El año de la verdad
Feliciano Hernández*
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se juega su credibilidad y le pone plazo a su propia gestión para entregar en 2020 mejores cuentas a México, a partir de la situación crítica con la que cierra su gobierno en el primer año desde su toma del poder –con cero crecimiento económico y cifras máximas de criminalidad- y como respuesta a quienes lo descalifican; con el agravante de que enfrentará MAYOR presión desde Estados Unidos, donde el presidente Trump se juega la reelección y lo presionará mas.
Pero algo muy fuerte deberá ocurrir como para que el mandatario pueda mejorar la SEGURIDAD y los indicadores de crecimiento en 12 meses.
Si lo dicho no es sólo una estrategia retórica para ganar tiempo, entonces el presidente esconde bajo la manga sus “otros datos”. Las dudas surgen porque ya quedó mal cuando en abril de 2019 pidió seis meses para REDUCIR la inseguridad, pero cumplido el plazo la población encontró un peor panorama.
CD. DE MÉXICO.- Con expectativas muy altas de cumplir sus promesas plasmadas en sus programas sociales, pero con un presupuesto muy acotado para 2020 –de 6.1 BILLONES de pesos, 12 ceros a la derecha del seis, algo así como 300 mil millones de dólares-, López Obrador tendrá que hacer jugadas maestras o –según sus creencias-, recibir ayuda celestial para que el dinero le alcance: son muchas las carencias del país y pocos los recursos.
AMLO NO podrá ir muy lejos con unas expectativas de aumento del PIB de apenas 1.5 por ciento o en el mejor de los casos 2.5 por ciento, según los criterios de política económica estimados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020, y de acuerdo con lo previsto por organismos de la iniciativa privada nacionales e internacionales, pero muy lejos del 4.0 por ciento o más que el optimista y calculador candidato y luego presidente llegó a estimar como mínimo antes y al inicio de su mandato. (Sólo como referencia hay que recordar que en cortos periodos y antes del ANIQUILANTE y entreguista neoliberalismo, México llegó a crecer hasta en un 6.0 por ciento; y en sus mejores momentos y durante años China alcanzó más de dos dígitos).
El millonario plan de infraestructura anunciado por AMLO junto con los grandes empresarios para reactivar la economía, de 170 mil millones de pesos –como primer lance de los más de 800 mil millones para el resto de su sexenio- si se concreta, le daría al gobierno algunos puntos, pero INSUFICIENTES, según todas las proyecciones de crecimiento del PIB anticipadas por los analistas independientes y por los organismos nacionales e internacionales.
HAY QUE CONSIDERAR que esas proyecciones se ajustan en el tiempo, regularmente a la baja en el caso mexicano, por el optimismo inicial de quienes las plantean y al mismo tiempo como jugada retórica para agradar al gran público –que además duda siempre de esos cálculos, porque ya conoce el final de esos malos chistes políticos-.
AMLO insiste en ponerse altos obstáculos, en este caso de tiempo. Es difícil meterse en su cabeza para saber lo que realmente piensa, por lo contradictorio que ha mostrado ser. Los hechos dicen que con tan bajo crecimiento —en el caso de que se logre, considerando que en el primer año llevó al país al estancamiento neto— DIFICILMENTE podrá resolver los dos grandes retos que enfrenta, el de la INSEGURIDAD y el económico, con todo lo que lleva asociado (muy alto desempleo, subempleo, bajos sueldos, pobreza y miseria).
Agréguese al análisis objetivo que el mexicano enfrentará las PRESIONES de su homólogo estadounidense para darle SERIEDAD a la lucha contra los carteles del narcotráfico -a quienes insistirá en darles categoría de TERRORISTAS- a través de ayuda o INTERVENCIONISMO directo y a pesar de la oposición del gobierno mexicano. Debe considerarse que la disposición de Trump seguirá motivada y alentada por grupos internos desde México, debido a las persistentes EJECUCIONES de alto impacto que seguirán a la orden del día como resultado de la distensión y el campo libre que les dejó el gobierno a los capos para disputarse salvajemente -con afán TERRORISTA-, los territorios y mercados.
