Por Matteo Castagna
Del 22 al 24 de agosto de 2023, se celebró, en Johannesburgo, la XV cumbre de los países emergentes: los BRICS+, acrónimo de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica + otros setenta países anfitriones, incluidos africanos.
Ausente Vladimir Putin, sobre quien está pendiente una orden de arresto internacional de la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en Ucrania. Rusia estuvo representada por su leal Ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov. Sin embargo, Putin divulgó la declaración oficial que habría hecho en persona, de forma remota, antes de la reunión.
Los BRICS+ se encontraron después de 5 años de paralización, debido a la emergencia del COVID. Los medios de comunicación occidentales, despreciaron, o trataron este acontecimiento con desdén, creyendo que los BRICS deberían disolverse porque están algo divididos entre sí, sin especificar, sin embargo, cuáles serían esas razones de división.
Incluso, el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara y del grupo de expertos del Instituto Aspen Italia, Giulio Tremonti, argumentó que los BRICS no pueden ganar el desafío con Occidente. Esgrimió que los países BRICS son países sin libertad, además de la presencia de una clara divergencia entre India y China, que podría comprometer la unidad y cohesión del grupo.
Varios economistas occidentales tienden a desalentar a los BRICS+ porque la dominación del dólar y su efecto distorsionador en los procesos de desarrollo es un hecho con el que los países en desarrollo deberían resignarse a vivir. En pocas palabras, el temido intercambio de moneda para las empresas no puede tener éxito, que, efectivamente, es su voluntad expresa, pero que en Sudáfrica no se ha materializado, aunque fue ampliamente discutido, a gran escala.
El 90% del comercio mundial sigue realizándose en dólares estadounidenses, aunque el progreso de las relaciones y alianzas entre estados muy ricos no hace que esto sea un dogma perpetuo.
Como suele repetir Putin, la teoría de la multipolaridad se basa en el hecho de que los actores internacionales tienen influencia y poder en diferentes asuntos y regiones del mundo, pero ninguno de ellos puede imponer unilateralmente su voluntad a los demás. En esto, los BRICS+ están todos unidos y denuncian la política unilateral y opresiva de Estados Unidos. Hay muchas razones para pensar que el futuro verá al mundo unido en un bloque, con Estados Unidos y la UE en la esquina. Desde la guerra de Ucrania, Putin ha desatado una reacción de acercamiento global entre todos los países cansados ??de estar sometidos a la unipolaridad estadounidense. El objetivo común es y sigue siendo desafiar la arraigada dominación geopolítica de Occidente. El zar, explotando políticamente la guerra de Ucrania, logró acercar al mundo árabe con las civilizaciones orientales, con África y buena parte de América Latina.
El cambio del paradigma financiero, contrariamente a lo que se dice en Occidente, sería una consecuencia evidente del hecho de que los BRICS+, los 4 recién llegados, representan el 85% de la población del planeta (3,7 millones de habitantes) y el 36% del PIB del planeta. , con tres países ya entre las cinco principales economías mundiales, según datos proporcionados por el Banco Mundial. Sigue siendo esencial, y no debe subestimarse, que la segunda economía mundial después de China esté representada por Estados Unidos. Rusia es la quinta economía más grande del mundo. Occidente debería dejar de lado toda arrogancia y sentimiento de supremacía económica y cultural, porque los otros “mundos” se están organizando rápidamente, están abiertos al diálogo y a la colaboración, pero la actitud debe cambiar si no se quiere desear el suicidio político -financiero, que parecería estar listo en la agenda BRICS+ para 2030.
La cumbre obtuvo resultados importantes, a medio y largo plazo, que podrían favorecer el abandono del dólar: “Hemos llegado a un acuerdo para poder invitar a Argentina, Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a convertirse en miembros de los BRICS. Su adhesión tendrá lugar el 1 de enero de 2024”, – dijo el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.
Las reservas de petróleo y gas de Estados Unidos, junto con la influencia geopolítica, proporcionan a los estadounidenses una cierta independencia, pero Europa parece débil y con una estrategia inadecuada, porque simplemente está sometida a los dictados de Estados Unidos y la OTAN. La UE no tiene su propia estrategia y no la tendrá porque los patrones no dejan que las colonias actúen por su cuenta. A pesar de que se habla de alejarse de la influencia de China, la dependencia de Europa de la manufactura y los mercados asiáticos está creciendo.
Las estrategias europeas se basan en minerales, metales, hidrocarburos y fuentes de energía renovables africanos, todos ellos cada vez más a merced de alianzas cambiantes, que pronto convergirán en BRICS+ junto con los gigantes energéticos de la galaxia islámica.
La convergencia de Arabia Saudita, Egipto, Argelia, Brasil y Rusia otorga a BRICS+ el control de más del 60% de las reservas y la producción mundiales de energía. Los líderes africanos han subrayado que se está abriendo una era completamente nueva para el mundo entero.
Este es el comienzo de la formación de un nuevo orden mundial, sin la presión salvaje de Occidente. Se habla de una nueva NOM “alternativa” elaborada por los BRICS+, donde la independencia y la cooperación, el respeto a las tradiciones y la moneda única, la sinergia energética y la colaboración política, el intercambio de materias primas serían los principios fundamentales.
Estas premisas parecen ser lo contrario de lo planeado por los “ilustrados” angloamericanos, desde Mackinder y Brzezinsky, hasta Bill Gates y los Rothschild. Si se llevara a cabo una alianza similar compuesta por: BRICS + las 4 entradas previstas en cuatro meses y la entrada gradual de los otros cuarenta países que la han solicitado, sin problemas y libres del dólar, el Estado profundo se reduciría considerablemente y la política de la UE sufriría la mayor crisis de su historia.