MADRID, (Sputnik), 4 de febrero de 2021 .— El Partido Popular (PP) mantuvo durante casi 30 años un mecanismo de financiación ilegal y Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España entre 2011 y 2018, no solo lo sabía, sino que destruyó pruebas de ello en una trituradora de papeles.
Ese es el resumen de la confesión del extesorero de la formación conservadora, Luis Bárcenas, que el 3 de febrero remitió un escrito a Fiscalía Anticorrupción incriminando por primera vez a su partido en la adjudicación de contratos públicos a cambio de donaciones con un fin determinado.
“Desde el año 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del Partido Popular con percepciones en B que se realizaban a través de donativos”, dice el escrito de Bárcenas, que entre 1990 y 2009 trabajó primero como gerente y después como tesorero de la formación.
“De todas estas actuaciones era perfecto conocedor don Mariano Rajoy, hasta el punto que a principios del 2009, tuvimos una reunión en su despacho, en el que le mostré los papeles de esta contabilidad B”, relata el extesorero.
La respuesta de Rajoy, que por aquel entonces era líder de la oposición, consistió en reprochar a Bárcenas que guardara esa documentación comprometedora, procediendo de inmediato a “destruirla en la máquina destructora de papeles”.
Morir matando
El escrito presentado por Bárcenas ante la Fiscalía Anticorrupción declara su voluntad de colaborar con la justicia en los múltiples procedimientos que tiene abiertos, donde todo apunta a que se acabarán añadiendo nuevas penas a la condena de 29 años que actualmente cumple por su papel en la conocida como ‘trama Gürtel‘. Es decir, Bárcenas quiere morir matando.
Bárcenas lleva ya más de cuatro años privado de libertad, pero hasta ahora nunca había revelado esta información, o al menos no con este nivel de detalle. ¿Por qué lo hace ahora?
Este movimiento llega en vísperas del juicio sobre la presunta ‘caja B’ del partido que arrancará el 8 de febrero en la Audiencia Nacional. En concreto, en esa causa se juzgará el si el partido pagó en negro las obras de reforma de su sede nacional en la calle Génova de Madrid.