Juan José Agustín Reyes Rodríguez
EL CONCEPTO equivocado de desarrollo, que se ha tenido por décadas, ha significado un crecimiento desordenado, grandes obras de infraestructura de todos tipos, presuntamente creación de empleos, arrasar con la naturaleza, creación de riqueza para unas minorías privilegiadas, participar de los “beneficios” del libre mercado, crecimiento de los indicadores macro económicos, tener inflación baja, garantizar las inversiones –especialmente las trasnacionales y las pseudo nacionales- pero fundamentalmente mantener los controles políticos, financieros, económicos y sociales del país en las diferentes regiones.
En este artículo solamente haré referencias a algunos proyectos con información que he recopilado de diferentes fuentes, tanto públicas como de algunas instituciones, grupos y autores que han compartido públicamente sus estudios y vivencias[i], como el reciente Foro sobre “Naturaleza, Derechos Indígenas y Soberanía Nacional en el Istmo de Tehuantepec”, así como de experiencias propias[ii].
Periodo Porfirista
Para remontarnos al siglo XIX, los principales proyectos que se realizaron, fue en los periodos de Porfirio Díaz, cuando hubo un crecimiento de la minería –fundamentalmente subterránea con túneles- la red ferroviaria que conecta las principales regiones del país y que es la que se sigue utilizando. Para el crecimiento del ferrocarril y las minas uno de sus principales insumos fue la madera, obtenida principalmente de los bosques de coníferas y algunas latifoliadas, por donde se iban abriendo las brechas para el tendido de vías y en donde se explotaban las minas.
Los impactos ambientales en el caso de las minas no eran tan perceptibles in situ, ya que prácticamente todas eran con túneles y tiros. Su impacto si era en la cantidad de árboles utilizados para esas estructuras, así como los jales y la contaminación del agua en los procesos de extracción del oro, plata y otros minerales.
Las minas cambiaron la extracción de minerales metálicos y no metálicos del sistema de túneles hacia la explotación a cielo o tajo abierto, que es otra condición totalmente distinta, porque además de los daños que causaban anteriormente, se sumaron la devastación de suelo, bosques, manantiales, flora y fauna silvestres, paisajes y sobre todo los despojos a comunidades, ejidos y pueblos enteros, lo cual sigue lacerando al país en la actualidad.
Periodo del crecimiento agropecuario
A fines del periodo de Díaz Ordaz y durante el periodo de Echeverría y todavía alcanzando el de López Portillo, se lanzó el PROGRAMA NACIONAL DE DESMONTES BENITO JUÁREZ, que cambiando de nombres y sumándose otros programas como el de Distritos de Drenaje Tecnificado, fueron las acciones de gobierno que hicieron la mayor devastación de terrenos forestales, principalmente las selvas altas, medianas y bajas de Veracruz, Campeche, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Tamaulipas, la Huasteca (con los estados que concurren ahí), para señalar los más devastados, aunque se presentaron esos desmontes en prácticamente todo el país. Estos terrenos fueron desmontados principalmente para la ganadería extensiva, con beneficios privados o de grupos y con altos costos ecológicos, económicos y sociales para la sociedad. Afortunadamente se están rescatando muchos de esos terrenos convertidos en eriales, para plantaciones forestales comerciales.
Y ¿Cuáles fueron los resultados de esa política oficial? Funcionarios públicos federales y estatales que se hicieron millonarios con la maquinaria pesada utilizada, maderas preciosas extraídas sin estudios, millones de hectáreas de selvas perdidas, distritos de riego sin operar, presas azolvadas, biodiversidad perdida y pobladores, salvo algunos casos, pauperizados y dependiendo de sus patrones.
Por desgracia los proyectos oficiales siguen la misma tónica de no reconocer la importancia que tienen los recursos forestales y otros recursos naturales, para la economía, el ambiente y la sociedad, como puede constatarse con los presupuestos autorizados. Por décadas se ha estado gastando dinero en programas agropecuarios e infraestructura de todo tipo, con algunos logros, pero con mucha destrucción de los ecosistemas, no reconociendo la importancia que tienen los recursos forestales como fuente de vida y progreso.
