Por Lucía Calderón
MÉXICO (Notimex) 18 de junio de 2019.- El aparato policíaco-militar le está haciendo la coyuntura al crimen organizado porque orilla a los migrantes encontrar rutas más peligrosas convirtiéndolos en “mercancía” para los grupos delictivos, coincidieron en señalar sacerdotes encargados de casas de migrantes.
“Nadie va a parar a los migrantes, ni Trump, ni el muro, ni la Guardia Nacional de López Obrador. Lo que sí van a lograr es exponerlos a mayor vulnerabilidad, a mayor riesgo porque los grupos delictivos están al acecho”, expuso el padre Julio López, de la Casa del Migrante Nazareth, de Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Los clérigos expusieron que los ingresos para los grupos delictivos representan miles de millones de dólares porque las tarifas para cruzar migrantes indocumentados van desde los mil 500 dólares, si el trayecto es de Monterrey, Nuevo León a Nuevo Laredo, Tamaulipas; tres mil 500 si es de Saltillo, Coahuila hacia la frontera estadounidense y más de cinco mil dólares desde el sur, al norte del país, dependiendo de dónde los reciben y cuánto tiempo se tardarán en cruzarlos al país vecino.
El padre Alejandro Solalinde dijo que “el Instituto Nacional de Migración se ha ´policializado´ y la frontera sur militarizado, tendremos que dar un paso muy importante, darnos cuenta que la migración no se puede atender como una experiencia desastrosa”.
Se pronunció por elevar al Instituto de Migración a Secretaría, o por lo menos Subsecretaría de Asuntos Migratorios, donde se toque el tema de los migrantes dentro del territorio nacional y los mexicanos residentes en el extranjero.
Solalinde añadió que el anuncio del titular del Instituto de Migración de instalar 12 puntos de revisión, se ubicarían en los lugares más seguros, con caminos para transitar, porque la frontera entre Guatemala y México tiene decenas de sitios de cruce que están ubicados en zonas peligrosas, como la selva, donde hay pantanos y lagartos.
El sacerdote Pedro Pantoja, responsable de la Casa del Migrante de Saltillo, en Coahuila expresó su inconformidad por la manera como se está tratando el tema migratorio, “Dios mío, estamos totalmente confundidos y, por muchísimos detalles, indignados. Nunca me imaginé que el Instituto Nacional de Migración tuviera tanta autoridad y se le diera tanta beligerancia para continuar procesos de detención y persecución muy fuerte. Es el rostro de la militarización”.
“Ha quedado en letra muerta la intención, echaron a un lado a (Alejandro) Encinas para programar cuestiones políticas. Todo está dentro de los arreglos malditos. Llenos de terror fueron a ver a Trump”, acusó el sacerdote al indicar que todo forma parte del amago de subir los aranceles por parte del gobernante estadounidense.
“Ahora la campaña es de encarcelamiento y persecución. Hay un sufrimiento muy grande, me están deteniendo a muchos migrantes por todo el camino; hay razia. Se suponía que la detención de los migrantes era la última alternativa. Es una decepción el Instituto”, añadió el cura Pantoja.
Los sacerdotes entrevistados sobre la emergencia migratoria coincidieron en que la disposición dada a conocer por Andrés Manuel López Obrador de solicitar presenten identificación a quienes compren boletos de autobús redundará en la búsqueda de vías alternas.
“A los migrantes no los van a detener, esos operativos tremendos favorecen las rutas clandestinas, la gente que está llegando conmigo son perseguidos por el crimen organizado, tienen que caminar en forma más escondida. Es una violación descarada a los derechos humanos”, dijo Pantoja.
El padre Julio López, de la Casa del Migrante en Nuevo Laredo criticó la disposición del presidente de la República porque es violatoria del Artículo 11 Constitucional que garantiza el libre tránsito.
“Primero porque el vendedor del servicio de transporte no es ninguna autoridad migratoria para verificar el documento de un migrante, él no está facultado para revisar documentos”.
Añadió que las deportaciones provenientes de Estados Unidos se incrementaron al cien por ciento por Tamaulipas, así como los retornos de los solicitantes de asilo.
Indicó que el planteamiento de Donald Trump, de designar a Guatemala como tercer país seguro es imposible porque no hay seguridad ni para los propios guatemaltecos, menos para los migrantes.
“A mí me gustaría que se fueran a vivir a Guatemala para ver qué tan seguros se sienten. Ahí no hay seguridad”, puntualizó el padre López.
Por su parte, el sacerdote Solalinde, vaticinó que México no firmará el convenio con Estados Unidos para convertirse en tercer país seguro, por ello Trump está buscando tener el acuerdo con Guatemala.
VP/Nacional/EZ