Por Diego Pappalardo (*)
En una audiencia en el Congreso de los Estados Unidos, sucedida el jueves 26 de abril, el Ministro de Defensa, general James Mattis, advirtió que un enfrentamiento militar directo entre Israel e Irán cada vez es más probable porque Irán no retrocede en su presencia y proyección regionales, participando activa y decisivamente en Siria y brindando cobertura al Hezbollah, afectando con ello los intereses de la geopolítica israelí. Pero para Mattis, Irán, tiene que revisar sus maniobras y eludir un conflicto con Israel, al mismo tiempo, EE.UU. debe continuar en el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA).
Ese mismo día, “Mad Dog” Mattis también se reunió con su colega de Israel, Avigdor Lieberman, quien viajó exclusivamente a Washington para tratar sobre el plan trumpiano de la salida de tropas estadounidenses en Siria. Los estrategas de Israel se oponen a esa medida y procuran congelarle o, en su defecto, agregarle detalles que provean seguridad a Israel. Por ejemplo, trasladar las tropas de Siria a otro país vecino (¿Irak?) y desde allí monitorear y debilitar a la estrategia iraní. Mientras que en Siria, la Administración Trump y el Pentágono tienen que apoyar totalmente el desplazamiento de la llamada OTAN musulmana. En octubre de 2017, el general H. R. McMaster, ex Consejero de Seguridad Nacional y eyectado de la Administración Trump por ser un activo pro globalista, habló de la posibilidad de contener a Irán focalizando la estrategia en el escenario iraquí. Similar opinión emitió Mike Pompeo en diciembre de ese mismo año.
Las referidas conversaciones entre Mattis y Lieberman se produjeron pocas horas después del encuentro que se dio en Israel entre el mencionado funcionario israelí y el general de cuatro estrellas, Joseph Votel, comandante del Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM).
Simultáneamente, un medio de propiedad saudí con sede en Londres, Elaph, propagó la entrevista que Lieberman le dio y en la cual, entre otras cosas, el halcón israelí descartó un enfrentamiento con Moscú por el asunto sirio, advirtió al presidente de Siria de consecuencias severas si derriba aviones de la Fuerza Aérea de Israel y al Alto Mando iraní si opta por atacar a Tel Aviv. En Israel, algunas fuentes hablan de que es factible que en los próximos días se perpetre un ataque iraní contra Israel.
Para el liderazgo de Israel es prioritario anular el corredor Teherán-Beirut al que considera mortal para su existencia, aunque no todos los factores de poder y actores sociales israelíes son partidarios de una guerra contra Irán, al menos durante este tiempo.
Por su parte, estamentos de poder en Irán demandan que el acuerdo nuclear de 2015 continúe ya que afirman que cumplieron con lo pautado; asimismo, piden que se deje de criminalizar internacionalmente al país, mientras instrumentan la salida de la esfera del Dólar. Del mismo modo, exigen que denuncie con mayor impulso el accionar de la estrategia israelí en Palestina, Siria y el Líbano. En sí, en todo Medio Oriente. Gholamali Khoshroo, embajador de Irán en la ONU, volvió a reiterar la posición de Teherán el jueves 26 de abril: La ocupación israelí de la tierra palestina es el núcleo y el centro de todos los conflictos en el Medio Oriente.
Para el poder sionista, Irán no tiene nada que hacer en la cuestión Palestina y el conflicto sólo puede resolverse en la línea árabe-israelí. Tanto Israel como Arabia Saudita procuran contrarrestar el papel de Irán como equilibrio regional, siendo el bloque árabe liderado por Arabia Saudita funcional al Proyecto del Gran Israel.
En otro texto sostuvimos “MBS es injerencista y tributario de la geoestrategia de sus aliados Netanyahu y Trump en la situación palestina. El jerarca saudita conminó al presidente palestino, Mahmoud Abbas, a aceptar sí o sí el Plan Trump. En su juego de poder espacial-regional, MBS, persigue la amonestación y la condena a Teherán por parte de sus pares árabes y la obtención de un mayor respaldo de Israel para enfrentar militarmente a Irán y sus aliados regionales. Tanto Riad como Tel Aviv, son coincidentes en ver a Irán como un gran peligro”1
Por ello, Mike Pompeo, hombre del magnate Adelson, luego de ser confirmado como Secretario de Estado, visita a Arabia Saudita, Israel y Jordania. Por ello, Trump quiere salirse del Acuerdo Nuclear o, al menos, modificarlo de tal manera que pueda satisfacer a clanes como los encabezados por el binomio Adelson-Netanyahu con los que mantiene una alianza estratégica para avanzar con su Proyecto enfrentando a sus competidores internos y globales.
Por ello, Macron -agente de los Rothschild– habló de que Trump –agente que no responde a la Familia Rothschild- persiste en su postura pública sobre el Acuerdo por “cuestiones domésticas”. Esas “razones domésticas”, en realidad, no son “intestinas” sino tienen naturaleza de lo internacional.
Nota:
1- http://vocesdelperiodista.mx/destacados/juego-poder-saudita-mohammed-bin-salman/
(*) Analista argentino. Director de Consultora Universum.