Los megaproyectos de ¿desarrollo?
Se preguntarán ¿Por qué esta referencia a los recursos forestales? Es importante poner ese contexto en el país, cuya capacidad natural de uso es FORESTAL en el 72% de la superficie nacional, constituida por bosques, selvas, semidesiertos, humedales y otra vegetación forestal, en donde hay una riqueza, no solamente biológica, sino también económica y social a la que no se le ha dado su justa dimensión y se ha optado por lo más fácil que es cambiar su uso.
Es justamente sobre esta superficie forestal donde se han venido implantando muchos de los mega proyectos como zonas ganaderas y crecimiento del aguacate; minas a tajo abierto; infraestructura vial, industrial y urbana; complejos turísticos en las playas; aeropuertos y puertos concesionados o vendidos a empresas nacionales y extranjeras, como OHL hoy Aleatica; pozos petroleros, la industria petroquímica y la fractura hidráulica o fracking; y recientemente continúan o están iniciándose los mega proyectos oficiales como son: el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el lago de Texcoco[iii]; el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) también dentro de la cuenca de México; el Tren Maya, en cinco estados del sureste; el Tren Interurbano México-Toluca; el Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec (PDIIT), que no es sólo un tren; la Refinería Dos Bocas; el Proyecto Integral Morelos (PIM); continuar con el establecimiento de los Parques Eólicos; establecimiento de Cerveceras y embotelladoras de agua con concesiones de acuíferos que se les han negado a los pobladores; y permitir que siga la explotación indiscriminada de la minas a tajo abierto, ubicadas en las sierras en donde subsisten la mayoría de bosques.
Hay muchas aristas desde las cuales se puede hacer un análisis de estos megaproyectos. Mucha tinta ha corrido con datos, lugares, testimonios de personas afectadas, que han registrado instituciones públicas y privadas, quienes han destapado verdaderos actos de corrupción de funcionarios públicos, así como gente preocupada y ocupada por dar a conocer sus puntos de vista y proponer alternativas de desarrollo real con la gente.
Desde el punto de vista legal se ha adecuado la legislación para acomodar esos megaproyectos que se han venido desarrollando. En 1992 se reformaron, entre otros ordenamientos legales, el Artículo 27 Constitucional y oros relacionados, la Ley Federal de Reforma Agraria, la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, la Ley Forestal, la de Aguas Nacionales, así como la Minera y otras más. Todo ello fue para dar un marco jurídico adecuado a lo que el gobierno federal tenía programado para privatizar los ejidos, el agua, los recursos minerales y petrolíferos, las playas, el espacio aéreo y las comunicaciones entre los principales recursos naturales del país, así como las leyes relacionadas para la privatización de los servicios estratégicos, como bancos, teléfonos, ferrocarriles, autopistas, puertos, aeropuertos, petróleo, petroquímica, energía eléctrica, educación, salud, entre otros.
En el régimen actual se han hecho apenas unos cambios de leyes. Está en discusión muy polarizada la Ley Fomento y Protección al Maíz y Especies Nativas, la cual ya fue aprobada en el Senado; sin embargo, un grupo de diputados, por sus propios intereses y sus patrocinadores, la tienen bloqueada para permitir que se privaticen las especies y variedades nativas, mediante registros, derechos de obtentor o patentes y las empresas trasnacionales tengan ese instrumento a su servicio.
Recientemente se presentó en la Cámara de Diputados la Iniciativa ciudadana de Ley General de Aguas (ICLGA), con más de 198 mil firmas, con una visión integral y garantizando el derecho humano al agua, no permitir que se siga considerando a este recurso como mercancía y evitar la privatización del agua, bajo el instrumento de las asignaciones o concesiones otorgadas de manera autoritaria y unilateral por la “Autoridad” del agua. Desde luego que hay presiones de grupos empresariales y de algunos de los mismos funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y de la Comisión de Recursos Hidráulicos de los diputados, que han estado actuando ahí por lustros y obviamente quieren hacer sus prácticas del gatopardismo, para que las cosas sigan igual. También se entregó una copia al Senado de la República, que será la Cámara revisora.
