ESTADOS UNIDOS, (Sputnik), 4 de octubre de 2020 .- El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó una orden que declara la emergencia en la industria minera nacional por su dependencia de China. Con este documento se busca impulsar la producción nacional de las tierras raras, que son tan críticas para el país porque se utilizan en la producción de tecnología militar.
En particular, Trump ordenó a los secretarios de su gabinete que estudiasen este problema, barajando la posibilidad de presentar las subvenciones del Gobierno para el equipo de producción e imponer aranceles, cuotas u otras restricciones a las importaciones provenientes de China y de otros adversarios de EEUU, escribe el portal Defense News.
Entre las tierras raras figuran 17 minerales que se utilizan en la producción de misiles, munición, armas hipersónicas, electrónica resistente a la radiación y teléfonos celulares. Previamente la Administración Trump había calificado de esenciales al menos 35 minerales cuyo suministro es vulnerable a la interrupción.
Actualmente Estados Unidos importa de China de forma directa el 80% de las tierras raras que consume, y obtiene indirectamente una parte del resto reimportándolas de otros Estados, según la orden.
El senador Dan Sullivan advirtió que el dominio de China a la hora suministrar las tierras raras a EEUU es “escandaloso”. Además, señaló un incidente que se produjo en 2010 como prueba de que la dependencia estadounidense de un competidor global es un asunto de seguridad nacional. En aquel año Pekín cortó sus exportaciones de tierras raras a Japón.
“Necesitaremos su ayuda”, declaró Lord al comparecer ante un subcomité del Comité de Fuerzas Armadas del Senado.
En mayo el Pentágono envió al Congreso de EEUU una propuesta legislativa que aumentaría los límites del gasto establecidos bajo la Ley de Producción de Defensa. En particular, el ente castrense buscaba permitir al Gobierno asignar hasta 1.750 millones de dólares a los elementos de las tierras raras que se usan en munición y misiles, además de hasta 350 millones de dólares a los que se utilizan en microelectrónica. También esta medida debería de eliminar los límites en caso de armas hipersónicas.