MOSCÚ, (Sputnik), 8 de abril de 2020 .— Rusia no se quedará indiferente ante los intentos de EEUU de monopolizar la explotación comercial de los recursos lunares, advirtió el senador Konstantín Kosachov, jefe del comité internacional del Senado ruso.
“Mientras el mundo entero está luchando contra el coronavirus en la Tierra, Trump con un decreto trata de conquistar el espacio”, escribió en su página de Facebook el parlamentario ruso, convencido de que “la ley aplicable” en este caso será la vigente en EEUU.
Para Kosachov, el problema es que los aliados de EEUU jamás han cuestionado los privilegios exclusivos que reclama.
“Ahora tendrán que ceder sus propios derechos, esta vez sobre el espacio hasta ahora común. ¿Se quedarán nuevamente callados, fosilizados en pose obediente?”, inquirió el senador.
Y acto seguido advirtió: “Nosotros no nos hemos fosilizado ni vamos a callar de ningún modo. No tenemos derecho a doblegarnos. Nos habían educado de una manera diferente, nunca nos doblegamos en el pasado”.
Reacción de Roscosmos
Por su parte, el subdirector general de la agencia espacial rusa Roscosmos para la cooperación internacional, Serguéi Savéliev, declaró que los planes agresivos de Estados Unidos de adjudicarse el derecho a explotar los recursos espaciales son perjudiciales para la cooperación internacional.
“Es poco probable que los intentos de apropiarse del espacio ultraterrestre y los planes agresivos para ocupar de hecho los territorios de otros cuerpos celestes impulsen a otros países hacia una cooperación fructífera”, dijo Savéliev.
El presidente Donald Trump firmó el 6 de abril una orden ejecutiva que atribuye a empresas estadounidenses públicas y privadas el derecho a “participar en la exploración comercial, la extracción y el uso de recursos en el espacio extraterrestre, de conformidad con la ley aplicable” y deja claro que Washington no ve el espacio como un bien común global.
El decreto no reconoce el Acuerdo que Gobierna las Actividades de los Estados en la Luna y otros Cuerpos Celestes, más conocido como Tratado de la Luna.
Además, el documento señala que el espacio tanto legal como físicamente es “un lugar único para la actividad humana y EEUU no lo considera un bien común global”, por lo que su política debería ser “fomentar el apoyo internacional a la extracción y utilización de los recursos espaciales”.