La epidemia de tuberculosis es más grave de lo que se pensaba hasta ahora, con 10.4 millones de contagiados en 2015, mientras la investigación para una vacuna u otros tratamientos “carece de fondos suficientes”, según el informe anual de la OMS publicado el jueves.
La cifra supera ampliamente la del reporte previo, que fue de 9.6 millones de infectados en todo el mundo.
“La batalla por alcanzar nuestros objetivos mundiales en la lucha contra la tuberculosis es cada vez más difícil”, señaló la directora del organismo, Margaret Chan. “Tendremos que aumentar sustancialmente nuestros esfuerzos a riesgo de ver países continuamente azotados por esta epidemia mortal y no alcanzar nuestros ambiciosos objetivos”, señaló.
Para 2030, el objetivo es disminuir en 90% la cantidad de fallecidos por tuberculosis y en 80% los infectados.
Unos 1.8 millones de personas murieron debido a esta enfermedad en 2015, es decir unas 300 mil más que el año anterior, de acuerdo con el informe de la Organización Mundial de la Salud.
La tuberculosis se produce por una bacteria, el bacilo de Koch, que en la mayoría de los casos se aloja en los pulmones y los destruye poco a poco.
Dos de cada cinco infectados no han sido diagnosticados, por lo que pueden propagar la enfermedad, que se transmite por vía aérea. Además, medio millón de personas sufren formas de tuberculosis resistentes a los antibióticos, según el informe.
Para la ONG Médicos Sin Fronteras, este informe “es un llamado de atención para cambiar el status quo en la forma de diagnosticar y tratar la tuberculosis y sus formas resistentes”.
Las cifras sobre las dimensiones de la epidemia fueron revisadas al alza esencialmente porque los investigadores se dieron cuenta de que las estimaciones de India, entre 2000 y 2015, eran demasiado bajas.
Seis países representan el 60% de los nuevos casos: India, Indonesia, China, Nigeria, Pakistán y Sudáfrica.
No obstante, para alcanzar los objetivos que se fijó la comunidad internacional, las infecciones tendrían que reducirse entre 4% y 5% por año, tres veces más rápido de lo que disminuyen actualmente.
La escasez de fondos es también un problema crónico en la lucha contra la enfermedad. Entre 2005 y 2014, los fondos disponibles han alcanzado apenas los 700 millones de dólares por año.
Se requieren 2 mil millones para la investigación y desarrollo de tratamientos antituberculosos, según el informe. Es necesario “incrementar la inversión ahora, o simplemente no conseguiremos erradicar una de las enfermedades más antiguas y más mortales del mundo”, dijo Ariel Pablos-Mendez, uno de los responsables de la agencia estadounidense para el desarrollo internacional, USAID.
(Nota de AFP en La Prensa de Panamá)