ECUADOR, 16 oct (RT).- Transeúntes ecuatorianos consultados por RT no creen que Rusia esté interviniendo en los asuntos internos de ese país sudamericano, como dio a entender entre líneas la ministra de Gobierno, María Paula Romo, durante una conferencia de prensa: “Llama la atención que una protesta haya sido transmitida en vivo por un canal del Gobierno ruso”, expresó la funcionaria en referencia a RT en español.
En contrapartida, desde Quito varios ciudadanos negaron que Moscú aplique algún tipo de injerencia extranjera: “Como todo reportero, como todo canal, cubrir las noticias de todo el mundo es su trabajo“, opinó un joven. “Vi que había periodistas, pero no creo que haya algún tipo de influencia en las protestas, esto viene de otro lado”, manifestó una señora.
Asimismo, otro hombre simplemente no supo qué contestar ante la teoría del Ejecutivo: “No sé qué interés pueda encontrar Rusia en esa situación”, expresó. Con mayor seguridad, un miembro del movimiento indígena rechazó las declaraciones de Romo: “Nada tiene que ver Rusia aquí en Ecuador, un Estado soberano. Estamos exigiendo un derecho, y el Ejecutivo demostró su gobernabilidad en los últimos tiempos”.
Tensa calma
En medio de las acusaciones cruzadas, el Gobierno y los movimientos indígenas comienzan a trabajar en el desarrollo de una ley para aplicar el subsidio a los combustibles, bajo la intermediación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Conferencia Episcopal.
Con ese marco, ya no se viven protestas contra el presidente Lenín Moreno en el país sudamericano, pero desde las organizaciones sindicales rechazan el acuerdo cerrado entre el Ejecutivo y el Fondo Monetario Internacional (FMI), porque creen que el organismo está detrás de las últimas medidas económicas, que desataron el rechazo masivo.
Así, el presidente del Frente Popular del Ecuador, Nelson Erazo, consideró: “Le hemos señalado al presidente Moreno que nos diga un solo país que haya salido adelante con las propuestas del FMI. En ningún país fue la solución“. En otras palabras, el gremialista sostuvo que “el recetario del Fondo no es la alternativa a la crisis de los trabajadores y los pueblos del mundo”.
Por otro lado, mientras la Cancillería ecuatoriana denuncia públicamente que Quito padeció “injerencia extranjera”, causando inestabilidad social y política, los movimientos aborígenes retornaron a sus tierras de origen. En su lugar, representantes de las agrupaciones negocian con el Gobierno soluciones para encontrar una salida pacífica a la crisis ecuatoriana.
¿Qué pasó en Ecuador?
El 1 de octubre el Ejecutivo lanzó un decreto, llamado ‘paquetazo’ por sus detractores, que entre otras cosas planteaba la reducción de beneficios para empleados públicos y una quita del subsidio al combustible, situación que impacta en amplios sectores de la economía. La polémica medida de Moreno fue respondida rápidamente por una huelga de transportistas, que se levantó al cabo de unas horas.
Sin embargo, las movilizaciones crecieron bajo el liderazgo de agrupaciones indígenas, y se sumaron estudiantes y descontentos en general. Por su parte, Presidencia declaró el estado de excepción, que le da atribuciones de emergencia en casos de una grave crisis social, que incluyó un gran despliegue con miles de policías en las calles.
Así, transcurrieron 11 días con grandes movilizaciones populares, algunos disturbios y una importante represión policial. Como resultado, la Defensoría del Pueblo registró un total de ocho personas fallecidas, 1340 heridos y 1192 detenciones, aunque el Ejecutivo sostiene que las víctimas fatales son siete.
Frente a este panorama, que tuvo en vilo a todo el mundo, Moreno se vio obligado a anular su ‘paquetazo’ y ahora las partes están acordando una nueva aplicación de los subsidios al combustible. Con este marco, hay expectativa en la sociedad local por conocer el resultado de las negociaciones.
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