El jamaicano Usain Bolt retuvo hoy la corona de los 100 metros al ganar la final de los Mundiales de atletismo de Pekín con su mejor marca del año, 9,79 segundos, una centésima más veloz que su gran rival, el estadounidense Justin Gatlin.
El bronce fue compartido por el canadiense Andre de Grasse y el estadounidense Trayvon Bromell (9,92) en una final disputada en el Estadio Nacional chino con humedad y calor, las condiciones ideales para los sprinters.
A diferencia de las semifinales, Bolt salió de los tacos con velocidad y ganó un tremendo pulso a Gatlin que se resolvió por la mínima.
Gran estrella del atletismo mundial, Bolt ganó con la de hoy 15 de las últimas 16 finales de velocidad que había disputado en grandes campeonatos. Al ya nueve veces campeón mundial y seis olímpico sólo se le escapó el oro de 100 metros de Daegu 2011 por salida nula.
Desde los Juegos de Pekín 2008 -el mismo escenario de hoy-, siempre que salió de los tacos en una gran final ganó.
Incluso hoy, a pesar de que Gatlin llegaba con serias credenciales para arrebatarle el trono. El estadounidense, oro mundial hace diez años, era la gran amenaza del “Relámpago” al llegar a la capital china con la mejor marca del año (9,74) y lanzado con 26 triunfos consecutivos.
Gatlin, que corrió más rápido en las semifinales que en la final, se quedó con la plata, pero detrás de sus músculos y sus tiempos, descomunales los unos y los otros, hay muchas sospechas. El norteamericano estuvo sancionado dos veces por doping, la última de 2006 a 2010, y fue después de cumplir la suspensión, pasados los 30 años, cuando logró los mejores cronómetros de su carrera.
En las semifinales, que se disputaron dos horas antes de la final, se vio a un Bolt nervioso que a punto estuvo de quedar eliminado tras perder el equilibrio en la salida y fallar en un apoyo. “No sé lo que ocurrió, creo que me tropecé”, dijo el jamaicano después de remontar y clasificarse en 9,96 segundos, un tiempo discreto para una semifinal pero rápido teniendo en cuenta su velocidad inicial. “No me puede pasar eso en la final”.
Bolt había entrenado mucho la salida antes de aterrizar en China y hoy tuvo incluso mejor tiempo de reacción que Gatlin. En la gran final no se tropezó y las dudas sobre su estado físico quedaron resueltas: siempre aparece en los grandes momentos.
El caribeño llevaba reservando energías para este momento desde la final de Moscú 2013. Con 29 años recién cumplidos, Bolt apenas corrió en las últimas dos temporadas por diversos problemas físicos y su estado era una incógnita.
Si quería la victoria hoy, necesitaba mejorar claramente su mejor registro de 2015 (un 9,87 contra viento y lluvia en julio) en la final del Mundial de Pekín, el momento más esperado de la temporada, precisamente en la ciudad donde explotó en 2008 con el primero de sus cuatro tréboles dorados.
Al año siguiente logró el récord del mundo de 9,58 todavía vigente, pero desde entonces los cronómetros no mejoraron: 9,63 en Londres 2012, 9,77 en Moscú 2013 y los 9,79 de hoy. Sin embargo, nada parece frenar al rey de la velocidad.
Bolt, además, se convirtió en el atleta con más medallas de la historia de los Mundiales, 11, ocho de ellas de oro, al desempatar con otra leyenda de la velocidad, el estadounidense Carl Lewis.
Con información de La Jornada