Un comando terrorista yihadista afiliado a Al-Qaeda irrumpió el jueves en un hotel de la capital de Mali y secuestró a más de 100 personas. Ante los hechos, se implementó la intervención de fuerzas malienses y extranjeras que abatieron el secuestro, que dejó alrededor de 40 muertos.
Los hombres armados permanecieron atrincherados durante nueve horas, mientras fuerzas especiales reconquistaban piso por piso el establecimiento. Tres atacantes murieron, según una fuente militar maliense.
El gobierno decretó Estado de emergencia tras el ataque.
El grupo Al Murabitun, fundado en 2013 por el argelino Mojtar Belmojtar, afiliado a la red Al-Qaeda, reclamó la autoría del secuestro, según la cadena televisiva Al-Jazeera.
“Nosotros los Murabitun, con la participación de nuestros hermanos (…) de Al-Qaeda en el Magreb Islámico, reivindicamos la operación de toma de rehenes en el hotel Radisson”, afirmó la voz de un hombre en un breve extracto difundido por la cadena con sede en Doha.
El asalto comenzó a primera hora de la mañana, cuando “dos o tres” hombres armados, según el Ministerio de Seguridad Interior maliense, entraron al hotel Radisson Blu, en el que había unos 140 huéspedes y 30 empleados.
Los asaltantes ingresaron en el recinto del hotel al mismo tiempo que un coche con matrícula diplomática, contra el que abrieron fuego.
Luego se dirigieron a los pisos superiores. “Están en el séptimo piso, son yihadistas que están disparando en el pasillo”, declaró un elemento de seguridad.
Fuerzas especiales francesas llegadas de la vecina Burkina Faso y estadunidenses colaboraron en las operaciones, mientras el caos reinaba en las afueras del hotel.
Poco después, el ministro maliense de Seguridad Interior, el coronel Salif Traoré, informó que ya no quedaban rehenes.
Las fuerzas policiales descubrieron inicialmente 18 cuerpos en el interior. El saldo final es de 40 muertos. Bélgica informó que uno de sus ciudadanos, un alto funcionario, murió, pero no dio a conocer su nombre.
En el establecimiento había ciudadanos de 14 nacionalidades distintas, según fuentes de seguridad y del gerente del hotel.
Según algunos analistas, el ataque es un nuevo golpe para la política de Francia, que tiene desplegados 3 mil 500 soldados en el norte de Mali para atacar a los islamistas, con el fin de lograr una estabilidad en la zona, luego de que surgió una rebelión tuareg el año de 2012.
El presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, que acortó su estadía en Chad donde participaba en una cumbre de cinco países del Sahel, escribió en su cuenta de Twitter “el profesionalismo de las fuerzas de defensa y de seguridad de Mali”.
El ataque en la capital maliense se produjo una semana después de los atentados en París, reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, condenó el “horrible ataque terrorista”.