayuda a evitar riesgos de fluctuaciones en las tazas de cambio, según expertos.
Fuente: Actualidad RT.
Moscú y Pekín pretenden extender el acuerdo trienal de swap de divisas nacionales (intercambio de rublos y yuanes) valorado en 25.000 millones de dólares, con el fin de aumentar el uso de sus respectivas monedas en el comercio bilateral.
“Los reguladores financieros de ambos países están trabajando para extender el acuerdo bilateral de swap de divisas para los próximos tres años”, cita la agencia TASS al vice primer ministro ruso Serguéi Prijodko durante una visita oficial a China.
Evitar riesgos
Por su parte, el analista Mehdi Mehdiyev ha comentado a RT Deutsch que tanto China como Rusia se han comprometido a promover sus propias monedas, lo que significa que es probable que la parte del dólar se reduzca a nivel internacional. De acuerdo con el experto, “eso es un hecho, y no es solo indicativo del volumen de transacciones en monedas nacionales”.
El comercio de monedas nacionales protege, según el analista, a los países contra las “influencias externas” y ayuda a evitar riesgos de fluctuaciones en las tasas de cambio. Asimismo, los acuerdos de swap ayudan a reducir el déficit presupuestario, enfatiza Mehdiyev.
Evitar sanciones
Por otro lado, el experto financiero Andrew K.P. Leung señala que para Moscú, el comercio en monedas nacionales es una forma de eludir las sanciones occidentales, y para Pekín, promover el yuan.
“China es uno de los principales compradores de las exportaciones de energéticas rusas”, por lo que “la extensión del intercambio de divisas reducirá los costos de transacción” entre ambas naciones y “disminuirá la dependencia de Rusia del dólar estadounidense”, apunta Leung.
Un proceso doloroso
Por su parte, el politólogo ruso Sarkis Tsaturyan, subraya que la “desdolarización” será un proceso largo y doloroso que puede afectar tanto a Moscú como a Pekín. Aunque Rusia y China se están alejando del dólar estadounidense, este es un proceso que puede llevar, según Tsaturyan, de 15 a 20 años.
“Ya que la economía de China se basa en el dólar, es poco probable que Pekín derrumbe el dólar. Sería un disparo en su propia rodilla”, concluye el politólogo.