Desde luego que es necesario revisar y reformar muchas de las leyes y artículos constitucionales que se modificaron desde 1992 hasta la fecha. Considero que especial atención merece y es de urgente reforma, la LEY MINERA, ya que solamente el artículo 6 de la misma, que dice que esta ley prevalece sobre cualquiera otra, ha sido el instrumento legal que han manipulado para amparar y otorgar las concesiones mineras que son las que más perjuicios han hecho al país.
Ahora vemos que la Cuarta Transformación tiene el gran reto de no seguir con la misma estrategia, con los megaproyectos que están en curso o los que están por iniciar, ya que tienen los mismos ingredientes de devastación, en mayor o menor grado, de los recursos naturales y despojo a los habitantes en donde se pretende ejecutar esos megaproyectos.
Por otro lado está el interés válido y la responsabilidad del gobierno por lograr el desarrollo del país. Pero, ¿Debe seguir la misma estrategia de devastación de recursos naturales y despojo de tierras a los pueblos, con engaños de algunos de sus operadores? Yo creo que es necesario revisar esa estrategia, que entendemos responde a fuertes presiones de intereses de los mismos capitales nacionales y extranjeros que han detentado el poder económico por décadas, lo que no va acorde con la cuarta transformación, como muchos millones de mexicanos la entendemos.
Ejemplos negativos hay por montones de como han actuado las empresas mineras, eólicas, petroleras, agropecuarias, turísticas, concesionarias de carreteras, puertos, aeropuertos, playas, cerveceras y embotelladoras, entre otras. No se pueden cerrar los ojos ante tantos abusos, persecuciones y muertes que han sufrido líderes y pobladores que defienden sus territorios y aguas, por el beneficio económico de unos cuantos.
Se argumenta que esos megaproyectos generarán empleos, mejoramiento de las economías locales, facilidades de vivienda, educación, comunicación, transportación y muchos “beneficios” adicionales. Si bien es cierto parcialmente, preguntamos ¿Qué calidad de empleo y permanencia, vivienda y otros beneficios? ¿Qué pasa con sus tradiciones, sus bosques y selvas, el agua que nace en ellas, su forma de vida rural a cambio de una vida urbana? ¿Cuáles han sido los resultados sociales, económicos y ambientales de los megaproyectos realizados en décadas previas? ¿Han mejorado las condiciones de vida rural y urbana? ¿Cómo está la contaminación de suelos, aguas y aire como resultado de estos megaproyectos? ¿Cuáles son las condiciones de salud de las poblaciones donde se establecen los megaproyectos, cáncer, enfermedades crónicas degenerativas, pulmonares y muchas más?¿Cuáles son los vínculos de las mineras con el crimen organizado, que se ha constituido en su guardia blanca o más bien negra y como instrumento de “convencimiento” a los que se oponen de manera abierta?
En la mayoría de los mismos proyectos ha prevalecido la corrupción, al otorgarse con su respectivo moche o mordida, con precios inflados, sin respeto a la normatividad ambiental o las normas de salud. Esto lo han fundamentado la Auditoría Superior de la Federación, varios reporteros de investigación, en libros, reportajes y entrevistas. No se ve un progreso real para la sociedad, en términos de mejor calidad de vida.
Con el cambio de gobierno a la Cuarta Transformación, están saliendo a la luz todas las corruptelas que se han realizado con esos megaproyectos, como se puede constatar en las noticias e investigaciones periodísticas que ya son cotidianas, como empresas contaminantes del Grupo México, el corredor industrial Juanacatlán – El Salto en Jalisco, la grave contaminación de la mayoría de los ríos, que se han convertido en drenajes industriales, pecuarios y urbanos. Pueden recurrir a información detallada en la información obtenida del TOXI TOUR que se realizó apenas en diciembre del año pasado. Este recorrido que realizaron investigadores, académicos y expertos nacionales y extranjeros sólo por once lugares más contaminados del país, arrojó resultados alarmantes.
