La Unión Europea está integrada por veintiocho estados europeos, y su unión fue establecida con la entrada en vigor del “Tratado de la Unión Europea”), el 1 de noviembre de 1993.
Eduardo Roldán
Sin embargo, hoy la Unión Europea se encuentra sumida en un laberinto provocado por la plausible salida del Reino Unido (Brexit). Esto en virtud de la petición unilateral británica de la activación del artículo 50 de dicho tratado como un derecho reconocido a Londres, por el Tribunal de Justicia de la UE.
Un Brexit sin acuerdo ha aumentado, lo cual podría tener consecuencias catastróficas para la economía, según el Banco de Inglaterra.
SI BIEN LA MAYORIA de los economistas aún esperan que se evite el desastre ; Andrea Rizzi (El País, /1 /01 2019), nos plantea el uso del recurso a un mecanismo para ganar tiempo y evitar una salida abrupta. ESTO SE REALIZO vía una petición de Londres a los socios para que concediesen una prórroga, misma que se le dio hasta octubre de 2019. Concuerdo con Rizzi cuando plantea que el tiempo añadido abre paso a múltiples opciones; «desde insistir en la búsqueda de un consenso en Westminster, y posterior verificación de hasta qué punto, ese consenso sería aceptable por los veintisiete miembros restantes a devolver la decisión a la ciudadanía vía elecciones anticipadas u otro referéndum. Además, las elecciones a la Eurocámara, del 26 de mayo del 2019, donde se eligió al nuevo Parlamento Europeo —parafraseo a Rizzi—, fueron un enorme campo de batalla en el que se midieron las fuerzas defensoras y antagonistas del actual modelo globalista. Aunque el núcleo europeísta retuvo la mayoría en la Cámara, se sintió también la presencia de los grupos antagonistas».
Además, se renovaron los líderes de las instituciones—presidente de Comisión, Consejo, Parlamento, Banco Central y representante de Asuntos Exteriores—,que afrontarán asuntos complejos. Rizzi tiene toda la razón cuando afirma que «la UE mantiene abiertos al menos dos espinosos dosieres… uno, la reforma de la zona euro, en la cual los líderes se han propuesto especificar avances en la constitución de un presupuesto, y dos, la cuestión migratoria, una intricada maraña de normas e intereses divergentes, que tocan el sistema de asilo, la solidaridad interna de los Veintisiete, la porosidad de las fronteras internas». La moneda está en el aire: La salida negociada, el abandono unilateral o un posible referéndum en el Reino Unido para continuar dentro de la UE. Al respecto, el Instituto Nacional de Economía y Estudios Sociales del Reino Unido, publicó un análisis donde se hace notar que «el PIB británico podría caer tres puntos en 2020 de no haber acuerdo, acompañado de una depreciación de la libra y una tasa de desempleo de un 1.5 por ciento mayor que en 2019». En tanto el sitio digital cadenaser.com destaca que «el Reino Unido, en caso de no estar dentro de la Unión Europea, se regiría por las normas de laOMC». Esto es, las importaciones británicas tendrían fuertes aranceles para aquellos países con los que no se haya llegado a un acuerdo bilateral. El tanto por ciento cambiaría según los productos, por ejemplo,a las bebidas y tabaco importadas por Europa se les impondría un porcentaje cercano al 20 por ciento, según las reglas de la OMC. A esto se une a la aplicación de leyes nacionales para el tratamiento de productos, estándares de calidad diferentes, entre otros. Y el crecimiento de los países miembros podría caer alrededor de un 1.5 por ciento para 2030.
Socio importante
ADEMAS, DE ACUERDO CON EL INSTITUTO Nacional de Economía y Estudios Sociales del Reino Unido, «la UE es el socio comercial más importante para Reino Unido, representa alrededor del 44 por ciento de sus exportaciones. Cerrar las fronteras supondría retrasos diarios, colas interminables de camiones y mucha dificultad en el tráfico de personas y bienes.Se calcula que, el volumen de exportaciones del Reino Unido, caería un ocho por ciento entre 2019 y 2022. La población del país insular caería una media de 84,000 personas al añohasta 2023.
