Según la firma Cifras & Concepto, el voto en blanco es de 11.7 por ciento y otro 6.3 por ciento corresponde al q no sabe o no responde, una parte importante a conquistar si se tiene en cuenta que los dos candidatos se encuentran casi que en un empate técnico.
Los candidatos Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga iniciaron hoy una maratónica carrera por la Presidencia de Colombia, con el objetivo de conquistar el voto en blanco, a los escépticos y a los abstencionistas, a una semana de las elecciones.
Los abstencionistas, que en las elecciones primarias del 25 de mayo pasado estuvieron por encima de 60 por ciento del potencial electoral, que son 32.9 millones de electores, serán un objetivo a conquistar por parte de los aspirantes a la jefatura del Estado.
Santos hará campaña en varios departamentos de la costa Caribe, una región de fuerte presencia de los partidos oficialistas y donde se presentó una alta abstención el 25 de mayo.
La costa Caribe, según diversos analistas, será importante para las aspiraciones de reelección de Santos, al igual que la capital colombiana, donde el trabajo proselitista lo adelantan dirigentes del oficialismo como de los sectores de izquierda que apoyan al mandatario.
Zuluaga, por su parte, este fin de semana intensificará su trabajo en la zona cafetera (occidente), donde el candidato del derechista movimiento Centro Democrático tiene un alto caudal electoral.
La capital colombiana, para la campaña de Zuluaga, también es estratégica a la hora de sumar votos para las elecciones del 15 de junio, y es por eso que el responsable en Bogotá es el exvicepresidente Francisco Santos.
Para la politóloga de la Universidad Nacional, Socorro Ramírez, “los que votan en blanco acarician en su corazón el sueño de una especie de Armagedón político que permita un nuevo comienzo de la historia nacional, aun sabiendo –como deben saberlo– que éste nunca se producirá”.
La abstención “en el mejor de los casos se deriva de una absoluta y ya desesperada desconfianza del Estado, que termina por traducirse en indiferencia y desinterés en la suerte de la nación”, subrayó Ramírez en un análisis que escribió este sábado.
“Con el tiempo, allí puede llegar quien vota en blanco sin obtener ningún resultado. En el caso peor, la abstención es motivada por la desinformación o por la simple pereza de pensar o de salir a votar”, enfatizó la académica.
El elector en blanco “en blanco queda con la conciencia tranquila. “Si no pude cambiar nada, al menos no me contaminé”. Y la fidelidad consigo mismo justifica a sus ojos el gesto”, señaló.
Los dos candidatos tienen claro que sus electores en las primaras del 25 de mayo se mantendrán en la segunda vuelta, y la estrategia en esta última semana también será sumar alianzas con diferentes sectores sociales y del sector privado.
Santos busca sumar aliados a partir de la defensa de los diálogos de paz de La Habana, con las guerrillas de las FARC, mientras que Zuluaga hace énfasis en negociar pero con condiciones y revisar los acuerdos que se han alcanzado en la mesa con la insurgencia.