El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, en referencia a los problemas ambientales los calificó como INFIERNOS AMBIENTALES, lo cual está muy cerca de la realidad en muchos lugares del país.
Algunos ejemplos de megaproyectos que están cuestionados o con una abierta oposición
Es importante distinguir, por una parte, las que son auténticas preocupaciones y luchas de los pueblos que se verían afectados con estos megaproyectos y por otro lado, los grupos opositores al gobierno, que se han montado en las luchas de los pueblos, no por una auténtica preocupación, sino por utilizarlos como “Punching Back” para atacar a AMLO. El ejemplo más claro fueron los 147 amparos que se presentaron contra el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía los grupos financiados por la COPARMEX, Claudio X. González y el líder del PAN Marko Cortés, entre los más activistas y que se están preparando otros amparos contra el Tren Maya, por mencionar algunos.
Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec (PDIIT)
Según varios conocedores del asunto, es un proyecto reformado del mismo que tenía el gobierno de Zedillo.
Este megaproyecto contempla, entre lo más destacado de sus propuestas de “desarrollo” de la región, la construcción de dos vías para el tren rápido y carretera de ocho carriles con más de 300 kilómetros; establecer zonas económicas exclusivas o zonas libres de impuestos para maquiladoras; red de fibra óptica; parques Eólicos, por lo menos diez parques industriales en los principales poblados; un gasoducto para atender la demanda de las industrias, así como tendido de líneas de transmisión eléctrica; nuevos parques eólicos; ampliación y modernización de los puertos de Coatzacoalcos, Veracruz y Salina Cruz, Oaxaca y aeropuertos. Establecimiento de nuevos centros de población para dar servicio a toda esta infraestructura. Así se reconectará el Pacifico con el Golfo de México, por medio de lo que se ha llamado un canal seco, largo anhelo de los gringos desde el Tratado Mac Lane – Ocampo, que permitiría el paso libre de tropas, personas y mercancías gringas, protegidas por el gobierno de México y en caso de no ser así ellos mismos las “protegerían”. Afortunadamente para México, el Senado gringo no aprobó ese tratado, pero no han quitado el dedo del renglón[iv].
Se han documentado, los graves impactos que este megaproyecto causaría en toda la región del Istmo de Tehuantepec. Desde luego habría impactos negativos sobre las importantes selvas, el agua, creciente contaminación por la explotación minera, una fuerte demanda por agua, luz, servicios de recolección de basura, ampliación del concreto, mayor dependencia de la población del comercio externo, crecimiento de población y del turismo con todas las implicaciones que ello conllevaría, militarización de la región, aumento de la criminalidad y paso de drogas y armas, así como aumento de la delincuencia controlada por el narco, como se puede ver en Cancún y otros centros de importancia turística, así como muchos impactos más.
Hay un creciente activismo e interés de empresas trasnacionales, principalmente gringas, canadienses, chinas y españolas asociadas con empresas mexicanas por “invertir” en este megaproyecto. Esto significa que tomarían posesión de toda la región del Istmo de Tehuantepec, lo que cercenaría el territorio nacional por su cintura. Este quizás es el riesgo más grave para el país, que estaría mucho más peligroso que la entrega del petróleo, la energía y las playas que hicieron gobiernos anteriores. Aquí estamos hablando del territorio y la Soberanía Nacional.
Por otro lado los impactos ambientales serían de consideración. Si solamente fuera la rehabilitación del tren, los impactos serían menores. Pero como vemos, es todo un complejo de mayores dimensiones que requiere miles de hectáreas de terreno, principalmente selvático, además de la riqueza cultural y diversidad étnica, en donde están varias selvas de importancia mundial como es la Selva Zoque y principalmente los Chimalapas, cuya vegetación forestal y fauna silvestre es la de mayor riqueza biológica, forestal e hidráulica del país, por mencionar las más conocidas, así como importantes Áreas Naturales Protegidas.
