Varios empleados de Google han admitido que la multinacional estadounidense hizo casi imposible que sus usuarios mantuvieran la privacidad de sus datos de ubicación en sus teléfonos inteligentes, según consta en unos documentos que forman parte de una demanda que la oficina del fiscal general de Arizona (EE.UU.) presentó el año pasado contra la compañía, informó este viernes Business Insider.
Los documentos revelan que el gigante tecnológico recopiló datos de ubicación incluso cuando los usuarios desactivaron varias configuraciones para compartirlos, hizo que las opciones de privacidad fueran más difícil de encontrar e incluso presionó a LG y a otros fabricantes de teléfonos para que ocultaran dichos parámetros.
Asimismo, la documentación indica que la empresa utiliza una variedad de vías para recopilar datos de ubicación de los usuarios, que incluyen el WiFi e incluso aplicaciones de terceros no afiliadas a Google, lo que obliga a los usuarios a compartir sus datos para usas esas alicaciones y, en algunos casos, conectar sus teléfonos a un red WiFi.
“Omisión de hechos”
Por otro lado, señala que cuando la multinacional probó versiones de su sistema operativo Android que facilitaban la búsqueda de configuraciones de privacidad, los usuarios lo aprovecharon, algo que Google consideró como un “problema” y escondieron más esos parámetros.
La compañía con sede en California también trató de convencer a distintos fabricantes de ‘smartphones’ de que ocultaran la configuración de ubicación “a través de tergiversaciones activas y/u ocultamiento, supresión u omisión de hechos”.
Durante una declaración, Jack Menzel, un exvicepresidente que supervisa Google Maps, reconoció que la única forma de que Google no puede averiguar las ubicaciones de la casa y el trabajo de un usuario es si éste configura otras direcciones de forma intencionada.
Prácticas agresivas
Los mismos documentos ponen de manifiesto que la multinacional también trató de confundir a los propios trabajadores acerca de sus técnicas de recopilación de datos. Este es el caso de Jen Chai, gerente de productos senior de Google a cargo de los servicios de ubicación, que no sabía cómo interactuaba entre sí la compleja red de configuraciones de privacidad de la compañía.
Algunos trabajadores parecieron admitir que los usuarios estaban frustrados por las prácticas agresivas de recopilación de datos de la empresa, lo que podría dañar su negocio.
“Así es cómo Apple nos está quitando nuestra comida”, dijo un empleado que no reveló su identidad. En este sentido, subrayó que es “mucho más probable” que la compañía rival permita a los usuarios aprovechar las aplicaciones y servicios basados en la ubicación en sus teléfonos sin compartir los datos con ella.