La noticia se difunde después de que el secretario norteamericano de Defensa, Mark Esper, dio a conocer el 20 de septiembre el despliegue de tropas adicionales en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en respuesta al ataque contra dos refinerías de petróleo de la primera de esas naciones.
Tanto Washington como Riad responsabilizan a Irán de los hechos ocurridos el 14 de septiembre, mientras las autoridades del país persa niegan cualquier participación en el ataque, que fue reivindicado por fuerzas rebeldes hutíes de Yemen.
Según informó este jueves el portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, el Departamento de Defensa llevará a Arabia Saudita una batería del sistema de misiles Patriot y cuatro radares Sentinel destinados a detectar cualquier ataque entrante.
Tal envío, que según reconoció Hoffman, se suma a la ya amplia presencia de fuerzas estadounidenses en la región, ‘aumentará la defensa aérea y de misiles de la infraestructura militar y civil del reino’.
Esper también aprobó el posible despliegue de tropas adicionales, así como otras dos baterías Patriot y un sistema de defensa terminal de área a gran altura, aunque aún no se ha tomado la decisión de enviar esas fuerzas, añadió el portavoz.
No está claro si el personal y los recursos anunciados hoy saldrán de Estados Unidos o de bases norteamericanas en el Medio Oriente, donde el Departamento de Defensa tiene aproximadamente 70 mil soldados.
En la actualidad hay aproximadamente 500 militares estadounidenses en Arabia Saudita, parte de un contingente de dos mil soldados que llegó a la región después de una serie de ataques contra petroleros en el Golfo de Omán y el derribo de un avión no tripulado, indicó el diario The New York Times.
En un comunicado emitido el pasado sábado, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, expresó que el plan de apurar la entrega de equipos militares y desplegar fuerzas estadounidenses adicionales en la región, ‘es el último intento escandaloso de la administración de Donald Trump para eludir la voluntad bipartidista y bicameral del Congreso’.
La demócrata de mayor rango del país consideró que ‘estas acciones inaceptables son motivo de alarma’, y recordó que en el verano la Cámara Baja y el Senado avalaron resoluciones de desaprobación para bloquear la venta de armas a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos.
Ello se debe a que los miembros del Congreso se han pronunciado cada vez más en contra de la estrecha relación entre Trump y Riad, dadas las denuncias sobre continuas violaciones en la guerra en Yemen, y tras el asesinato el año pasado del periodista saudita Jamal Khashoggi en un consulado de su país.