Voces del Periodista Diario

“¡FIESTA INCA EN TIERRA AZTECA!”

Por Alejandro Ruíz Robles

“… ¡Tengo una fe que madura, que va conmigo y me cura desde que te conocí! …” (“Hoy”, Gian Marco)

LA INDEPENDENCIA.

… Y justamente, eso fue lo que sentimos todos … una fe madura por el amor y la
integración entre nuestros pueblos: ¡México y el Perú, el Perú y México!
Grandes eventos nos presentaron el cuerpo diplomático y la Cámara de Comercio
Mexicano Peruana (CCMP) durante los días previos, iniciando con una cena, más
tarde una comida hasta llegar al convivió popular en el Parque Perú el día 28 de julio.

El común denominador fueron la sobriedad, la seriedad y la alegría que en todo
momento se manifestó a cargo de decenas de nacionales de amigos del Perú y
México, dando como resultado días de reales festejos por el 203º Aniversario de la
Independencia del Perú.

Entender el folklor andino, no es sólo quedarse en los ritmos usualmente
conocidos como la cumbia y la salsa, sino también apreciar otros, tales como: el
“festejo”, “huaylas”, vals peruano y la “chicha”. Su origen atiende a una fusión de
las culturas inca, americanas, africanas e hispánicas y nos percatamos que es una
forma de comunicación no verbal en la cual los participantes expresan
sentimientos y emociones a través de gestos y movimientos; entre ellos destaca el
júbilo y la esperanza por una excelsa temporada de cultivo productivo.

Mención aparte merece la “marinera norteña” que es un baile con raíces en el
“fandango” español, la “zamueca” africana y los bailes indígenas en parejas, cuya
esencia atiende al enamoramiento. Exhibiciones coquetas y seductoras son parte
de la picardía de los movimientos que hoy son considerados patrimonio cultural de
la humanidad.

Adicionalmente, muchas de estas danzas están ligadas a ceremonias, actividades
básicas o rituales como el riego, la cosecha, la siembra o conmemoran algún
hecho histórico de la zona.

En cuanto a los trajes regionales, es maravilloso apreciar que son vistosos,
fastuosos y coloridos, a tal grado que logran la combinación perfecta al vestir los
movimientos de los danzantes.

Tan sólo de pensar en ello, nos damos cuenta de que todos tenemos una y mil
razones para amar al Perú … ¿estás de acuerdo?

LA ALGARABÍA.

Me encanta disfrutar cada año de las reuniones que se organizan para celebrar las
festividades del Perú. Es indudable que se trata de eventos extraordinarios
organizados por emprendedores, empresarios, diplomáticos y en general, amigos
del pueblo peruano.

Generalmente, lo que inicia con un ambiente formal y solemne, con himnos que
erizan la piel, más tarde se relaja y se convierte en una fiesta de unidad con
detalles de hermandad; eso sí, con momentos para abrazos por lo que representa
la ocasión y desde luego, lágrimas furtivas generadas por la nostalgia y los
recuerdos de familia, amigos o detalles resguardados en el corazón relacionados
con lo vivido.

Si a cada uno de los asistentes se les preguntara la razón de la reunión, resultaría
obvio que darían más explicaciones cívicas que emotivas; no obstante, si
realmente indagáramos en ellos, no percataríamos que es porque todos quieren
sentirse en su lugar de origen, tener el contacto de personas con el mismo interés
y lo mejor, hacer algo en el presente de lo que fue su pasado.

Nadie puede ser tan insensible como para no emocionarse con tantas expresiones
de afecto, ni tan frívolo para no valorar lo que ha costado a estas personas dejar
su país de origen; sin embargo, para los que mostramos interés en ellos, es una
magnífica oportunidad para darles más elementos para amar nuestra tierra y
hacer más llevadero cualquier reminiscencia que les conflictúe.

En momentos así pienso que si la vida es una … ¡Qué maravillosa oportunidad
para regalar instantes de valor para todos, en especial, para quienes los
abruma la remembranza!

 

LAZOS ENTRAÑABLES.

Hablar de Latinoamérica es referirnos a países hermanos con grandes vínculos
políticos, sociales, culturales y económicos, entre muchos otros.
Si bien cada lugar tiene lo suyo con personas muy distintas, la gran ventaja es que
de siglos compartimos principios, valores, propósitos y que decir del amor por
nuestras raíces.

La gran satisfacción y el inconmensurable orgullo por ser parte de esta región
hispana se manifiesta de manera más que regular cada día.
Viajar por nuestros países es una gran oportunidad de sentirse en casa sin
importar la distancia existente con nuestro hogar real.

