© AP Photo / Kiichiro Sato
La Corporación de Industria y Ciencia Aeroespacial de China fue la elegida para construir una nueva estación satelital en la Antártida, una noticia que pasó desapercibida para Estados Unidos, pues el país norteamericano estaba muy ocupado destruyendo un presunto globo espía chino, señaló el medio ‘Asia Times’.
La noticia de que Pekín había sido seleccionada se dio a conocer el pasado 2 de febrero y esto hubiera sido una alarma para Washington. Sin embargo, el país norteamericano, destaca el portal, estaba “demasiado ocupado observando el supuesto globo espía chino”.
La nueva estación que estará en la Antártida servirá al Servicio Nacional de Aplicaciones Oceánicas por Satélite (NSOAS) de China, país que ya ha puesto en órbita ocho satélites de observación oceánica con diversos fines, como el análisis oceanográfico, la explotación de recursos, el estudio de la ecología costera y la vigilancia de catástrofes.
“Está previsto lanzar un noveno este año. La nueva estación terrestre de la Antártida facilitará la transmisión de datos de estos satélites”, se lee en el reporte.
Las nuevas antenas y la terminal receptora se construirán en la base de investigación científica china de Zhongshan, situada en la Antártida Oriental, cerca de la bahía de Prydz, frente al océano Índico. Es una de las cinco estaciones de investigación antárticas gestionadas por el Instituto de Investigación Polar de China, tres en la Antártida Oriental, una en las islas Shetland del Sur y otra en la isla Inexpresable.
De acuerdo con Asia Times, hasta 2020 China tenía acceso a estaciones terrestres en Australia, Chile y Suecia en virtud de contratos a largo plazo con la Corporación Espacial de Suecia. Según el portavoz de la corporación, esos contratos “no se renovaron debido a cambios en la situación geopolítica”, reza el artículo.
“En cualquier caso, China ha estado construyendo su propia red extensa de estaciones terrestres de satélite en todo el mundo. Solo en Sudamérica cuenta con 11 estaciones: dos en Venezuela, tres en Bolivia, una en Chile, una en Brasil y cuatro en Argentina”, destaca el portal.
El 4 de febrero, un avión de combate estadounidense derribó un presunto globo espía de China cerca de la costa de Carolina del Sur.
El aerostático había entrado en el espacio aéreo del noroeste de EEUU desde las islas Aleutianas, vía Alaska y Canadá, y estuvo sobrevolando durante días “lugares delicados” en la parte continental del país.
Los militares estadounidenses, si bien detectaron el globo aéreo a principios de enero, se limitaron durante días al rastreo, alegando que no implicaba una amenaza para aeronaves comerciales y personas en tierra, y que su valor de inteligencia era escaso en comparación con los satélites espías de China en órbitas terrestres bajas.
El 4 de enero, luego de que un F-22 Raptor abatiera el globo con un solo disparo de misil cerca de la costa de Carolina del Sur, en el Atlántico, el presidente Joe Biden reveló haber dado tres días antes la orden de derribarlo lo antes posible.
En tanto, el Gobierno de la República Popular de China protestó por el derribo del artefacto, y aseguró que solo realizaba investigaciones meteorológicas.
“No planteaba ninguna amenaza a ninguna persona o a la seguridad nacional de Estados Unidos. Estados Unidos debió manejar de manera adecuada tales incidentes, de manera calmada y profesional, sin envolver el uso de la fuerza. Sin embargo, decidió hacerlo en sentido contrario, lo cual es una clara respuesta desmedida”, planteó la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.
Sputnik 09 febrero 2023