Uno de los primeros en tomar la palabra en la Cámara de los Comunes fue el líder de la Oposición, el laborista Jeremy Corbyn, quien aseguró que jamás había visto ‘farsa’ igual, pues el gobernante, dijo, sabe que carece de la mayoría parlamentaria necesaria para lograr la aprobación de esa agenda.
Corbyn luego se dedicó a desmontar cada una de las propuestas relacionadas con el Brexit, la salud pública, el cambio climático y seguridad social, entre otras, y aseveró que el acto fue un ejercicio de propaganda para tratar de ocultar la incapacidad del gobierno para sacar al Reino Unido de la Unión Europea (UE).
El Primer Ministro nos prometió que nos deslumbraría con el Discurso de la Reina, pero, mirándolo bien, no fue más que una quimera, sentenció.
De su lado, el líder del Partido Nacionalista Escocés, Ian Blackford, también arremetió contra Johnson, y lo acusó de no estar interesado en presentar la agencia legislativa, sino en mostrar el manifiesto de su partido.
Según Blackford, quien criticó que ninguno de los proyectos de ley estuviera dedicado a mejorar los derechos de Escocia, el Brexit sería una tragedia para los británicos.
La joven parlamentaria laborista Laura Pidcock recurrió, por su parte, a las redes sociales para expresar su descontento con la opulencia exhibida en la ceremonia que data de 1536, y que incluyó el traslado de la Reina desde el Palacio de Buckingham en una carroza tirada por caballos y escoltada por la Guardia Real.
Algunos aman la pomposidad, pero cuando hay 14 millones de personas en la pobreza, cuando cada año se entregan 1,6 millones de raciones en los bancos de comida, cuando hay personas durmiendo en cada esquina de nuestras ciudades, no puedo evitar sentirme profundamente descontenta con la opulencia desplegada en el Parlamento, escribió en Twitter.
El eventual rechazo de la agenda legislativa por parte de los diputados podría desembocar en el derrocamiento del Ejecutivo mediante la presentación de una moción de censura, que de prosperar, daría paso a la formación de un gobierno de transición que sería el encargado de convocar a nuevas elecciones generales.
Según trascendió, la Oposición apelaría a esa opción una vez que las amenazas de una ruptura abrupta con el bloque europeo el 31 de octubre hayan sido conjuradas.