Voces del Periodista Diario

De Suárez del Real Ciudad De México, Capital Cultural De América

SIhacer de la Ciudad de México la casa de todos es una hazaña de los mexicanos, transformarla en Capital Cultural de América rumbo a 2021, es un proyecto de largo alcance que entraña no sólo convertirla en la tercera metrópoli más visitada del mundo, sino una obra de reafirmación de la identidad nacional.

Tamaño desafío, cuando estamos en el umbral del quinto centenario de la caída de la Gran Tenochtitlan,ha sido endosado a la responsabilidad del historiador y periodista don José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, actual secretario de Cultura del gobierno de la cuarta transformación en la Ciudad de México.

Si leer la sugerente y ambiciosa iniciativa es de por sí un ejercicio alucinante, fascina escuchar la carta de navegación en voz de nuestro amigo de casa don José Alfonso, quien reservó un tiempo de su apretada agenda septembrina para comparecer ante la comunidad del Club de Periodistas de México el pasado día 12, en horas preliminares de una agenda que cubrirá el calendario hasta el otoño próximo, con proyecciones hacia El 21 y décadas por venir.

En espontáneo y fluido diálogo con sus interlocutores, el estudioso, académico, político militante, hombre del oficio y Premio Nacional de Periodismo 2014, nos remontó hasta épocas prehispánicas, de cuyo recorrido se concluye que México compite ahora, en potencial cultural, con las ciudades herederas de la cultura greco latina, ante las cuales no nos amilanan complejos.

De Tenochtitlan, la Colonia, pasando por los terremotos de julio 1957 y septiembre de 1985 y 2017, nada escapa -ni en lenguas vernáculas o en castellano- al conocimiento y la voz del narrador que, más allá de la reconstrucción física de nuestro acervo cultural después de aquellos desastres, privilegia la preservación del patrimonio milenario en el que se funda nuestra identidad nacional.

Si hablar de futuro implica dominio de las ciencias y las experiencias del pasado, don José Alfonso nos coloca en la luminosa e iluminante perspectiva: Obras son amores.

De otra manera, ¿cómo hablar de transformación, que, para serlo, requiere profundidad y vastedad de conocimientos históricos, sabiduría, voluntad, audacia y concierto de todos los convocados, así sea la concurrencia de la iniciativa privada con el sector público, pero, sobre todo, de los plurales movimientos culturales arraigados y activos en los barrios nativos, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en los espacios residenciales, donde el catalizador es único e inatacable es nuestra herencia cultural? Manos a la obra. Que nadie se diga exento en la construcción de nuestro ser colectivo.  

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