A los 90 años falleció el escritor estadounidense James Salter. Sus aproximaciones a las relaciones humanas y su clara devoción por el cuidado del lenguaje, lo convirtieron en un autor de referencia para colegas como Richard Ford.
Nativo de Manhattan, Nueva York, cursó estudios militares y durante la década de los cincuenta fue piloto en la Guerra de Corea.
Alejado del campo de batalla se refugió en la literatura. Su primera novela, Los cazadores de 1957, captó la atención de la crítica; en 1967 publicó Juego y distracción, una de sus piezas más celebradas y considerada un clásico de la literatura erótica.
En 1979 hizo una pausa dentro de su narrativa con Solo Faces, a partir de entonces se dedicó al guionismo de cine y televisión; escribió sus memorias, algo de poesía y se editaron recopilaciones de su trabajo. No fue hasta 2013 cuando retomó la novela, con
Todo lo que hay, otro título celebrado por sus lectores y que lo confirmó como un autor de culto.
A lo largo de su carrera recibió los premios PEN Book Award, Rea y PEN/Malamud.
Con información de Excélsior