Abraham García Ibarra
CON CIERTO conveniente, pero falso escrúpulo, ahora los del G-6más uno, G-20 y Foro Económico Mundialusan los eufemismos países subdesarrollados o en vías de desarrollo para no admitir la existencia del Tercer mundo, dominio hoy del Nuevo Orden Feudal Mundial,regido por el Nuevo Derecho Corporativo Global.
Secular legado del viejo Colonialismo, hoy recalentado por diversas formas de colonialismo interno, el Tercer Mundo está marcado por el estigma de la miseria, disimulada bajo códigos tecnocráticos como pobreza moderada o pobreza extrema.
La pobreza extrema tiene como causa y efecto el hambre o a la inversa; en algunas regiones continentales, en grado de hambruna. Los efectos de la hambruna, son madres embarazadas en peligro de muerte; los productos del parto pueden nacer descerebrados. En la mayor parte de los casos, hijos privados de leche materna que desemboca en desnutrición. La desnutrición genera niños expuestos a todos los males endémicos, sobre todo en zonas tropicales; falta de desarrollo motriz y lento aprendizaje, si tuvieran oportunidad de matrícula escolar.
Los Estados Unidos usan a pueblos enteros como conejillos de Indias
Aun en países desarrollados, gruesos segmentos de población son víctimas de la promiscuidad y las adicciones, uno de cuyos resultados es el Sida. Cuando este padecimiento empezó a convertirse en problema de Salud Pública, supimos de médicos de los Estados Unidos que plagiaron investigaciones de sus pares franceses, que les permitieron incluso a agandallarse del Premio Nobel de Medicina.
Desde las décadas de los sesenta-setenta, publicaciones marginales, pero de insospechable autoridad profesional de los Estados Unidos, empezaron a documentar que fórmulas químicas de prescripción médica, que no pasaron la prueba experimental en ese país, comenzaron a exportarse a países de África y de América Latina, para aplicarse en niños o, en otros casos, plaguicidas o herbicidas en la agricultura, prohibidos expresamente en el vecino país.
La Casa Blanca pretende comprar en exclusiva remedio al Covid-19
Ahora que se ha presentado la pandemia del coronavirus de alcance planetario, ha salido a flote que los primeros brotes se habrían detectado en territorio estadunidense desde septiembre de 2019 y propagado por miembros de fuerzas de El Pentágono en zonas de conflicto armado.
Peor aún: Medios alemanes han denunciado que, al potenciarse la crisis, el presidente Donald Trump entró en sigilosos tratos con una empresa farmacéutica domiciliada en Alemania, a fin de “comprar en exclusiva para los Estados Unidos” los resultados de sus hallazgos científicos y la futura producción de vacunas o tratamientos de la enfermedad: La peor expresión del capitalismo, calificó esa obscena maniobra un ex funcionario del Ministerio de Salud alemán.
La furia del virus revela que la guerra es una locura
El pasado 20 de marzo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres apareció en escena, clamando un alto al fuego inmediato y global para proteger a los civiles de los países en crisis por la pandemia del Covid-19.
La furia del virus revela claramente que la guerra es una locura, declaró el inquieto portugués, quien recomendó confinar el conflicto armado y enfocar juntos en la verdadera batalla de nuestras vidas: Silencien las armas; detengan la artillería, pongan fin a los ataques aéreos. Una voz en el desierto.
El otro enfoque es menos humanitario. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve las cosas en dólares más dólares menos: Viene crisis global peor que la de 2009. (Año en que hizo explosión la crisis financiera mundial desencadenada desde los Estados Unidos el año anterior.)
Control casi monopólico de producción y venta de comida chatarra
Desandemos algunos párrafos para insistir en que la población más vulnerable en tiempos de pandemias, es aquella que carece de defensas orgánicas para enfrentar amenazas como la del coronavirus. Déficit resultado de una alimentación carente de propiedades nutritivas.
Para el caso de nuestro país, desde hace al menos cinco años la coalición Un campo para nutrir a México alertó que el modelo de agricultura que se sigue aquí, no está cumpliendo con ninguno de los objetivos, que son producir alimentos sanos, suficientes y de calidad, además de ser sustento y modo de vida de millones de campesinos. El modelo se está centrando en temas como productividad y competitividad, haciendo de lado el imperativo fundamental: La salud y nutrición de los mexicanos.
Aquella coalición le puso marcas a la casa: 60 por ciento del mercado interno de granos está en manos de Maseca, Cargill, ADM, Bimbo, Minsa, Molinos de México, Gamesa, Altex, Bachoco, Lala y Malta de México.
En el control de los mercados de exportación, dominan Nestlé y Agroindustrias de México (50 por ciento de café); Bimbo y Pepsico controlan la producción de comida chatarra; Coca Cola y Pepsico el mercado de refrescos; Kellogs y Nestlé el mercado de cereales; Danone, Lala y Alpura el mercado de leche; 50 por ciento de la producción de pollo está en manos de Bachoco, Pilgrim´s y Tyson; y Maseca domina 70 por ciento del mercado de harina de maíz y tortilla.
