El intento del Senado por reestablecer la criticada “partida secreta” que tendría AMLO en su administración para disponer discrecionalmente de los “ahorros” millonarios de su administración es una señal equivocada en el rumbo que requiere México.
UN RETO PARA AMLO, UN PESADO LASTRE PARA MÉXICO
Feliciano Hernández*
El propio presidente negó el supuesto. Al margen de que se consume el dictamen –la oposición advirtió que lo impugnará ante la Corte si se llega al extremo—, como principio es reprobable. Por lo mismo, López Obrador debe asumir el reto de regularizar las corrompidas finanzas nacionales, que tienen en Hacienda y el SAT su flanco más vulnerable.
CD. DE MÉXICO. – Miles de MILLONES de dólares al año van y vienen al margen de la ley y miles de personas físicas y morales se benefician sin rendir cuentas a las autoridades y causando enormes daños al país.
No es un problema nuevo, pero se ha complicado en las últimas décadas con los movimientos del crimen organizado, fortalecido en sus redes por la legislación vigente y por factores coadyuvantes, porque en el fondo —se puede afirmar sin duda— ha sido el sustento principal del régimen corrupto que ha gobernado a México.
Desde todos los angulos se registran los movimientos multi millonarios irregulares: desde los funcionarios del gobierno —la “estafa maestra” de Rosario Robles en Sedesol es un caso abierto que involucra 30 mil millones de pesos—, desde las grandes y pequeñas empresas que pagan fuertes “mordidas” para poder operar, incluso desde las trasnacionales –la brasileña Odebrecht es el caso ejemplar del momento—, y en México sonó fuerte porque corrompió a funcionarios de Pemex y a su director Emilio Lozoya, con al menos 10 millones de dólares que le entregó; pero no es la única, Walmart acaba de ser multada con 240 millones de dólares en Estados Unidos como sanción por seguir procedimientos extralegales en su expansión global, incluyendo la apertura de nuevas sucursales en México.
También se mueven grandes montos desde las ONG o asociaciones civiles y fundaciones que reciben donativos millonarios –Vamos México, de Marta Sahagún y Vicente Fox, ha sido destinataria de donativos millonarios de las empresas a las que el ex presidente otorgó condonaciones de impuestos.
No pocos políticos en su papel de activistas mueven fuertes sumas, la hoy senadora Josefina Vásquez Mota en su gestión de “defensora” de paisanos migrantes, recibió de Peña Nieto más de 1,000 millones y entregó al SAT declaraciones “patito” –Fake, para emplear el término de moda impuesto por Trump—, sin autoridades que se atrevieran a rechazarlas y llamarla a cuentas –porque los fiscales están para acosar a los pequeños contribuyentes.
Por supuesto, las grandes redes del creciente e imparable comercio ambulante aportan sus cantidades millonarias al circulante, sin fiscalizar y sistemáticamente; quizás sean muy pocos los funcionarios que se sustraen a la tentación de corromperse y apropiarse dinero sucio. El Senador Ricardo Monreal, coordinador de la fracción de Morena en la Cámara alta, divulgó recién llegado a la Delegación Cuauhtémoc que todavía con la silla fría como máxima autoridad de la demarcación recibió a unos mensajeros que le entregaron un portafolio lleno de fajos de billetes de 500 que sumaban más de un millón 200 mil pesos, como primera entrega de otras que recibiría procedentes de intereses obscuros, aparentemente de líderes de comercio ambulante, que el funcionario rechazó.
Desde otras dependencias de gobierno aplican condonaciones también gigantes, como la de 43 mil millones de pesos que concedió la entrante administración de la CFE a pobladores de Tabasco por deudas rezagadas, y por compromiso de su paisano el entonces aspirante a la presidencia de la república.
Al cierre de esta edición la Auditoria Superior de la Federación (ASF) reportó malos manejos en más de 3,000 (tres mil) millones de pesos de aportaciones federales que en 2018 fueron transferidas al sector salud en los estados; mismas que fueron desviadas a cuentas distintas o aplicadas a otros rubros sin sus comprobantes correspondientes; las mayores anomalías se registraron en Oaxaca y Chiapas, donde sus pobladores padecen fuertes carencias en atención médica.
Persiste la fuga de dólares
LOS DEPÓSITOS DE CAPITALISTAS mexicanos saca dólares, en bancos extranjeros y en paraísos fiscales, alcanza también sumas inimaginables para el común de los mortales. En los años recientes salieron a la luz dos casos de escándalo: en 2016 los denominados Panama papers, y en 2008 los depósitos millonarios escondidos en el Banco HSBC de Suiza. (Este banco en México también ha sido señalado en reiteradas ocasiones de facilitar los movimientos de capitales al margen de la regulación del sector).