“Tu casa es mi casa” resulta ser la frase más acertada para reflejar la manera en
que queremos hacer sentir a quien nos visita. Las conductas constantes que
apreciamos son la entrega y el entusiasmo por hacer sentir cómodo al hermano
latino que llega a nuestro país.

En este contexto, vale la pena tomar nota de la “Pachamama” o Madre Tierra, que
conforme a la tradición incaica es la diosa femenina de la tierra y fertilidad, del
que derivan como principios cosmológicos quechuas: el agua, la tierra, el sol y la

luna y es concebida como la madre que nutre, protege y sustenta a la civilización
andina, aunque pudiera ser extensivo para toda nuestra comunidad latina.
Para celebrarla, se ofrenda con todo aquello que amamos y lo mejor que tenemos,
siempre con una actitud de agradecimiento por todo lo que nos da o bien,
tomamos de ella.

Estamos tan vinculados, que en México también la reconocemos como “Tlali
Nantli” o “Cihuacóatl” en náhuatl.

En fin, nuestros pueblos siempre han venerado con convicción nuestra tierra y si
hacemos extensiva su celebración, le compartimos lo que más amamos.

Sea como pensamiento místico o sentido mágico, lo cierto es que es un orgullo ser
latino. ¿Lo crees así?

 

SIMPLEMENTE … ¡COMPARTAMOS!

Lo único que se necesita para compartir es única y exclusivamente ser generoso,
darnos de corazón, lo cual implica saber recibir, ofrecer y aceptar a las personas y
sus circunstancias, sin prejuicio alguno; en el entendido que, dicha virtud está en
nuestra esencia y por más que algunos lo quieran negar, siempre estará presente.

Esto usualmente nos genera paz y provee bienestar en nuestro núcleo social.
Adicionalmente, siempre serán de agradecerse las palabras de diplomáticos o
líderes sociales, económicos y políticos que nos alienten a mantener nuestro amor
por los ciudadanos de los países que ahí participen; de ahí que sea tan importante
su actuar solidario por y para su audiencia.

Se atribuye a Diógenes de Sinope la denominación de “ciudadano del mundo” y tal
pareciera que a veces requerimos serlo para trascender de un confinamiento; así
como aprender, respetar y reconocer los conocimientos y las costumbres que nos
son ajenas. No hay razón para discriminar a alguien, la inclusión y el respeto por
la diversidad serán elementos que como seres humanos harán que formemos y
mostremos la mejor versión de nosotros.

Llama la atención que hoy que se pretenden acciones para fomentar el turismo;
haya tantas acciones que restrinjan la migración en aras de seguridad y protección
económica.

Hoy celebramos las fiestas patrias peruanas y nos congraciamos con festejarlos a
nivel social, sabiendo que la unidad y amistad entre nuestros pueblos está por
encima de cualquier medida política o económica.

Y ni hablar de otras festividades foráneas que aplaudimos en nuestra tierra.
Siempre estamos para aplaudir y acompañar al hermano que llega a convivir y
crecer.

La empatía, hospitalidad y solidaridad con el visitante son parte de nuestro activo
como pueblo y ni hablar del orgullo por nuestro país y el agradecimiento para
quienes se dan la oportunidad de conocer nuestro medio, el cual respetamos y
amamos.

Es curioso, pero tal pareciera que esta actitud se repite entre los latinos y aunque
no es parte, pudiéramos creer que esto está muy arraigado en nuestro “adn”. De
hecho, no hay modo de sentirse extranjero cuando una sonrisa que asoma entre
palabras cálidas nos da la bienvenida en cualquier región; a diferencia de otros
pueblos y costumbres de habitantes de otros continentes en los cuales no se
aprecia tal conducta.

La primera vez que viaje al extranjero, me dijeron en casa que yo sería el real
embajador de mi país, toda vez que mis acciones mostrarían mi origen; asimismo,
señalaron que en casa siempre sería anfitrión y como tal, debía de generar tantas
expectativas y realidades en los turistas, que les dieran más elementos para amar
México.

Hoy, sin duda, es sumamente probable que no tengamos una credencial
diplomática ni tengamos un lugar en el Ministerio de Relaciones Exteriores; sin
embargo, aplaudimos a quienes nos visitan y reconocemos a quienes nos aportan
con sus cualidades o dones.

Estamos celebrando a nuestros hermanos incas, razón por la cual vitoreamos con
profundo respeto y con gran entusiasmo:

¡VIVA MÉXICO! ¡VIVA EL PERÚ!
¡VIVA EL PERÚ! ¡VIVA MÉXICO!

 

Facebook: @RuizRoblesCP22
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22

Posdata: ¡Agradezco la oportunidad de participar con el equipo directivo de la
Cámara de Comercio Mexicana Peruana a XV años de su existencia!


Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles
de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!

 

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Redacción Voces del Periodista