24 de septiembre, 2013 — La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, abrió hoy el debate general de la 68ª sesión de la Asamblea General de la ONU con una fuerte crítica a las actividades de espionaje electrónico realizadas por Estados Unidos.
La mandataria brasileña subrayó que su país fue blanco de una intrusión en la que datos personales de ciudadanos fueron interceptados indiscriminadamente, al igual que las comunicaciones de representaciones diplomáticas brasileñas, incluyendo la de Naciones Unidas, y las de la propia presidencia del país.
Añadió que semejante injerencia en los asuntos de otros Estados, viola el derecho internacional y es una afrenta a los principios que deben regir las relaciones entre las naciones.
“La soberanía de un país nunca puede basarse en una acción que sea en detrimento de otra nación soberana. El derecho a la seguridad de los ciudadanos de un país, nunca se podrá garantizar mediante la violación de los derechos humanos y civiles fundamentales de los de otros países”, subrayó.
Rousseff añadió que su gobierno hará todo lo posible por dotarse de legislaciones, tecnologías y mecanismos que protejan a Brasil de ese tipo de actividad.
La presidenta brasileña, advirtió que las tecnologías de las telecomunicaciones e información no deben ser convertidas en un nuevo campo de batalla entre los Estados y que es momento de crear las condiciones para que el espacio cibernético no sea utilizado como un campo de guerra.
En ese sentido, abogó porque la ONU desempeñe su liderazgo por regular el comportamiento de los Estados frente a esas tecnologías.