Voces del Periodista Diario

La detención de Assange, día negro para la libertad de expresión en el mundo

Salvador González Briceño

EL PASADO JUEVES 11 DE ABRIL, en punto de las 10:00 am hora de Londres, el mundo fue testigo de la detención de Julian Assange, el creador del portal WikiLeaks, una vez que el Estado de Ecuador le retiró el asilo que le había otorgado en 2012.

ASSANGE fue extraído en vilo por la policía metropolitana de las instalaciones de la embajada, para ser remitido ante el juez por el presunto delito de “incumplir”, al no entregarse a las autoridades cuando en 2012 pesaba sobre él una orden de arresto emitida en Suecia.

Durante la salida forzada se escuchó a Assange gritar, según testigos: “El Reino Unido debe resistir este intento de la Administración Trump”. Pues de ser extraditado a Suecia, las autoridades de ese país podrían extraditarlo, a su vez, a Estados Unidos de América (EUA) en donde se le podría procesar por filtrar secretos de la Seguridad Nacional estadounidense.

El presidente Lenín Moreno se justificó vía Twitter con la frase siguiente: “Había decidido soberanamente retirar el asilo diplomático… por violar reiteradamente convenciones internacionales y (el) protocolo de convivencia”; se refería al interior de la embajada de su país en Londres. Mientras el portal WikiLeaks reaccionó a la medida calificándola de “ilegal y violatoria del derecho internacional”.

Desestimando las declaraciones y la defensa en contra del fundador de WikiLeaks, de inmediato fue declarado “culpable” por el Tribunal de Magistrados de Westminster, por evasión de la justicia. Los delitos iniciales de supuesta violencia sexual le habían sido retirados, más por el que ahora se le acusa es de violar las condiciones de “libertad bajo fianza”.

Ante la prensa, Lenín Moreno dijo después que él tenía el compromiso del gobierno británico de “no aplicar ni pena de muerte ni malos tratos o torturas” a Assange, así como la garantía expresa por parte de la cancillería británica desde 2018. Pero más bien él había solicitado “a Gran Bretaña la garantía de que el señor Assange no sería entregado…”

Sobre esta acción la primera ministra Theresa May, dijo que Assange fue detenido “por incumplimiento de fianza, después de casi siete años en la Embajada de Ecuador”; pero, además, por “una solicitud de extradición de las autoridades de EEUU.” Ahora se trata de un asunto legal ante los tribunales y, remató May: “En el Reino Unido nadie está por encima de la ley”.

Es por ello que no se descartaría la posible extradición de Julian Assange vía Suecia hacia los EUA, donde podría ser duramente sentenciado. Ese es el temor, tras una determinación de Lenín en un aparente acto de venganza.

Basta señalar que el portal WikiLeaks había publicado las cuentas secretas del presidente ecuatoriano, un caso grave de corrupción por el cuál ahora él podría estar enfrentando a la justicia de su país. Sin embargo, no cabría inculpar por ello a Assange puesto que lo mantenían o estaba incomunicado, pues él había rechazado wifi de la propia Embajada.

Por su parte, el expresidente Rafael Correa, calificó como un día de luto para Ecuador, por el acto violatorio por permitir la entrada de la policía a la Embajada por ser territorio soberano, contra las leyes de asilo, el derecho internacional y grave afrenta para el Estado ecuatoriano. Lenín se está ganando el calificativo de “traidor más grande de la historia ecuatoriana y latinoamericana”.

También el exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edward Snowden declaró desde Moscú sobre el arresto: “Este es un momento oscuro para la libertad de prensa”. Y tras “arrastrarlo” fuera de las instalaciones de la Embajada de Ecuador en Londres, “las imágenes acabarán en los libros de historia”, remató Snowden.

Entre las múltiples reacciones, no faltó la de un asambleísta por Cañar en el congreso ecuatoriano, Juan Cárdenas, quien calificó la decisión del presidente Lenín Moreno como un “acto de vergüenza nacional”, y hasta le pidió disculpas al mundo, por una decisión que se hizo a espaldas del pueblo.

Finalmente, no se pueden desdeñar temores sobre el posible desenlace de este caso, porque bien sabe el mundo que el portal WikiLeaks reveló presuntos “documentos secretos” del Departamento de Estado, como el video en donde el ejército estadounidense asesina a 12 civiles en Irak, entre ellos dos reporteros de Reuters.

Desde todos los puntos de vista posibles, resalta que ciertamente se trata de un caso en donde se violenta la libertad de expresión en el mundo, sin respetar el fondo injustificado del encierro de Assange, por una ley mordaza.

De la responsabilidad por el saldo de esta historia tendrán que responder Ecuador, Gran Bretaña, Suecia y los Estados Unidos. De Australia que lo menos se esperaría la defensa de un ciudadano. El tema Assange representa un reto para el periodismo global.

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