Estrategias para reactivar la economía
ES DESEABLE que López Obrador pudiera avanzar en sus promesas de proyectos económicos y programas sociales, porque son pilares para construir un mejor México, desde el enfoque de la inclusión y la equidad con bonanza para todos. Pero lo que se ve y se juzga por el alcance de esos proyectos y programas es que son INSUFIIENTES para el logro de las metas del mandatario, y menos en 12 meses.
En la parte de la reactivación económica para 2020, y luego de un año de pleitos y justificaciones ante sus críticos y opositores, AMLO se mantiene firme en la viabilidad de sus megaproyectos —la petroquímica Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto de Sta. Lucía—, que efectivamente significarán una derrama importante de recursos, pero insuficientes para generar los empleos que el país demanda.
También el presidente se mantiene firme en sus tres programas sociales principales —que él considera estratégicos para combatir la pobreza y lograr una mejor distribución de la riqueza— y pudo lograr que los diputados reasignaran y aumentaran importantes porcentajes a las dependencias y programas que son pilares de sus administración: Jóvenes Construyendo el Futuro –acotado-, para el 2019 le signaron 40 mil millones de pesos, pero para este año 2020 tuvo una reducción a 28 mil millones porque en el año previo no pudo colocar el monto estimado -porque NO hubo mayor interés de los 3.2 millones de jóvenes contemplados en el programa inicial-; Sembrando Vida, para ejidatarios que cultiven árboles –este año 2020 manejará 28 mil millones de pesos, de 15 mil millones que dispuso en 2019; y el de la pensión para adultos mayores y discapacitados recibe 2,700 millones más de lo presupuestado.
En tal sentido, la Secretaría del Bienestar obtuvo 8,300 millones de incremento en su presupuesto, equivalente al 4.0 por ciento. El programa de fomento a la agricultura, ganadería y pesca, tuvo un incremento de 800 millones de pesos sobre lo presupuestado.
El ramo 23 de aportaciones a municipios, el que proveía los “moches” a diputados, NO desapareció, contra lo dicho por el presidente y dispone para el 2020 de 131 mil millones de pesos, que podrán derramarse en obra y asistencia municipal.
El serio problema que parece no entender el presidente es que dos de sus programas estrella –el de jóvenes y el de Sembrando vida- NO son generadores de nada sino CONSUMIDORES de presupuesto, y sólo más adelante podrían significar alguna aportación al PIB, pero es una apuesta –sensata, desde luego- aunque dependerá de varios factores; y el de atención a los adultos mayores es gasto neto, útil pero improductivo.
En lo inmediato esos programas son simplemente una parte central del GASTO social, estimada por el presidente en 300 mil millones de pesos. Se puede entender que tales programas, de acuerdo con el enfoque de AMLO, buscan lograr un impacto en la REDUCCION de la pobreza y la INSEGURIDAD, y la mínima lógica mueve a creer que es un razonamiento correcto, pero al menos que tal reducción sea significativa será valorada como tal y plausible; sin embargo, un impacto menor NO será de utilidad para la credibilidad del presidente, ni para el país, porque ese flagelo se ha mantenido en los últimos años en un nivel muy elevado y de creciente gravedad, tanto que una baja menor difícilmente le ayudará al mandatario.
¿Cómo podrá AMLO avanzar contra la INSEGURIDAD si en el reparto del dinero para 2020 –en su afán de tener fondos para repartir mediante sus programas- le redujo a la Fiscalía General de la República 1,500 millones de pesos, 8.2 por ciento de lo que requería, que es la encargada de COMBATIR la impunidad, madre de la delincuencia?
También otros organismos autónomos que tienen que ver mucho con el combate a la impunidad y la criminalidad, junto con el Poder Judicial, perdieron recursos en el presupuesto: la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) tendrá menos de lo que solicitó; igualmente el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) y otros organismos autónomos. Cierto que los órganos autónomos (Inegi, INE, Banxico, Cofetel, CNDH, INAI, y otros- también estaban corrompidos por la misma política de dispendio INACEPTABLE que prevaleció durante el “prianismo” y con la lógica de AMLO ahora tendrán que hacer más con menos.
