MOSCÚ, (Sputnik), 3 de octubre de 2020 .— El Tratado de Unificación de las dos Alemanias, la socialista y la capitalista, que entró en vigor el 3 de octubre de 1990, restableció la plena soberanía del país y le permitió convertirse en una de las principales potencias europeas y mundiales.
El acuerdo suscrito el 31 de agosto de 1990 entre la República Federal de Alemania (RFA), capitalista, y la República Demócrata Alemana (RDA), socialista, puso fin a la división alemana acordada por los aliados después de la Segunda Guerra Mundial.
La RDA se integraba en la RFA y Berlín volvía a ser la capital de un solo país que, desde entonces, celebra el 3 de octubre como Día de la Unidad Alemana.
Las dos Alemanias
Las tres principales potencias de los Aliados —EEUU, el Reino Unido y la URSS— trazaron la división futura de Alemania incluso antes de que acabara la guerra, en las conferencias de Teherán, en 1943, y de Yalta, en febrero de 1945.
Estos acuerdos fueron consagrados por la conferencia de Potsdam, celebrada en verano de 1945, después de la rendición incondicional del III Reich.
A la vez, los aliados proclamaban la unidad de Alemania como estado, pero estas declaraciones se vieron muy pronto corregidas por el comienzo de la Guerra Fría.
En mayo de 1949, tomando como base las zonas de ocupación de los países occidentales se formó la RFA, en respuesta al bloqueo soviético de Berlín. Entonces, en octubre de 1949, la URSS proclamó la creación de la RDA.
Con el aumento de las tensiones y el deterioro de la situación económica en la parte oriental, que provocaba una huida en masa hacia los territorios occidentales, la circulación de personas entre las dos repúblicas se dificultaba cada vez más.
En 1961 se construyó el muro de Berlín, que, hasta su caída el 9 de noviembre de 1989, fue el mayor símbolo de la división alemana.
La cuestión alemana
Los planes para la unificación de Alemania empezaron a presentarse ya a partir de los años 1950, sin embargo, durante cuarenta años las negociaciones no dieron resultados porque, pese a pregonar la unidad del país, ni la RFA ni la RDA estaban dispuestas a aceptar ningún compromiso.
En particular, los dirigentes alemanes y los aliados, que según los tratados firmados después de la guerra, las seguían supervisando, no podían concordar el estatus militar y político de la Alemania unificada. Los occidentales insistían en su adhesión a la OTAN, mientras que la URSS abogaba por un Estado neutral o no alineado.
Otra vez más en la historia, la cuestión alemana se convirtió en una fuente de tensiones en Europa, las cuales fueron apaciguadas, en parte, por la nueva Ostpolitik, o política del Este, de Willy Brandt, canciller de la RFA de 1969 a 1974, quien se propuso normalizar las relaciones con los países del Este de Europa, incluida la RDA.
Durante su gobierno la Alemania occidental aceptó la frontera con Polonia por la línea Oder-Neisse, se adhirió al Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares y abandonó la Doctrina Hallstein, vigente entre 1955 y 1970, según la cual la RFA, que se proclamaba la única representante del Estado alemán, no mantenía relaciones con ningún país, a excepción de la URSS, que reconocía a la RDA.
Hacia la unificación
En 1972 las dos Alemanias firmaron el Tratado Básico, en el cual, por primera vez, se reconocían como estados soberanos. Los dos países también se adhirieron a la ONU.
Al mismo tiempo, la firma del tratado permitió a la RFA intensificar la cooperación económica y cultural con los alemanes del Este.
En noviembre de 1989 el entonces canciller de la RFA, Helmut Kohl, propuso un programa gradual de diez puntos para la unificación.
A la vez, el 1 de febrero de 1990 el presidente del Consejo de Ministros de la RDA, Hans Modrow, expuso ante la Cámara del Pueblo su concepto de unidad llamado Alemania, patria unida, que tenía como objetivo final la proclamación de un solo país con Berlín como capital.
En febrero de 1990 en una conferencia conjunta de los países de la OTAN y del pacto de Varsovia, en Ottawa, se acordó el mecanismo Dos más cuatro, es decir, las dos Alemanias más la URSS, EEUU, el Reino Unido y Francia, que ponía inicio a una serie de conferencias que debían concluir con la renuncia de los aliados a sus derechos de vencedores de la guerra.
Por su parte, los alemanes se comprometieron a no emplazar las tropas de la OTAN, así como armas nucleares en el territorio oriental, limitar su ejército a 370.000 efectivos y contribuir financieramente a la retirada de las tropas soviéticas.
El 12 de septiembre de 1990 se firmó en Moscú el Tratado Dos más Cuatro que ponía fin a la división de Alemania que desde entonces incluye los territorios de la RFA, la RDA y Berlín Occidental y goza de plena soberanía.