TAIWÁN, (Sputnik), 30 de noviembre de 2020 .- Los parlamentarios taiwaneses mostraron un impresionante espectáculo al mundo a finales de la semana pasada al pelearse y arrojarse despojos de cerdo unos a otros. El motivo, sin embargo, es muy serio: Taiwán suspendió la prohibición de importar carne estadounidense que contiene una sustancia potencialmente peligrosa para la salud.
Los legisladores de Taiwán se lanzaron intestinos y despojos de cerdo y se dieron puñetazos entre sí el pasado 27 de noviembre cuando el primer ministro Su Tseng-chang trató de explicar a los parlamentarios las nuevas normas que rigen la importación de carne de cerdo estadounidense a partir del primero de enero de 2021. El problema es que contiene una sustancia antes prohibida en Taiwán.
Se trata de la ractopamina, un aditivo para la alimentación animal que aumenta la masa de los cerdos, pero está prohibida en varios países del mundo, incluida Rusia, China, la Unión Europea y hasta hace poco Taiwán.
Es que la ractopamina no es segura para la salud humana ya que puede causar temblores, dolores de cabeza, espasmos musculares, taquicardia, hipertensión arterial y otras consecuencias desagradables.
El uso del aditivo fue la razón por la que se prohibió la importación de carne estadounidense a Rusia hace ocho años.
En consecuencia, las autoridades taiwaneses cambiaron de opinión y permitieron la importación de la carne con aditivo. No obstante, la mayoría de los ciudadanos de la isla —un 70%— están en contra de esa decisión.
Las autoridades taiwaneses aseguran que las instituciones educativas continuarán alimentando a los niños exclusivamente con carne de cerdo de origen local. Ese argumento sólo aumentó los temores sobre los peligros de la ractopamina.
“La verdad, sin embargo, es que las autoridades de la isla cedieron ante Estados Unidos porque simplemente no tienen otra opción. Taiwán, al igual que Japón y Corea del Sur, no puede permitirse ignorar las demandas de Washington”, comentó Alksnis.
No obstante, surge la pregunta de por qué EEUU ignora el peligro que representa esta sustancia para su propia población. Según la analista, es un enfoque que Estados Unidos adoptó desde su creación: cada uno es responsable de su propia vida y salud.
Las capas más bajas de la sociedad estadounidense “sufren niveles catastróficos de obesidad y malnutrición al mismo tiempo”. Y es que pueden permitirse sólo las comidas más baratas que contienen todo tipo de sustancias, incluida la ractopamina.
Taiwán, para Alksnis, “es un ejemplo muy ilustrativo de las consecuencias del patrocinio de Estados Unidos”.
“Durante muchas décadas, la política de Estados Unidos hacia sus socios se ha basado en cobrar tributos de sus vasallos que empiezan a desarrollarse económicamente”, concluyó la analista.