De acuerdo con un reporte de la fundación Rosa Luxemburgo Stiftung, “Conflictos Sociales por megaproyectos extractivos, de infraestructura y energéticos en la Cuarta Transformación”, el corredor Transístmico daría becas a jóvenes, duplicaría el apoyo para las personas de la tercera edad, subsidios a productores de maíz, pago en dinero por la renta de la tierra a una fracción de la comunidad y empleo en maquilas. Por otro lado quitaría su decisión sobre el territorio físico, disminución de la frontera agrícola, pérdida de capacidad fiscal del estado[v], apropiación de aguas, viento y flora y dependencia del ciclo de la economía mundial. Considero que sería regresar a la época de la conquista de México por los españoles. Cambiar oro, recursos naturales, cultura, territorio y SOBERANÍA por espejitos, pero ahora bajo el imperio de las trasnacionales y sus países de origen.
Proyecto de “El Tren Maya”
Este es otro de los megaproyectos insignes del actual régimen al que más atención y publicidad se le ha otorgado. Es un desarrollo de alrededor de 1,500 kilómetros que une a los estados de Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Quintana Roo, aprovechando las maravillas naturales y culturales de esa parte del país.
En el Foro realizado recientemente en la Ciudad de México “Naturaleza, Derechos Indígenas y Soberanía Nacional en el Istmo de Tehuantepec, en donde se trató el Proyecto de Desarrollo Integral del Istmo de Tehuantepec (PDIIT), también se abordó por parte del Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Dr. Víctor Toledo Manzur, el Proyecto Tren Maya, como su principal tema, cuya breve reseña se hace en los párrafos siguientes.
Mencionó que hay que celebrar ese evento por la importancia que tienen el Tren Maya y el Transístmico. El gobierno actual es un gobierno diferente, anti neoliberal y de izquierda. Sin embargo, el secretario reconoció que el tema ambiental es un tema incómodo para el gobierno. Habría que definir una Ecología Política para el mundo que está en crisis ambiental. El 1% de la humanidad haciendo explotación humana y de la naturaleza; hay una élite de corporaciones y bancos; mayor inequidad social; cambio climático con mayor peligro mundial.
La discusión es tremenda. Hay que solicitar posiciones maduras de la oposición. “LOS PROYECTOS VAN A IR” y hay que ver como se hacen mejor. La CONSULTA FUE LEGÍTIMA en 15 regiones con 1,500 presidentes municipales, comisariados ejidales y comunidades. La respuesta fue un SI condicionado. Se van a formar 84 comités municipales, hacer ordenamientos ecológicos, con una visualización diferente a lo ocurrido en Cancún. La inversión será pública y no hay inversión extranjera.
Hasta aquí la reseña parcial de lo expresado por el Secretario de la SEMARNAT.
Al decir el Secretario que el Proyecto VA y después cuando avaló que la consulta fue LEGÍTIMA, hubo gritos y protestas de algunos asistentes, quienes desaprobaron lo dicho por el secretario.
Según Maderas del Pueblo, el PDIIT es un proyecto actualizado del Proyecto de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec propuesto por Zedillo en 1997, que se conecta con el Tren Maya, Las consultas realizadas en ambos proyectos fueron mal elaboradas y aplicadas, tanto que la ONU las cuestionó. La visión de desarrollo de este proyecto y del PDIIT es totalmente diferente a la visión de los pueblos originarios y pobladores de las regiones. NO SE TOMARON ACUERDOS DE ASAMBLEAS, sino solamente de sus representantes, por lo que no se cumple los que señala expresamente el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que debe ser una consulta libre, previa, informada y en el contexto de cada pueblo.
Se requieren opciones reales de mejoramiento de la salud, alimentación, conservación y aprovechamiento de los recursos naturales, no su devastación; detener los desmontes ganaderos y la tala ilegal.