En la sucursal del HSBC en Suiza se supo, luego de ser revelada la famosa “lista Falciani”, que al menos 400 mexicanos entre millonarios de todo el mundo, escondían fortunas considerables; gente de todos los sectores sociales (políticos, deportistas, empresarios, gobernantes, traficantes y otros).
Esa lista de saca dólares fue obtenida por autoridades francesas al allanar la morada de un ex ejecutivo del banco, Herve Falciani, que ofertaba los nombres de los involucrados a particulares y gobiernos, y que obtuvo las listas hurtando los archivos informáticos del banco aludido.
En esa lista se reveló que al menos había 400 mexicanos con depósitos en esa institución bancaria desde cuatro millones de dólares hasta 200 millones y que la cifra superaba los 2.000 (dos mil) millones. Se especuló que eran capitales evasores de impuestos y sumas procedentes de actividades ilícitas.
Por este delito de evasión fiscal, en Francia fue condenada Arlette Ricci —heredera de la famosa marca de perfumes Nina Ricci—, a tres años de prisión y a pagar una multa de un millón de euros. (Se argumentó que la decisión de las autoridades fue poner un ejemplo de su determinación en combatir ese delito).
La justicia de Suiza giró orden de aprehensión contra Falciani y fue capturado en España para su extradición. Pero gracias a sus informes, varios gobiernos lograron regularizar miles de millones de capitales fugados y sentenciar a los evasores.
En abril del 2016 estalló el escándalo de los Panama papers, del despacho legal Mossak Fonseca, un conjunto de 11 millones de documentos sobre inversiones en paraísos fiscales; fueron obtenidos por el diario alemán Suddeutsche Zeitung y compartidos al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés).
Algunos de los mexicanos involucrados, entre cientos de simples ricos y personajes o líderes de casi todo el mundo, del ámbito empresarial y político, se justificaron diciendo que eran depósitos lícitos, otros guardaron silencio. En las listas aparecieron algunos que figuraban en reportes de Estados Unidos como terroristas, lavadores de dinero sucio, dictadores, narcotraficantes, y otros engendros.
En varios países se procesó y sentenció a los defraudadores fiscales escondidos en el HSBC y en los Panama Papers. Algunos casos todavía siguen litigándose en las cortes y con distintos grados de penalidad.
En México no pasó nada que quitara el sueño a los implicados. Por presión pública el gobierno de Peña Nieto exhortó a los saca dólares a regresar el dinero sustraído del país y a pagar un impuesto de 10.0% sobre el capital, sin cuestionar sobre los orígenes del mismo amén de que se consumaría el “blanqueo” en ciertos casos. Muchos de los involucrados en paraísos fiscales se acogieron a la propuesta presidencial y devolvieron a bancos del país cerca de 365 mil millones de pesos entre 2017 y 2018.
A estas grandes transferencias hay que agregar los millonarios depósitos del crimen organizado que deambulan en el sistema financiero nacional e internacional, y en cajas y casas de seguridad, en espera de ser lavados en todo tipo de operaciones. No se olvida el caso de los 200 millones de dólares que custodiaba el ciudadano chino mexicano Zhenli Ye Gon, que se dijo tenía bajo custodia por órdenes del político panista Javier Lozano, quien supuestamente le indicó resguardarlos. Por tratarse de un colaborador del candidato Felipe Calderón se especuló que la suma era para financiar esa campaña presidencial. “Coopelas o cuellos”, explicó Zhenli al ser detenido por la policía y luego extraditado a Estados Unidos, donde purgó sentencia.
De la cuantiosa suma de billetes verdes, posiblemente la mayor decomisada en esas operaciones por el gobierno mexicano, nunca quedó claro el destino.
Estas cantidades y muchas otras de manejos irregulares sólo hablan de la urgente necesidad de que el gobierno ponga orden al respecto.
Las cifras los delatan
Sólo en México podemos tener noticias de enormes implicaciones penales sin que haya responsables. Por citar tres ejemplos recientes: López Obrador reveló un secreto a voces, que las administraciones de Felipe Calderón y la de Enrique Peña Nieto condonaron impuestos por 400 mil millones de pesos a grandes empresas, nacionales y trasnacionales. Las firmas beneficiadas buscaron amparos para impedir que se dieran a conocer sus nombres, pero el periódico Reforma se les adelanto y las mencionó en su portada. Puras marcas famosas y de alcurnia, nacionales y trasnacionales.
