ESTADOS UNIDOS, (Sputnik), 05 de julio de 2018 .- El científico Ethan Siegel explica cómo se extiende el universo, qué es el ‘Gran desgarramiento’ y qué posibilidades hay de que ocurra.
En 1998 los científicos, observando una estrella única, detectaron no solo que el universo se expande, sino que lo hace en aceleración. Suponían que debía haber algo más que materia, radiación y curvatura de espacio. Algo como un nuevo tipo de energía que causara que las galaxias distantes se alejaran. Concluyeron que una de las vías de desarrollo posible de este proceso podría llevar al ‘Gran desgarramiento’ (Big Rip, en inglés).
Algunos se preguntan si el ‘Gran desgarramiento’ —también conocido como Teoría de la eterna expansión— todavía sigue siendo un futuro posible para nuestro universo. El científico Ethan Siegel explora esta pregunta en su artículo para Forbes.
Las materias conocidas que contiene el universo solo forman un tercio de toda su energía. Sobre la base de estas observaciones, los científicos calcularon que la galaxia se compone en un 68% de energía oscura, cuya densidad —en comparación con la materia y radiación— no disminuye con la expansión del universo.
A partir de estos datos se puede pronosticar cuál sería el futuro del universo. Si la energía oscura realmente fuera constante, significaría que existe una expansión eterna del universo. “El destino del universo sería frío, vacío y solitario”, asevera Siegel.
Sin embargo, aunque todas las observaciones señalan que esta energía nunca cambia su velocidad, densidad, ni otros rasgos, no podemos estar seguros de que sea realmente una constante espacial.
Con el paso de tiempo, la materia aumenta y disminuye, pero no más que en una medida establecida. Si esta siempre fuera —1, se podría decirse que este parámetro es una constante, pero no es así. Según estudios, puede variar entre —1,08 y —0,92.
Si la variación aumenta, significa que la energía pierde su fuerza y el universo dejará de extenderse. Si este coeficiente se vuelve positivo, tendrá lugar la gran implosión y el universo se convertiría en partículas subatómicas sin cohesión gravitatoria.
Si ocurre lo contrario y disminuye hasta llegar a menos de —1, se daría lugar al ‘Gran desgarramiento‘. La energía oscura se volvería más fuerte.
En este escenario, la aceleración llevaría a las galaxias distantes más lejos de la Vía Láctea y, con el paso del tiempo, estas estructuras enormes perderían la cohesión gravitatoria. Pero este no es el final.
Al seguir incrementándose la densidad de la energía oscura, las estrellas en el borde de la Vía Láctea empezarían a abandonar nuestra galaxia. Luego, le seguiría el Sol y nuestro sistema solar comenzaría a flotar en el espacio interestelar.
Después, los planetas empezarían a alejarse del Sol. La Tierra quedaría separada del sistema, al crecer en 100 mil millones la densidad actual de la energía oscura. Es ahí cuando llegaría el peor momento para nuestro planeta: sin gravitación en la Tierra, las células y átomos quedarían destrozados.
Afortunadamente, ahora la energía oscura no excede los parámetros. Incluso si nuestro universo está destinado a dejar de existir a causa del ‘Gran desgarramiento’, esto pasaría en 80.000 millones de años, como mínimo.
Sin embargo, hoy en día no hay confirmaciones ni refutaciones de que la fuerza de la materia oscura sea constante. Recién se podrá estudiarla mejor en 10 años, concluye el científico.
VP/CIENCIA Y TECNOLOGÍA/AM