Voces del Periodista Diario

‘Otra mirada’, discurso fotográfico dedicado a débiles visuales

Mirar manos ansiosas que con curiosidad recorrían uno de los meteoritos expuestos en el Palacio de Minería llevó a Fabien Dupoux a dimensionar la riqueza de los sentidos que se desarrollan cuando alguno falla.

Quien no escucha o tiene dificultad para hablar se comunica utilizando señas y expresiones gestuales; quien no ve desarrolla el olfato, el oído e incluso habilidades con el tacto que le permiten su integración social.

Ese descubrimiento fue el detonante para que Fabien, fotógrafo francés, se involucrara con la comunidad ciega en México y decidiera “ver” Otra mirada. La mirada de los que no ven, y aún más, hacerla visible a muchos más, acercarse a invidentes y convencerlos del porqué de una fotografía.

Iker tiene menos de 10 años, le gusta jugar futbol y si lo hace en compañía de su abuelo corre por el balón, sus guantes y un antifaz que le impide cualquier visión: quiere estar en igualdad de condiciones.

Gerardo es rápido en su respuesta cuando se le pregunta por qué su rabia cuando participa en peleas callejeras: “no es rabia, es impotencia”; en contraste, la sonrisa de Carmen luce más que los pasos que da mientras disfruta la música en sus clases de baile.

Son imágenes impresas en tinta de carbón que Fabien exhibe en el Jardín de los Aromas de la Biblioteca México. No es casual el lugar, el olor de jazmines, romeros y lavandas apoyan a la ubicación a decenas de ciegos curiosos que se congregan en la exposición.

Normo visuales aparecen más curiosos aun. Son los extraños en una exposición fotográfica para la que sólo ellos requieren de la vista. Ciegos y débiles visuales ya se conocen, se ubican por las líneas guía trazadas en el piso, por el sonido de sus voces y los aromas del lugar.

Los ciegos y débiles visuales no van a “ver” las 17 fotografías que componen la exposición del fotógrafo francés que se manifiesta preocupado por el índice de ceguera en México; por las crecientes enfermedades visuales causadas por el elevado consumo de azúcares.

Los ciegos y débiles visuales acuden a convivir, a reconocerse unos a otros, a escuchar sus voces y las de sus conocidos en las grabaciones que describen cada foto; a leer sus nombres inscritos en Braille al pie de cada imagen que permanecerá en exhibición hasta el 12 de julio, de 10:00 a 18:00 horas, todos los días.

 

 

 

Con información de La Jornada

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