Si bien leemos, no pasa de la docena el número de corporativos que tácitamente monopolizan en circuito la ingesta de los mexicanos.
Empresas gringas gastan más en publicidad que en investigación
Demos un giro al tema: De apenas 2016, tenemos una investigación cuyo sumario nos informa que las grandes compañías estadunidenses pagan a la competencia, compran su producción o gastan más en publicidad que en investigación.
El asunto no es de poca monta, porque se refiere al bloqueo del ingreso y uso de genéricos en los Estados Unidos. Se ilustra esa criminal obstrucción con el caso de la firma Turing Pharmaceuticals, que se hizo de los derechos de venta de algún precursor -la pirimetamina-, profiláctico contra la malaria. El verano de aquel año, en cuanto el corporativo se hizo de la patente, el precio se disparó de 13.50 dólares a 750 dólares.
El profesor del Centro Anderson para el Cáncer, de la Universidad de Texas, Hagop Kantarjian, acusó: Las compañías farmacéuticas tienen hoy una misión única: Maximizar los beneficios de los accionistas y las bonificaciones para los directivos, aun a costa del perjuicio y la muerte de los pacientes. Se trata de un cambio fundamental en su misión tradicional que era dual: Ayudar a los enfermos mientras lograban un beneficio razonable.
Farmacéuticas: La peor cara del capitalismo corporativo
De marzo de 2016 también, tenemos otro trabajo referido a las demandas e indemnizaciones que están enfrentando compañías farmacéuticas de los Estados Unidos, con unas líneas de entrada: Parece increíble que sigamos confiando en unas empresas que han demostrado de manera fehaciente tan clara su falta de escrúpulos. Probablemente, con la industria de las armas, la alimentación, las finanzas y la energía, la peor cara del capitalismo corporativo.
El trabajo se debe al cardiólogo e intensivista uruguayo, Manuel González Lago. Descritas las características del sector empresarial del ramo farmacéutico, el autor nos ilustra: Los ingresos de esa industria ´pasaron de 400 mil millones de dólares en 2001, a poco más de un millón de millones de dólares en 2014.
De las corporaciones listadas, de las más poderosas cuatro tienen su sede en los Estados Unidos, dos en Suiza, otras dos en Reino Unido, una en Francia y otra en Alemania.
Dado el nivel de ganancias, siempre en voz del doctor González Lago, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acusa que se produce un inherente conflicto de interés entre las legítimas metas de negocios de los fabricantes y las necesidades de los proveedores y el público, de seleccionar y usar drogas en la forma más racional y esto es particularmente cierto cuando las compañías farmacéuticas son la principal fuente de información sobre cuales son los productos más efectivos.
Fraude, timo, estafa, cohecho, soborno, para un racimo de horca
Uno de los apartados cita a diez empresas asociadas el término fraude, según tipificación que aparece en el periodo de 2007 a 2012 en condenas y arreglos judiciales por crímenes que incluyeron el marketing de medicamentos para usos no aprobados, falsas presentaciones de resultados de investigaciones, ocultando datos sobre sus efectos.
Por esas condenas y arreglos judiciales las empresas imputadas debieron pagar multas por 11 mil 8 millones de dólares, lo que exhibe las desorbitantes ganancias de esas corporaciones.
Por supuesto, en el negocio están implicados institutos de investigación, autoridades de Salud y médicos que ejercen la profesión en privado o en instituciones hospitalarias, a quienes alcanzan los moches por recomendar una fórmula y no otra.
Por sus nombres las conoceréis: Pfizer, Glaxo-Smith-Kline, Abbot, Johnson & Johnson(la de las caritas de bebés sonrientes), Novartis, Sanofi, Astra Zeneca, Bayer(la del Zyklon B de los nazis),Shering, Plough, Merck Sharph & Dhome, Roche,El Hoffman La Roche. Cuatro apellidos acompañan sus nombres: Timo, estafa, cohecho y soborno.
En México, conspiración para encarecer medicamentos
En tiempos de huechicoleo en México, no está por demás recordar que entre 2003 y 2006 (periodo de Vicente Fox), la Comisión Federal de Competencia Económica investigó a seis filiales de aquellas corporaciones, sospechosas de prácticas monopólicas para encarecer artificialmente medicamentos de primera necesidad. Entre ellos la insulina para el tratamiento de diabetes.
Se habló entonces de la estadunidense Eli Lilly México, Laboratorios Cryopharma, Probiomed y Pisa a las que la Comisión acusó de conspiración. Al conjunto se le impuso la fabulosa multa de 11 millones de dólares. No se sabe si la Secretaría de Hacienda hizo efectiva la sanción.
Si alguien preguntara quién o quienes se beneficiarán con la crisis sicológica del coronavirus, no requerirá ir a Roma por la respuesta. Es cuanto.