WASHINGTON (Voz de América), 12 de agosto de 2018.- La acusación de uso indebido de información privilegiada que pesa sobre el representante Chris Collins ha concentrado la atención en el hecho de que los legisladores de Estados Unidos pueden integrar juntas directivas y comprar o vender acciones de compañías que podrían beneficiarse de sus decisiones políticas.
Collins, republicano de Nueva York, negó haber cometido irregularidad alguna en relación con su papel en una empresa biotecnológica de Sydney, Australia. De hecho él es el principal accionista, con un 17% de los títulos. E integra la junta de directores, lo cual no es ilegal. Pero es una relación que puede generar conflictos de interés.
Los miembros del Congreso no tienen prohibido integrar directorios de empresas siempre y cuando no sean compensados por ello.
La idea es dejar el camino despejado para que los legisladores puedan integrar directorios de organizaciones caritativas o filantrópicas, según Craig Holman, de la agrupación no partidista Public Citizen.
Holman, quien impulsa en Washington medidas más estrictas en el plano ético y en el mundo del cabildeo, destacó que los legisladores a menudo se enteran de información privilegiada antes de que se haga pública. Ello hace que la difusión de información privilegiada sea algo “muy prevalente”, señaló.
Kathleen Clark, abogada especializada en asuntos éticos del gobierno, dijo que otro aspecto problemático de permitir que los legisladores integren juntas de empresas es que pueden desarrollar un sentido de lealtad hacia la firma, que los impulsa a compartir con la empresa información que reciban en los pasillos del Congreso.
VP/Internacional/JSC