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La mujer que fue linchada en Kabul no había quemado el Corán

El gobierno afgano ha confirmado que la mujer asesinada por una muchedumbre en las calles de Kabul no había quemado un Corán, tal como afirmaron sus asesinos para justificar el linchamiento público. Hay al menos nueve detenidos, aunque la policía ha reconocido que actuó “demasiado tarde”.

Farkhunda, de 27 años, fue asesinada este jueves en los alrededores de la mezquita de Sha-e Doh Shamshirar por una turba de hombres que la golpeó sin piedad para luego quemarla y tirar su cadáver al río Kabul. Decían que había profanado el libro sagrado del Islam. “Mataron a una mujer sin pruebas. Si el Gobierno de Unidad Nacional cree en la humanidad y en la justicia, debería actuar seriamente”, afirmó entonces la activista afgana por los derechos de la mujer Samira Hamidi.

Un alto cargo del Ministerio de Peregrinación y Asuntos Religiosos (MHRA) ha condenado el brutal asesinato sin precedentes en la capital afgana y ha asegurado que la excusa utilizada por los agresores era falsa. “Yo seguí el caso personalmente y no he encontrado ninguna prueba de que esta mujer quemase el sagrado Corán… Los papeles quemados eran partes de un libro persa”, ha dicho Daiul Haq Abdid, viceministro del MHRA, al canal afgano ToloNews.

El caso ha levantado polémica en el país asiático por la actuación policial. Los vídeos difundidos por internet muestran la presencia de policías durante la agresión, lo que ha desatado la indignación de los grupos de derechos humanos. El jefe de policía que dirige la investigación, Mohammed Farid Afzali, señaló que los agentes trataron de dispersar a la multitud disparando tiros al aire pero, ante el fracaso de la medida, reconoció que la policía “reaccionó demasiado tarde”.

Asimismo, el Ministerio de Interior ordenó ayer una investigación y las autoridades han detenido a nueve sospechosos. Entre ellos, un hombre que alardeó en su página de Facebook de haber participado en el linchamiento.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el “acto de extrema violencia” y, a través de un comunicado, señaló que “ningún individuo puede convertirse en juez y usar la violencia para castigar a otros de manera degradante”. A esta condena se ha unido el Consejo de Ulemas de Afganistán, que lamentó el ataque y lo acusó de contravenir las bases del Islam.

Por su parte, los grupos humanitarios han denunciado una vez más la situación de la mujer en el país asiático. “Nos sentimos animados por la detención de varios sospechosos, pero llamamos a las autoridades a que investiguen este incidente por completo y lleven ante la justicia a todas las personas que participaron activamente o que fueron cómplices”, ha exigido Elzira Sagynbaeva, representante de ONU Mujeres en Afganistán, citada por el medio local Khaama Press.

La activista Hamidi ha sido más contundente y ha demandado hechos, no palabras. “Quemar a un ser humano es brutal, bárbaro e inhumano. El Gobierno de Unidad Nacional es responsable de todo. Sólo los eslóganes no ayudan a la gente de este país, señor Presidente”.

En todo caso la condena no ha sido unísona en el país. En el rezo del viernes, según Reuters, el imán de la mezquita de Wazir Akbar Khan defendió el asesinato de Farkhunda al entenderlo como una defensa de las creencias religiosas y advirtió al gobierno “que no arreste a quienes hicieron esto porque eso significará un levantamiento”.

Igualmente, Hashmat Stanekzai, portavoz de la oficina central de la policía, escribió en las redes sociales: “Ella pensó, igual que otros incrédulos, que este tipo de acciones e insultos le conseguirían la ciudadanía europea o estadounidense. Pero antes de conseguirlo, perdió su vida”.

La profanación del Corán ha llevado a situaciones de violencia en pasadas ocasiones en un país donde la blasfemia está castigada. En 2012, la quema del libro sagrado el Islam en la cárcel de Bagramcondujo a una ola de disturbios de cinco días en varios puntos el país en la que murieron más de 30 personas.

Un año antes, siete empleados de la ONU fallecieron en un brote de violencia desatado después de que un pastor estadounidense quemase un Corán y lo difundiese en un video. No obstante, el linchamiento del jueves en plena calle a una mujer fue algo completamente insólito en el país asiático.

 

 

Con información de El Mundo

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