El mundo ha sido testigo de un aumento sin precedentes de la guerra financiera. Sin embargo, a medida que Occidente endurece las medidas restrictivas, las formas de eludirlas se vuelven cada vez más sofisticadas, escribe The Economist.
“Visite cualquier país que apoye los negocios con Occidente, sin guiarse por sus principios, y descubrirá cómo las empresas y personas de China, Rusia y Medio Oriente, aunque estén bajo sanciones, logran sus objetivos“, señala el artículo.
Cualquier enemigo de Occidente se enfrenta a una serie de medidas: en primer lugar, embargos comerciales y sanciones financieras, recuerda la publicación. Sin embargo, todas estas medidas deben ser contrarrestadas por la creciente prosperidad y sofisticación financiera de los “terceros países ” que no se han sumado y no están sujetos a sanciones estadounidenses y europeas.
Una acción más activa de Estados Unidos podría reducir la evasión de sanciones en los países que utilizan el dólar, pero alentaría a esos países a abandonar la moneda estadounidense. Y no es necesario que tanto capital huya a sistemas financieros alternativos creados por países rivales, como China, para que las sanciones pierdan aún más impacto.
“La campaña de Occidente para reafirmar su dominio sobre el sistema financiero global podría hacer que Occidente pierda el control de una vez por todas”, señala The Economist.
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