MÉXICO (Notimex) 03 de enero de 2019.- A 33 años del terremoto de 1985 y a uno del ocurrido el 19 de septiembre de 2017, Jorge Díaz Rodríguez, investigador de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, retomó su estudio y experimentos en laboratorio para saber cómo ocurren los hundimientos súbitos durante un sismo de gran magnitud.
En un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) precisó que días después del terremoto que sacudió a la Ciudad de México, el 19 de septiembre de 1985, el académico observó que en algunos sitios ocurrieron hundimientos súbitos anormales como consecuencia de la magnitud (8.1) de dicho temblor, y los registró fotográficamente.
El conocimiento que se tenía en esa época no bastaba para explicar cabalmente esos hundimientos en suelos limo-arcillosos, que sirven de asiento a buena parte de la capital del país, por lo que Díaz Rodríguez comenzó a estudiar a fondo este fenómeno.
Planeó una serie de experimentos en laboratorio para simular el efecto de los sismos en muestras de suelos tomadas del parque Ramón López Velarde, ubicado frente al Centro Médico Nacional Siglo XXI, y de la Alameda Central.
“Comprobé es que los hundimientos súbitos se podían reproducir en laboratorio con un equipo diseñado y fabricado por mi grupo de investigación. La intención era demostrar, en forma simple, cómo una muestra de suelos de la Ciudad de México es afectada por una carga estática a la que se le superpone una carga cíclica. El resultado fue un hundimiento súbito”, explicó.
Díaz Rodríguez publicó sus resultados preliminares, pero el desinterés de la población y de la comunidad científica, además de la falta de recursos económicos, obligaron a aplazar el proyecto.
Asimismo, instrumentos robotizados registraron hundimientos súbitos de cinco centímetros en el terreno donde se construye el nuevo aeropuerto.
“Mediante la experimentación en laboratorio se puede comprender mejor el fenómeno y planear las medidas de mitigación o remediación”, remarcó el universitario.
En el diseño del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México se consideraron muchos factores, pero no los que intervienen en los hundimientos súbitos, porque hasta la fecha nadie los conoce a cabalidad ni sabe cómo actúan. De aquí la trascendencia de este estudio, destacó la máxima casa de estudios.
“Soy un investigador básico, no hago investigación para ninguna obra determinada. Cuando detecto un fenómeno que me interesa, lo estudio no sólo por el interés científico, sino para ser útil a la sociedad”, concluyó.
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