ESTAÑA, (Sputnik), 3 de octubre de 2020 .- Madrid echa el cierre y sus más de tres millones de habitantes y todo el que estudia, trabaja o está de visita en la capital y no se fuera antes de las 22:00 del 2 de octubre no podrá salir de allí. Veamos qué sensación se ha respirado en las calles y estaciones de la ciudad y de los municipios aledaños en las últimas horas.
Es oficial: los habitantes de Madrid están encerrados y no pueden salir del área donde residen salvo por trabajo o por causas de fuerza mayor. Y los madrileños están comprometidos con la nueva situación.
Ya antes de entrar en vigor la norma, en muchos barrios de la ciudad se respiraba un ambiente diferente. Según lo estipulado, los comercios y establecimientos de hostelería deben cerrar a las diez, permitiendo el servicio a quienes ya están dentro hasta las once. Pero la mayoría de los ciudadanos pareció adelantarse a la medida y se quedó en casa la noche del 2 de octubre.
Contra lo que cabría pronosticar, Madrid no ha observado ningún efecto huida generalizado de sus habitantes y visitantes. Las carreteras que salen de la ciudad no han registrado colapsos más allá de lo normal.
Lo mismo se puede decir de aviones y trenes. El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas continuó recibiendo vuelos internacionales sin problema a lo largo de la jornada. Mientras tanto, la estación de Atocha sí vio un pico de pasajeros que se iban con más maletas de lo normal entre las tres y las cinco de la tarde. Pero todo volvió a la normalidad después y la estación quedó vacía hacia las ocho y media.
Si alguien se ha beneficiado, en términos relativos, de esta nueva medida, esos son los 45 distritos sanitarios que hasta ahora habían quedado limitados por confinamientos perimetrales. Al cerrase todo Madrid, de repente los ciudadanos ya confinados han visto aumentar el espacio en que pueden moverse con libertad.
Otros, sin embargo, agradecen la liberación que les supone la nueva medida, como es el caso de Nuria Sánchez, quien vive en Puente Vallecas y ha tenido dificultades para llevar a su hijo al colegio, situado en una zona no confinada hasta ahora. “Ahora no tendré por qué explicar a nadie a dónde voy ni llevar un justificante cada día”, comenta la vallecana.
La Comunidad de Madrid ha tenido que acatar a regañadientes la decisión del Gobierno central de confinar toda la capital, a pesar de estar en contra de la misma por prever en ella un nuevo mazazo a la economía. La medida estará vigente durante 14 días en Madrid, tiempo en que tampoco podrán salir de los límites de sus municipios los habitantes de varias localidades más de la comunidad.
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