También podría perder fuerza de trabajo, unas 63,000 personas entre 2019-2023. Los 3.6 millones de europeos que viven en Reino Unido tendrían que pagar visados y tarifas, en caso de haber residido menos de cinco años. Aunque no habría deportaciones en virtud de que la Comisión Europea, pondría en marcha un plan de acción para garantizar los derechos de ciudadanos británicos y europeos». En fin, el Reino Unido confirma, una vez más, que siempre ha sido una fuerza disrruptiva en Europa.
Un punto crítico de las negociaciones está en la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda —como lo señala la Cadena Ser— «la isla podría quedar dividida entre una zona “europea” y otra “británica”. El otro tema crucial es el relativo al Canal de la Mancha, el paso de Calais y el puerto de Dover por donde pasan al menos 11,000 camiones al día, en caso de existir una frontera los retrasos se multiplicarían». Por tanto, la UE debe despertar del sueño de la ficticia unidad y comenzar a reestructurar sus organismos para confrontar los problemas y dar satisfacción a las demandas de sus poblaciones que se están volcando a la derecha y a la ultraderecha ante el fracaso de partidocracias corruptas, donde se vive la democracia sin demócratas.
A la gente le disgusta
AL RESPECTO,Steven Levitsky, coautor (junto con Daniel Ziblatt) del libro ¿Cómo mueren las democracias, resalta que, “hoy a nadie le gusta la gente que está en el poder… los políticos son mediocres. Buscan el poder, llegar al poder y quedarse. Eso cae mal. Además, tienen que ser pragmáticos…en la democracia hay que pactar.
«El creciente debilitamiento delestablishmentpolítico en Alemania, Francia, el Reino Unido, es evidente». Las democracias de hoy están generando mucha incertidumbre, más populismo. La democracia hoy está en crisis. Además, es necesario hacer constar que de acuerdo con la OCDE, el nivel de vida de la clase media, en los países que integran dicha organización lleva una década estancado: los costos de educación y vivienda para las famlias de ingresos medios se han disparado, además que la automotización o robotización ha afectado negativamente al empleo.
En ese enjambre político se encuentra hoy la UE. Pero, para abonar a ello, su situación económica se complica cada día más. Al respecto Paul Thomsen, Director del departamento duropeo en el FMI, explica:“El crecimiento de la UE claramente ha perdido impulso en los últimos seis meses. Por supuesto, se esperaba cierta pérdida de impulso. Sin embargo, nos ha sorprendido la velocidad de la desaceleración». De acuerdo al Fondo Monetario Internacional se ha dado una merma en el crecimiento económico de la Unión Europea, al igual que una acelerada rapidez en su proceso de deterioro.
Resulta evidente como afirma Peter Goodman (The New York Times, International Weekly reproducido por Reforma, 20/4/2019) que el Brexit desde el mismo momento en que se propuso, tuvo una relación directamente proporcional a la disminución de la confianza en el Reino Unido y empezó a dañar la reputación de esa nación y su pragmatismo histórico. Los costos de esa salida se están viendo y serán aún más dramáticos. “Perderá los beneficios de los pactos comerciales que tiene la UE con otros paises y con la propia UE. Se espera que la inversión empresarial baje uno por ciento en el 2019. La economía británica ha disminuido entre uno y 2.5 por ciento, en relación al anuncio previo al Brexit.
