* De José Antonio Lucia, dirección Román Podolski
* Hoy se realizará la segunda y última función en el Teatro Helénico
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de agosto de 2017.- Alacrán surge de todo su esplendor gitano desangrando su historia entre la pulla, la zambra y la espina; este canalla se reúne cada noche consigo mismo, se arranca de sus entrañas un quejío flamenco, le echa valor y sale a interpretar a “La Cangrejo”, aquella que fuera su amor y ya no está. Alacrán viene a recordarla mientras se instala en la tragicomedia negra, divertida y absurda que es su vida.
Alacrán o la ceremonia cuenta la historia de personajes, que son perdedores, sobrevivientes, es una historia de amor, pero muy en el fondo habla de la España canalla y pícara, del humor ácido y del ingenio, de reminiscencias de una tradición que se remonta a tiempos lejanos pero muy vigentes aun; desde el sentido de la justicia del Quijote del genio de Miguel de Cervantes, pasando por la prosa picaresca del Buscón de Quevedo, o la ironía, la lucidez y el sarcasmo que brilla en Luces de Bohemia del grandísimo Ramón del Valle-Inclán; reminiscencias de toda una tradición literaria española.
La obra utiliza la comedia negra para hablar de los errantes, de los nómadas, de los artistas, de los que se dejaron las suelas de sus zapatos por los caminos del mundo. Caminando, siempre en movimiento… con los sueños, la comedia, la fábula y la ceremonia como compañeros de viaje.
Alacrán o la ceremonia, comenzó siendo una imagen que perdura como una idea en la cabeza, se convierte en experimento, es alquimia, macera lentamente y con cierto magnetismo atrae más imágenes que se mezclan enriqueciéndose unas a otras, peleándose por conseguir un lugar en la fábula que uno vislumbra que puede ser finalmente lo que quiere contar.
Así Alacrán o la ceremonia adquirió de apoco este juego gamberro casi enfermizo de crear una historia que tiene sentido sobre las tablas; así los dimes y diretes con ese breve cosmos repleto de acciones y disparates. El valor de la historia es que presenta con alevosía y sin censura, la tradición oral española, potente, precisa, incisiva, que no da tregua al espectador; de este modo José Antonio Lucía nos hace adentrarnos en un rito, una auténtica ceremonia teatral.
El texto e interpretación de Alacrán o la ceremonia es José Antonio Lucía, cuenta con la dirección impecable de Román Podolski, con la Producción Ejecutiva en México de Eloy Hernández. La obra se presentó el día de ayer y hoy 17 de agosto del presente año será su última presentación en el Teatro Helénico a las 20:30 horas. El costo del boleto es de $200, las localidades están disponibles a través de Ticketmaster y en el Centro Cultural Helénico ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, delegación Álvaro Obregón en la CDMX.