A los pocos días, también desde la oficina de AMLO informaron que firmas “factureras” defraudaron al SAT, al país, con 300 mil millones de pesos en el sexenio pasado; y los distinguidos funcionarios de esa entidad apenas se dieron cuenta de un hecho recurrente y a la mano de casi cualquiera. Como si no se supiera que toda deuda con ellos podía negociarse.
Como cápsula informativa de última hora se dio a conocer que López Obrador podrá disponer discrecionalmente de 113 mil millones de pesos de supuestos “ahorros” de su administración logrados al primer semestre (por su cuestionable plan de austeridad que ha implicado recortes presupuestales totalmente inesperados e indebidos desde la agenda de la izquierda).
Impunidad, la madre del delito
LO QUE PUDIERAN ser grandes escándalos con repercusiones severas para los implicados, no llega más que a causar un malestar pasajero a la gente y apenas pasado el primer impacto a los dos o tres días todo vuelve a la normalidad.
Cada año y cada sexenio, la ASF exhibe en su revisión de la cuenta pública los malos manejos del presupuesto federal, que ascienden a cientos de miles de millones de pesos sin que pase nada a los involucrados en los desórdenes administrativos.
Ahora ese desorden de las finanzas nacionales llega a complicarse con la nueva Ley de Austeridad Republicana que dictaminó el Senado y que confiere al presidente la facultad de disponer por decreto –por criterio propio— el destino de los millonarios “ahorros” de su gobierno. Si se consumara esa ley tal cual, introduce una aberración administrativa incompatible con los nuevos tiempos en los que debiera prevalecer la voluntad democrática, la transparencia y rendición de cuentas.
¿En qué se justifica el que el presidente dispusiera de 30 millones de dólares, de forma imprevista, para entregarlos a otro gobierno, al de Honduras, como apoyo a los migrantes de esa nación hermana? Tal acción puede ser entendida como un gesto humanitario, pero no se justifica desde el manejo presupuestal de los dineros del pueblo, de un pueblo pobre y con grandes carencias como el mexicano. Si tal proceder fuera excepcional, quizás no pase a mayores, pero si se repitiera será lo que faltaba para coronar el salto hacia atrás: esos años indeseables en que la voluntad de un sólo hombre afectaba el destino de la nación.
López Obrador negó el señalamiento de la “partida secreta” y lo calificó en otras palabras de malintencionado, y precisó que las millonarias sumas de “ahorros” de su gobierno –un cuestionable subejercicio presupuestal, ni más ni menos— serán administradas por Hacienda. Como si no se supiera quien manda en esa dependencia, y en todas las demás.
Con el bono de legitimidad puede
Sin duda que la situación de México sería mejor si el presidente lograra poner orden en las finanzas nacionales. Pero el mandatario emite señales encontradas. Por un lado, publica un decreto prohibiendo las condonaciones fiscales a los grandes contribuyentes, tras dar a conocer la noticia sobre las millonarias y opacas condonaciones del SAT en administraciones pasadas.
Por otro lado, promueve o acepta la facultad de asignar por decreto presidencial sumas millonarias sobrantes de la ejecución del gasto, como lo estipula su Ley de Austeridad, algo que despierta sospechas anticipadas por su parecido a lo que acontecía con la ominosa “partida secreta”, que tantos abusos acumuló en otros sexenios.
Orden en las cuentas nacionales
SI TANTAS GANAS TIENE AMLO de trascender como un presidente que combatió la corrupción y que sacó de la miseria y de la pobreza a millones de mexicanos podría ayudarse mucho si pone orden en las cuentas nacionales. Obtendrá muchos recursos, en efectivo y en especie, por lo visto.
México es uno de los países con más atraso en materia de trasparencia y rendición de cuentas. La organización Transparencia Internacional ubicó al país en el lugar 135 de 180 evaluados, en 2017.
El reto de AMLO es bajar notablemente, y pronto, los niveles de opacidad y corrupción que desangran al país; y más le vale que lo haga ahora que cuenta con su gran bono de legitimidad que le da el amplio apoyo popular que conserva, aunque en marcado descenso. Si no logra esa impostergable meta en su primer trienio, difícilmente lo hará en el segundo…Y el cambio verdadero (la 4T) quedará en pura ilusión de coyuntura.