Desde que se votó por el Bréxit la libra ha perdido más del 10 por ciento de su valor en relación al dólar. El Reino Unido vende casi la mitad de sus exportaciones a los miembros de la UE, consecuentemente perderá esos beneficios y dado que importa más de lo que exporta traerá consecuencias en la disminución del valor de su moneda y en la elevación de los bienes de consumo. Además, “Bancos internacionales, compañías de servicios fiancieros internacionales y más de 275 compañías comerciales están trasladando miles de empleos y más de mil millones de dólares en activos a ciudades europeas (Amsterdam, Dublín, Frankfurt, etc.), para asegurar que pueden atender a los clientes al otro lado del Canal de la Mancha independientemente de las reglas que impongan los reguladores nacionales tras el factible Brexit”.
A todo lo anterior, habría que anadir que la UE se siente amenazada por el crecimiento exponencial de la economía china que se ha convertido en la segunda economía mundial. Bernardo de Miguel y Lluis Pellicer señalan que, de acuerdo a cifras publicadas por la Comisión Europea, «entre 2000 y el tercer trimestre de 2018 la inversión china en la UE ascendió a 181,000 millones de euros y ya es equiparable a la europea en suelo chino. Pero con dos diferencias: la europea se centra en la producción, mientras la china busca activos estratégicos y con alto valor añadido tecnológico. Y lo más preocupante para Bruselas es que el 60 por ciento de la inversión china procede de empresas con capital público que han adquirido, por ejemplo, los puertos del Pireo (Grecia), terminales de contenedores de Valencia y Bilbao, o la compañia eléctrica portuguesa EDP». (El País, 17/ 4//2019). Hoy en día, la política china está centrada en el campo de las inversiones en sectores claves como el energético, infraestructuras, etc. sobre los que ha cimentado su fuerte crecimiento económico bajo la bandera de la globalización.
Desafio económico y político
A lo anterior habría que añadir que la UE ve la «amenaza china» en los acuerdos firmados entre China e Italia, dentro del marco de desarrollo chino denominado como la Nueva Ruta de la Seda. En pocas palabras, la UE percibe a China como un desafío económico y político. Zigor Aldama describe atinadamente en el diario El País (22 /6/ 2014) que la emergencia de las clases media y alta en China, ha provocado también una revolución en el sector turístico, uno de los más importantes de la región. El año pasado, por primera vez en la historia, más de 135 millones de chinos viajaron al extranjero, se convirtieron en el grupo más numeroso del planeta y en el que más gasta, y la mayoría optó por destinos turísticos en la UE.
Un dilema que se ha apoderado de la agenda de Bruselas… ha sido Putin, pero la aparición de China es lo que ha removido todo el tablero internacional. Aldama señala que la UE «acusa abiertamente a China de competencia desleal —cierra sus mercados mientras sus empresas se establecen por Europa dotadas de subsidios—; de fomentar el endeudamiento insostenible en los países vecinos de la UE con vistas al control de activos y sectores estratégicos, y de embarcarse en una carrera armamentista que plantea cuestiones de seguridad para la UE.
«El endurecimiento diplomático hacia Beijing coincide con la puesta en marcha del primer mecanismo comunitario de escrutinio de inversiones extranjeras, un control que llega después de que la inversión china en Europa ha pasado de 800 millones de dólares en 2008 a un récord de más de 42,000 millones en 2018». En este sentido plantea. Zigor Aldama que Europa, otrora líder en la primera generación de telefonía móvil, ya no puede desarrollar la 5G sin ayuda de Huawei. «Los países europeos no pueden competir con China en cuanto a inversiones en I+D y producción de nuevas tecnologías. Mientras el Gobierno de Merkel decidió invertir 3,000 millones de euros en inteligencia artificial hasta 2025, China invertirá 130,000 millones hasta 2030. Además, la reducción de emisiones de CO2, una de las grandes iniciativas mundiales impulsadas por la UE, no tendría sentido sin la colaboración de China, que produce el 30 por ciento, el doble que EE.UU. (15 por ciento) y tres veces más que la UE (9 por ciento)».
