México, (JB), 18 de noviembre de 2021 .- Roberto Cueva del Río es el pintor mexicano originario de Puebla quien plasma en míticas imágenes paisajes, estampas y escenas algunos de los principales cambios que transformaron a la nación mexicana.
Con fina y profunda mirada, el delicado pincel bajo el método de “el fresco”, sobre yeso húmedo, recorre las etapas prehispánicas, conquista, independencia, revolución y la etapa moderna hacia fines de la década de los años treinta, ya en el gobierno revolucionario e institucional del general Lázaro Cárdenas.
Fue Diego Rivera, quien siendo director de la Academia de San Carlos, promueve al joven Cueva del Río, a través de una beca de residencia en el país vecino.
Fiel seguidor la corriente muralista mexicana, en su peculiar concepción, traslada las fiestas indígenas o las masacres por los españoles como en su momento lo realizaron en 1922, los muralistas Fernando Leal y Jean Charlot en los patios, escalinatas del antiguo Colegio de San Ildelfonso. Muestra de ellos son La Fiesta del Señor de Chalma y La Matanza de Tenochtitlan, respectivamente.
La elaboración de los murales, Cueva del Río invirtió ocho años, ello debido a falta de recursos, por la parte oficial, y su regreso a México para cumplir con encargos en instituciones públicas y gobiernos de los estados. Finalmente fueron concluidos, en sus tres niveles a finales de los años treinta.
Hoy, Roberto Cueva del Río, fue testigo histórico, a través de sus murales, de la visita del primer ministro canadiense Justin Trudeau y el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en el marco del encuentro de líderes de Norteamérica, también con el Presidente Norteamericano Joe Bien.