Se van a impactar en mayor o menor grado ocho áreas naturales protegidas, de acuerdo con la Rosa Luxemburgo Stiftung, son las siguientes:
1.- Parque Nacional Palenque, Chiapas; 2.- Área de Protección Cañón del Usumacinta, Tabasco; 3.- Reserva de la Biosfera Calakmul, Campeche, (esta es quizás la más importante en esta región, que sin embargo está atacada por talamontes asiáticos coludidos con mexicanos y con la pasividad o contemplación de las autoridades federales y estatales respectivas. (Estos no son datos de la Fundación); 4.- Reserva de la Biosfera Petén, Campeche; 5.- Área de Protección Yum Balam, Quintana Roo; 6.- Área de Protección Manglares de Nictupé, Quintana Roo; 7.- Reserva de la Biosfera Sian Ka’an, Quintana Roo; y 8.- Área de Protección Uaymil, Quintana Roo.
¿Cuáles serían las alternativas de desarrollo?
Si en verdad se quiere tener políticas públicas de Desarrollo Integral, sin la devastación de los recursos naturales, sin despojos de las comunidades y sin poner en riesgo el territorio y la soberanía nacional, es fundamental que estos y otros megaproyectos que están en proceso, como los mencionados inicialmente, se reconsideren y se les de otra dimensión. Si bien hay que tener un crecimiento, que no necesariamente es igual a desarrollo como lo ha reiterado el Presidente López Obrador, ese crecimiento debe ir acompañado de políticas ambientales, sociales y productivas, que estén en equilibrio con la naturaleza y la sociedad, no tener como dios a la “riqueza y ganancias” que pudieran generar.
Es conveniente que el gobierno y la sociedad hagan una revisión histórica profunda, contando con los elementos de análisis socioeconómicos, políticos y ambientales, así como de soberanía nacional, de los resultados que se han obtenido con los megaproyectos que se han hecho en el país por décadas y siglos. De la misma manera los megaproyectos que están continuando y los que se están iniciando deben reorientarse en bien del país y la población. ¿Hasta dónde la inversión pública y privada, nacional o extranjera, debe estar sobre la naturaleza, la sociedad y la patria? Esto debe responder el pueblo de México y no un puñado de intereses personales y de grupos.
Hay que revisar y modificar el entramado legislativo que se armó para darle legalidad al despojo de tierras y recursos naturales a la nación y permitir la venta o transferencia de los servicios estratégicos, fundamentales para la nación. Se requiere es que haya una verdadera Cuarta Transformación a fondo, sin simulaciones y sin personajes disfrazados que actúan en contra de la misma, que están incrustados o que han permanecido en el gobierno, heredando sus transas y formas de actuar por debajo del agua.
[i][i] La información corresponde a diversas fuentes, que mencionan prácticamente lo mismo y son del dominio público.
[ii] Reyes R. J.J.A. Política Forestal en el Siglo XXI, Edición especial del periódico Vértice de Chilpancingo. Julio 2000
[iii] Afortunadamente se canceló, pero sigue la presión para urbanizar los terrenos que acapararon alrededor del mismo y crear dentro un “Parque Ecológico Lago de Texcoco”, que tiene una visión urbanizadora más que de rescate del Lago, como foco de atracción de inversiones en los terrenos cercanos al NAIM.
[iv] Varios autores y organizaciones coinciden en la información que se menciona en este artículo. El Apocalipsis del Agua, de la Gaceta UNAM; Víctor Toledo Manzur en sus diversos artículos publicados en La Jornada; ponencias presentadas en el Foro Naturaleza, Derechos Indígenas y Soberanía Nacional en el Istmo de Tehuantepec;
[v] Al establecerse las Zonas Libres en Coatzacoalcos, Veracruz y Salinas Cruz, Oaxaca, estarían exentos del pago de impuestos de todo tipo, lo que constituiría otra sangría más a las finanzas públicas.