¿Ingenuidad o cálculo político?
EL PRESIDENTE López Obrador ha dado muestras de persistencia y entrega total en la consecución de sus objetivos y metas, pero también de falta de diagnósticos precisos y de cálculos políticos adecuados a sus propios tiempos y balances sobre lo que él estima como realidad nacional. Hay que poner atención y entender lo que quiere decir cuando habla de sus “OTROS DATOS”, que tienen que ver con sus prioridades. Recuérdese que hace 10 meses ante la iniciativa del senador Ricardo Monreal, de reducir y eliminar comisiones de los bancos, AMLO salió a parar la propuesta y dijo que en tres años NO tocaría ese tema. Así es él, ignoró un reclamo popular en favor de los banqueros, siendo que las mayorías del país han padecido los ABUSOS del sistema financiero, y llueva o truene los usureros capitalistas se llenan las bolsas de dinero fácil (ellos nunca lo critican).
Por eso en este primer año, transcurrido a la velocidad del sonido, ha sido muy difícil empatar las urgencias de los grupos empresariales y las de los partidos opositores y de activistas independientes con la agenda presidencial y con las de las mayorías nacionales. Hacia el segundo semestre de 2020 se podrá ver con más claridad los avances o lo infructuoso de los esfuerzos gubernamentales. Si AMLO espera un milagro, se verá desde meses antes, no a la mera hora.
En lo económico y social, ya se dijo desde estas líneas que el presidente mantiene un enfoque correcto sobre las medicinas que debe dar al enfermo, pero que su diagnóstico es impreciso, porque los MALES de México requieren ALTAS DOSIS de medicamentos, y lo que el presidente ha ofrecido –porque piensa que no hay más ni de dónde- son apenas paliativos o remedios caseros, cuando lo que requieren varias de las urgencias nacionales es CIRUGIA INTENSIVA y en ciertos casos de recuperación prolongada.
Un ejemplo de lo dicho es su programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que para 2020, como se dijo líneas arriba, fue RECORTADO en presupuesto, porque al menos dos MILLONES de jóvenes NO se interesaron en sus becas de capacitación, y no se interesaron porque les parece poco los 3,500 pesos –casi un salario mínimo- que recibirían de apoyo mensual durante un año de capacitación para el trabajo. Y les parece poco porque cualquiera de ellos se gana en la calle, en la informalidad, por lo menos el doble en un mal día, sin patrón ni capataz ni horario inconveniente (por eso cabe la afirmación de que hace diagnósticos imprecisos).
Y algo peor, los capos del narcotráfico, TERRORISTAS –desde hace años debieran ser llamados así, porque causan terror con sus incursiones en ciudades y pueblos, y la gente corre a esconderse donde pueda—, llegaron para quedarse y apoderarse de lo que puedan, y NO se van a ir con exhortos presidenciales de que se porten bien ni de que mejor vayan a misa. Por los altos INCENTIVOS que tienen con este gobierno, cuya estrategia férrea es “dejarlos hacer y dejarlos pasar”, los capos intensificarán sus disputas territoriales entre ellos y seguirán siendo tan salvajes o más que antes y con DAÑOS colaterales inevitables.
Lo que se aprecia en su petición de un año más para que sus programas sociales rindan frutos y la INSEGURIDAD se reduzca significativamente es un bumerang que lo golpeará en su credibilidad. NO hay elementos sólidos para considerar que se puedan resolver ni siquiera REDUCIR los problemas aludidos en el plazo estimado por el presidente; sólo quiso un fin de año sin mayores críticas y GANAR tiempo.
Si el primer año de AMLO trascurrió a la velocidad del sonido –difícil de creer—, y en medio de escándalos, el siguiente se irá a la velocidad de la luz. Y ya se puede ver un momento muy complicado para el presidente: en medio de la batalla electoral estadounidense; en la antesala de las elecciones intermedias en México, donde su partido-movimiento podría perder la mayoría legislativa y aumentar la oposición en estados y municipios… Y todo el país con estadísticas incontenibles de criminalidad y teñido de sangre.
AMLO le debe a México una explicación sobre su infundado optimismo; su fe religiosa no basta.