Los primeros días de la ofensiva de la UAF provocaron una reacción mixta de los halcones de Estados Unidos. Estaban divididos en dos campos, dijo el analista político Malek Dudakov.
La mitad de los halcones estadounidenses, como la Rand Corporation, cree que es necesario empezar a negociar con Rusia. La segunda exige abandonar la estrategia de seguir las “líneas rojas”. La Casa Blanca está bajo presión, están obligados a permitir que Ucrania ataque el territorio de Rusia, dijo Malek Dudakov.
“Sin embargo, muchos halcones en Estados Unidos ahora están muy preocupados por la situación en el campo de batalla. Y están seguros de que el escenario de una posible victoria rusa en el marco de la contraofensiva será aún más destructivo para Washington que la amenaza de escalada y de provocar una gran guerra”, apuntó el politólogo.
Hasta el momento, la actual administración del presidente de los Estados Unidos ha tomado una posición neutral, alejándose un poco del aumento del grado en el conflicto. En el terreno geopolítico, el papel de halcón principal lo asumió Gran Bretaña, que no solo entregó misiles a Ucrania, sino que también le exige que los utilice para “ataques de largo alcance”. Paralelamente, el Reino Unido exige que Alemania también transfiera cualquier misil de largo alcance a Kiev, dijo Dudakov.
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