A pesar de esa situación Italia decidió integrarse a la Nueva Ruta de la Seda, como lo plantea Lorena Pacho (El País, 23/3 /2019) «Italia y China han refrendado 19 acuerdos institucionales y otros 10 comerciales, que abren la puerta a colaboraciones en ámbitos como la tecnología, la agricultura, la cultura, la energía y el turismo… El objetivo de los pactos es aumentar de forma gradual las exportaciones italianas y comenzar a reequilibrar una desproporción en la balanza comercial, que hasta el momento beneficia a China. Hay demasiado Made in China en Italia y poco Made in Italy en China”.Cosecuentemente los acuerdos buscan revertir esta tendencia.
En paralelo a lo antes escrito habría que añadir la nueva confrontación de EE.UU. con la UE en relación a Cuba. La postura adoptada por EE.UU. el 2 de mayo de 2019,en relación a la revocación de la suspensión del título III de laLey Helms-Burton, permite reclamar ante cortes de EE.UU. propiedades confiscadas tras el triunfo de la Revolución Cubana. Sin duda, esto agrega una nueva fisura a la relación UE-EE.UU. ((https://actualidad.rt.com/actualidad/312022-cuba-califica-agresiva-escalada-demandas-eeuu)).Dicha decisión abre la posibilidad a demandas por parte de personas o entidades cuyas propiedades fueron nacionalizadas durante la Revolución Cubana o en los años posteriores. Tales acciones podrían causar graves daños a importantes empresas europeas que operan en Cuba a través de propiedades nacionalizadas por el gobierno cubano. Sin embargo, en respuesta a la decisión del gobierno de Trump «la Comisión Europea reaccionó alertando al gobierno de EE.UU. sobre las represalias que podrían llevar a cabo desde el bloque europeo, para compensar el impacto negativo sufrido.
En tal sentido, la Comisión Europea amenazó por escrito al gobierno de Donald Trump con una posible denuncia ante la Organización Mundial de Comercio (El País, 16/4/2019) «si confirmasu intención de reactivar las sancionescontra empresas europeas que tengan inversiones en Cuba. Esto es, activará todas las represalias posibles, incluida la posibilidad de que las empresas estadounidenses también sean confiscadas en suelo europeo para compensar los perjuicios que sufran las empresas europeas en Cuba»
En esa tesitura, mientras la UE se encuentra en medio de su laberinto, sus alrededores están en completa ebullición, mismos que pueden afectar a la estabilidad del continente europeo en su conjunto. En Argelia se desarrolla la Primavera Pacífica, cuando su población está harta y deseosa de un cambio del régimen gerontocrático que lleva en el poder más de 57 años. En Libia persiste la inestabilidad generada con la caída de Gadafi desde el 2011 y hoy con dos gobiernos en pugna. Ucrania está enfrentando procesos políticos salpicados de incógnitas. El Magreb sigue inestable, frontera sur clave de la UE. El Sahel aún está peor. En Sudán sus habitantes están hartos del autoritarismo y la corrupción y además se sienten traicionados por sus líderes y su ejército. En Mali la desesperanza ha generado miles de desplazados. Los Balcanes se encuentran en una constante maraña de protestas producto de insatisfaciones económicas, políticas y sociales. Por tanto, reitero, la UE debe despertar del sueño de la ficticia unidad y comenzar a reestructurar sus organismos para confrontar los problemas y dar satisfacción a las demandas de sus poblaciones.
Todo el vecindario de la UE está bañado de incertidumbres e inestabilidades reales y tal parece que la UE está absorta sólo en el Brexit provocado por un grupo de políticos cínicos, irresponsables y desestabilizadores tanto dentro de la UE como en propio territorio del gran provocador llamado Reino Unido. Este último inició el incendio echando la culpa de todos sus males a la UE, sin hacer previamente actos profundos de reflexión sobre los problemas generados por sus propios líderes, al no haber confrontado sus problemas al interior del propio Reino Unido. Sin duda, esto confirma una vez más, que el Reino Unido ha sido, a través de la historia, un caballo de Troya en Europa.
*Diplomático, internacionalista, analista político y escritor.